Fútbol
Bartomeu encuentra otra escapatoria
El presidente desvía la atención y las críticas hacia su gestión anunciando la fecha de las elecciones a la presidencia y el despido de Quique Setién

Al igual que Carlos Sainz y Luis Moya tenían una habilidad especial para encontrar las escapatorias cada vez que el coche les patinaba y vislumbraban el desastre, Josep Maria Bartomeu también ha desarrollado una destreza durante estos último años para zafarse constantemente de ... la tenaza que le acorrala. Su última masterclass la ofreció ayer, durante la junta directiva en la que se debían determinar las medidas a adoptar para virar el errático rumbo del club. En un ejemplo de supervivencia, Bartomeu eludió la dimisión amparándose en un ejercicio de responsabilidad y calmó a la turba fijando la fechas de las elecciones. Se celebrarán durante la segunda quincena de marzo, coincidiendo con un día en el que haya partido en el Camp Nou. De esta manera, al estar dentro del plazo que marcan los estatutos, agotará su mandato , ya que la junta entrante desembarcará en el club el 1 de julio y la directiva saliente podrá cerrar el ejercicio contable a 30 de junio.
Acompañó este anuncio con la destitución de Quique Setién , primera víctima de la errática trayectoria del equipo y de la humillante derrota ante el Bayern. El cántabro ya era consciente de que su etapa en el club azulgrana había expirado y ayer recibió la confirmación durante un almuerzo con Eric Abidal. Bartomeu trató hasta última hora de lograr el sí de Ronald Koeman para dirigir al equipo la próxima campaña en lo que es una lección de cómo diseñar una cortina de humo tras la que desaparecer y con la que tapar las miserias y carencias del club. No obstante, aunque el holandés está muy cerca de aceptar la propuesta azulgrana, quedan unos flecos que podrían anudarse hoy mismo.
Fue una jornada intensa y esperada desde el pasado viernes, una de las fechas más negras de la historia del club catalán. Bartomeu se vio obligado a convocar una reunión directiva de urgencia y se recluyó todo el fin de semana en su domicilio para reflexionar y tomar las decisiones adecuadas. Aunque la presión fue asfixiante y el teléfono y el watssap echaron humo, el presidente resistió. Y citó a sus compañeros de mandato a las once de la mañana. Durante cinco horas se encerró en las oficinas de Arístides Maillol con Jordi Moix, Javier Bordas, Marta Plana, David Bellver, Ramón Vidal-Abarca, Xavier Vilajona y Jaume Carreter. Los seis directivos restantes, que estaban fuera de a Ciudad Condal, se sumaron al encuentro de forma telemática.
Tras dos días de duras críticas y la exigencia de convocar elecciones, Bartomeu decidió poner este punto sobre la mesa y, aunque manifestó su intención de acabar el mandato , cedió a avanzar todo lo máximo los comicios. No se valoró en ningún momento la dimisión en bloque y la convocatoria de elecciones ante el frenazo que sufriría el club ya que, según los estatutos, se debería formar una Junta gestora que tomara las riendas de la entidad, pero ésta no estaría legitimada para fichar ni para dar bajas. Aunque la mayoría de prencadidatos y del entorno exige la marcha inmediata de Bartomeu, su salida ahora sería un lastre que dejaría en el limbo al club en el momento en el que está a punto de abriese el mercado de fichajes, además de responsabilizar a la directiva entrante del estado de las cuentas del club.
Cambios profundos
«La Junta entiende que la convocatoria de elecciones de manera inmediata no es viable teniendo en cuenta que el campeonato de Liga comenzará el fin de semana del 12 de septiembre y el marco derivado de la crisis del Covid-19, tanto en el ámbito económico como social», explico el Barcelona, que añadió que el club «continuará implementando el plan de choque para revertir la situación deportiva y económica, basada en cambios profundos en el primer equipo y una redefinición presupuestaria para hacer frente a la nueva situación provocada por el coronavirus, antes de finalizar este mandato».
Bartomeu tiene varias tareas pendientes, más allá de la contratación del nuevo entrenador. La primera es la renovación de Messi, que estaría meditando su continuidad y que dentro de cuatro meses estará habilitado para negociar con la carta de libertad en la mano. La segunda es acometer la renovación de la plantilla buscándole salida a varios de los pesos pesados . La tercera, apaciguar los ánimos y recuperar la ilusión del socio, lo que pretende con un nuevo proyecto en el que la llegada de Lautaro tendría un papel fundamental. Y la cuarta, y no menos importante, la de cuadrar todos los balances y sanear la maltrecha economía que le obligara a hacer malabarismos para regenerar la plantilla y lograr ingresos a pesar del impacto del Covid-19 . De momento, Abidal seguirá en el cargo y será el encargado de liderar junto al nuevo entrenador una «amplia reestructuración del primer equipo».
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