Cádiz - Barcelona
Álvaro Cervera, orden y alegría de Cádiz
El entrenador, artífice del ascenso desde Segunda B, habla para ABC sobre la revelación del inicio liguero, su trayectoria y su personal visión del fútbol
Álvaro Cervera se lamenta. Ha pedido una tónica y la han servido de manera que de lejos puede parecer un gin tonic. Pero no hay nadie. Es una cafetería vacía de Puerto Real. Fuera resplandece la bahía y la luz y el viento ... de Cádiz limpian el aire. Cervera se fija en los detalles, no hay duda. Tiene la voz un poco rota de los entrenadores y en su casco de moto se lee: LLNSN. «La lucha no se negocia», el lema que comparte con su afición, que agradecida le ha bautizado como «El Gafa» .
Cogió el equipo en Segunda B , lo subió, lo mantuvo y c uatro años después está en Primera . Ya es el entrenador con más partidos en la historia del Cádiz y uno de los pocos en España con un equipo de autor. Comparte ese logro con Mendilibar y Simeone . «Según dicen, nuestros equipos se parecen».
Cervera y su Cádiz, que hoy recibe al Barça (21.00 horas, Movistar LaLiga), se resumen en un dato: es el equipo con menos posesión de Europa. «La posesión domina la pelota, no los partidos», suele decir. «En Segunda contabilizamos los goles de todos los equipos y el 75 u 80% vienen del balón parado o de lo que llamo la espalda del lateral». Por eso Cervera prohíbe a sus laterales que les centren. Sus laterales defienden, sus centrales van bien por alto, y sus extremos no juegan a pierna cambiada.
«Salud y cadismo»
«En el fútbol actual los laterales suben, está bien, pero yo tengo un problema: ¿mi equipo es capaz de defender cuando pierde la pelota con dos centrales y un mediocentro? La gente mira cuánto necesita para atacar, yo miro lo que necesito para defender. Necesito como mínimo cinco jugadores porque la calidad no solo se tiene ofensivamente, hay calidad defensiva. Messi es el mejor yéndose de los contrarios, pero de Casemiro no se va nadie y no se habla de él. Mi equipo no me da para defender con tan poca gente».
Tras el ascenso, una de sus ilusiones es ver el campo lleno. Mientras llega, alguien le ha puesto una mascarilla al monumento a la afición y un cartel recomienda «salud y cadismo». Cuando vuelvan, el estadio quizás se llame de otra forma. El alcalde quiere cambiar el nombre, pero el Carranza es más que un estadio y hasta los partidarios de «Kichi» están en contra . Como dice José Mata, gerente de la Fundación del Cádiz , «antes no se sabía quién era Carranza y ahora todo el mundo ha ido a la wikipedia a enterarse». En una de las salas del estadio lucen los viejos carteles del torneo veraniego. En los 60 y 70 jugaron allí Eusebio, Di Stéfano, Pelé, Beckenbauer y Cruyff. Eso explica el buen gusto del público y la costumbre, que algunos recuerdan, de sacar la pelota jugada entre palmas.
«Cádiz es simpático», reconoce Cervera , «pero nosotros en el campo no somos simpáticos. El Cádiz ahora mismo tiene un entrenador que es muy resultadista. Siempre comento una cosa: mi trabajo es tu diversión. Tú vas a un sitio a divertirte, pero es mi trabajo. Yo no hago mi trabajo para divertirte a ti, lo hago para ganar».
Tras el último partido, en Elche, Cervera insistió en el origen del gol rival: el error propio. «El mejor tenista de la historia es Nadal y nunca hace más golpes ganadores que el contrario, pero siempre hace menos errores no forzados. ¿Es defensivo Nadal? ¿Le importa a la gente? Sigo pensando que en el fútbol todo se basa más en errores del contrario que en aciertos propios».
Sus jugadores destacan en él cómo estudia a los rivales . Lo que les anuncia sucede en el campo. «Los equipos tienen tres cosas: para hacer peligro uno debe recibir en tal sitio, otro sacarla por otro... Si lo puedes evitar, y normalmente se puede, pueden ganarte, pero sufrirán. Esto, no obstante, ayuda menos en Primera. Voy aprendiendo y algunas cosas que hacía no me valen. Vi que Simeone le jugó al Barça con defensa de cinco bajando a Carrasco por el lado de Messi. Lo podemos hacer, pero no será lo mismo».
