copa del rey

Los reservas naufragan ante el Levante

Segunda derrota de Mourinho en 27 partidos con un equipo B que no demostró nada

EFE

tomás gonzález-martín

Mourinho vivió la segunda derrota de su etapa madridista en un partido apático, que partía con un 8-0 de ventaja que incitaba a comer roscón y no jugar al fútbol. El entrenador hizo debutar a Mateos y dio sus primeros minutos de la temporada a Gago, Adán y Juanfran. El Real Madrid estaba clasificado para los cuartos de final desde la goleada de ida y el portugués aprovechó para realizar probaturas, pero sí se enfadó. No por el 2-0, sino por la falta de nervio de ciertos jugadores que no son titulares y deben ganarse el puesto. El luso dio otra oportunidad a sus reservas y solo Adán, Garay y Canales salieron a comerse el balón en el estadio Ciudad de Valencia. Eso es lo que el técnico pedía: ilusión por jugar en el Real Madrid.

Es cierto que el 8-0 del Bernabéu convertía el duelo de vuelta en un partido extraño para los suplentes. No están habituados a competir juntos en la Liga y es difícil demostrar coordinación en noventa minutos de Copa. Pero al menos se les podía exigir mayor voluntad. No la demostraron. El 2-0 acabó por enojar a preparador y jugadores. Khedira , que comienza a perder la titularidad frente a Lass, estuvo torpón. Gago, que debutaba esta temporada, quiso y no pudo. Granero mostró meros destellos de su clase. Y sin el dominio del balón, Pedro León y Benzema no recibieron juego para enseñar sus aptitudes.

Únicamente Adán, Garay y Canales. El portero detuvo dos disparos con peligro de gol y recibió dos tantos casi imparables. El central estuvo expeditivo. Y el delantero se colocó en el centro de los medias punta e intervino más que nadie. En defensa, Mateos debutó en un sitio que no es el suyo, como lateral. Y Kaká, que mandó un tiro al larguero, aún se encuentra en plena evolución. El brasileño sustituyó al triste Benzema , quien desaprovechó otra ocasión de convencer a su inmediato superior.

Ballesteros, a por «Mou»

Kaká le dio al conjunto más calidad, pero la carencia de tensión dibujó un fútbol de paseo. Y la afición local disfrutó como nunca con dos dianas que premiaron la entrega de los modestos locales. Un centro de Xisco Muñoz tropezó en las manos de Gago y el penalti lo tradujo en gol el propio Xisco. Y un golpe franco lanzado por Sergio entró por la escuadra de Adán, impotente.

Lo peor fueron las cuentas pendientes del enfrentamiento de ida que se saldaron dentro y fuera del césped valenciano. Las entradas de los jugadores granotas eran muy duras. Y Ballesteros, que no jugaba y estaba en el palco, bajó en el descanso a los vestuarios y cogió las solapas de la chaqueta de Mourinho en un altercado en el intermedio. Fue lo peor del partido.

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