Eurocopa 2012: Arbeloa cumplió ante Cristiano Ronaldo

Imbuido por una fuerza desconocida desde que comenzó la Eurocopa, Álvaro Arbeloa intentó silenciar al vox populi crítico con sus carencias y miró más allá de sus narices en la semifinal ante Portugal. Intentó atacar , penetró hasta donde no se había atrevido, los tres cuartos de cancha que parecían prohibidos para él. El lateral, polémico con el balón en los pies, hizo falta a Coentrao y luego dio un buen pase a Silva. Así empezó su partido.

Lejos de permitir que el desánimo se abriese paso, Arbeloa siguió buscando a Portugal. Y tuvo la mejor oportunidad de España en la primera mitad. Un balón suelto le cayó a él, el foco de todos los comentarios, y no resolvió mal aunque le faltó algo de propiedad. Remató con la derecha, alto y rozando el larguero en un tiro dirigido con corrección.

El nuevo Arbeloa dio por cerrada su aportación ofensiva pasados esos nueve minutos porque el partido derivó hacia el bando de Portugal. Y enfrente tenía a Cristiano Ronaldo, pasajero de su banda. Soportó con solvencia el encargo de toda España: contener al crack portugués por las buenas o por las malas. No llegó a la primera cabalgada de su compañero -se escapó como una centella-, pero mantuvo el tipo en todo lo que vino a continuación. Necesitó tres faltas para mantener el orden por su zona (dos a Cristiano y una a Coentrao). Al menos se hizo respetar en defensa.

Cristiano se movió hacia posiciones más centradas en el segundo periodo y dejó de monopolizar el territorio de Arbeloa. Descanso activo para el defensa en una noche que tenía toda la traza de ser un sufrimiento personal para él. A pesar de que su influencia en el juego de ataque resultó menor, Arbeloa cumplió de sobra en su función principal: defender .

Siguió acumulando derribos (a Almeida, a Cristiano) y se llevó una tarjeta en el tramo de mayor incertidumbre. El tiro libre que lanzó CR en el minuto 82 y que él despejó con el brazo. En la prórroga no rebajó sus prestaciones. Fue uno de los más enteros en el aspecto físico antes de la lotería de los penaltis.