ANÁLISIS

«La luna de Valencia»

«La luna de Valencia»

Fernando R. LAFUENTE

Rita Hayworth (Elsa Banister en La dama de Shanghái, 1947) le recuerda a un atolondrado Orson Welles (Michael O'Hara en la película) que «en Shanghái se necesita más que suerte». La suerte se busca, y el Madrid ha dado la cara frente a un Barça desdibujado en la primera parte . Dar la cara es la norma del Madrid. Pero, lleva razón Elsa Banister, se necesita más que suerte para salir por la puerta grande. Porque en este milenario partido no hubo puertas pequeñas. Gran Mourinho. Ha desdibujado al Camelot culé. Se acabó esa cosa de arrasar al contrario . Nada. Al Madrid, al menos, ya no le arrasa. El mejor equipo del mundo, y de la historia como algún apresurado ha escrito, tiene que jugar prórrogas. El mito del Barça, extravagantemente inflado, esta noche de la luna de Valencia, ya deja de ser, o comienzan las dudas . Un sutil y antiguo refrán chino advierte que «cuando el dedo señala a la luna, el imbécil mira el dedo». ¿Para qué hablar de estrategias? Esta noche en Valencia alguien miró a la luna que, por cierto, fue blanca.

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