Casillas volvió a ser San Iker

El hombre de todos los partidos no faltó a la cita, puntual como siempre, agigantada su figura con el paso de los años. El Real Madrid agotó gran parte de sus pilas en el primer acto y en el tramo más difícil de su viaje fio su suerte a las paradas milagrosas de su capitán y a los contraataques fulgurantes de Cristiano Ronaldo y Di María, táctica que acabó por darle resultado. Las intervenciones del portero fueron providenciales en el último cuarto de hora de la segunda parte, cuando la final se convirtió en un monólogo azulgrana. En el minuto 74 desbarató una ocasión de Messi. Un minuto después, despejó in extremis una vaselina de Pedro. En el 81 tocó con las punta de los dedos un balón cruzado por Iniesta con la zurda . En la prórroga, tras el gol del Madrid, el ataque del Barcelona cayó en el ofuscamiento e Íker se limitó a demostrar sobriedad en los pocos centros que llegaron a sus dominios.

Con esta victoria, el gran capitán blanco cuadró su círculo perfecto. Campeón de Liga, de la Supercopa de España, de la Champions, de la Supercopa de Europa y de la Intercontinental, su imagen está grapada a la memoria de todos los aficionados españoles tras levantar la Copa de Europa y del Mundo obtenidas por la selección. Sin embargo, faltaba un título en su colección, el mismo que nunca había ganado su presidente, Florentino Pérez , el que nunca consiguió su ex compañero Raúl, el que llevaba resistiéndose al Real Madrid casi dos décadas. Por eso, ayer, cuando Undiano Mallenco pitó el final del encuentro, las cámaras le buscaron enseguida y le encontraron llorando, emocionado, como cuando fue el héroe de la novena en 2002. «Lo hemos pasado muy mal, pero lo hemos conseguido. Ahora, a cambiar el chip» , declaró. A sus fans, la imagen de San Íker les debió parecer un déjà vu. Normal: Casillas acaba siendo el hombre de todos los partidos.