Sus maestros
Cervera aprendió de entrenadores como Hiddink o Serra Ferrer lo que hay que hacer y lo que no, pero confiesa que entonces nadie se fijaba mucho en ellos. Su modelo lo encontró después. « Para mí Mourinho era Dios. Cuando quería ser entrenador, leía sus libros hasta en portugués. Cuando todo el mundo lo ponía verde yo me tragaba sus partidos. Me gusta lo que hace en el campo y mucho de lo que hace fuera. Esa forma de atraer la culpabilidad sobre él para descargar al resto. Hay una imagen, Materazzi llorando abrazado cuando se fue del Inter».
Al menos un par de futbolistas del Cádiz han reconocido que Cervera les ha mejorado como persona. Fue jugador, como ellos, un zurdo ingenioso que llegó a la selección, pero es un exfutbolista raro que no se ha ahorrado ni una de las categorías inferiores. « Nadie me dio un equipo por ser futbolista , nadie me llamó para una secretaría técnica. Cuando empecé entrenaba a las 17:15 a un benjamín, a las 18:30 un alevín y después cogía el coche y me iba a Catarroja (Valencia) a entrenar en medio campo de tierra. Recuerdo a todos los jugadores. Ese equipo me metió el gusanillo en el cuerpo. Los entrenadores lo mejor que tenemos es que diariamente nos reunimos con 30 personas jóvenes. Me mantiene vivo».
Catarroja, filial del Villarreal, Castellón, Almansa, Alicante CF, Leonesa, Racing, Jaén, Real Unión, Recre, Tenerife... y después de quince años, ya en la cincuentena, llega a Cádiz y su carrera cambia .
«Como entrenador he tenido cosas buenas que nunca me han servido de mucho. Ascendí con el Tenerife y al año siguiente me quedé sin equipo. Lo mismo en Castellón. Veía que lo que yo hacía no tenía predicamento. Tampoco era muy dado a los medios. Entonces vine aquí, una bala peligrosa. O me salía bien o al ostracismo. Llegué a un equipo que juega muy bien al fútbol históricamente e intenté entrar por esa vía, que no es la mía, pero es la del Cádiz. Y recuerdo que perdimos los dos primeros partidos en casa y empatamos en Jumilla y hubo un momento en que fuimos a Jaén, último partido antes del playoff, y lo pensé: ‘‘vas a morir y vas a morir con las armas de los demás, muere con las tuyas’’, y hablé con los jugadores y les dije: ‘‘esto va a cambiar, esto va a ser más simple de lo que hacemos, vamos a quitar toda la grasa que nos sobra y vamos a ser más directos’’. Ganamos el partido, y a partir de ahí los jugadores, que creían poco en el ascenso, vieron que había una vía. Jugamos seis partidos, recibimos un solo gol. Un playoff brutal».
Esa decisión fue un punto de inflexión para el equipo y en cierta medida marcó su carrera . «Nos pasa mucho a los entrenadores. Cuando vemos el puesto peligrar, intentamos hacer lo que nos dicen o lo que leemos que tenemos que intentar. Lo hacemos para repartir culpas, y es una equivocación».
Cervera le dio un rumbo al equipo y él empezó a recibir cosas de Cádiz. «Al principio cuesta, pero luego empieza a ir bien y hago unos amigos muy gaditanos que comienzan a enseñarme la alegría de esta ciudad, lo que es vivir aquí, a lo que se le da importancia en Cádiz y a lo que no. Cosas que fuera no se conocen. El Carnaval me parece de un talento tremendo y fuera parece que son cuatro risas. Me interesa y me siento integrado».
Crecimiento y Carnaval
En su relación con la ciudad no es fácil separar lo que forma parte de un meticuloso trabajo de entrenador de lo que es pasión personal. Saluda uno por uno y por su nombre a las personas discapacitadas que van al estadio, t rabó amistad con Juan Carlos Aragón, el genio del Carnaval , y acude a ese mundo en busca de frases, expresiones, formas de conectar. «Si tú no sabes a lo que juega el Cádiz, tú no eres de Cádiz», dijo una vez citando un famoso cuarteto. Ahí mezclaba su orden y el Carnaval, envolvía el estilo de su equipo en papelitos de colores.
Así ha conseguido convertir la pasión fatalista del cadismo en el credo de «La lucha no se negocia» , ni en el campo ni en la vida. Otra similitud con el trabajo de Simeone. ¿Hasta dónde podrá llegar? «Propongo cosas, a veces llegan y otras no. Pero al final me desgasto, me enfado demasiado. Hay que entrenar a la plantilla, que es buena, sacarle partido». Es conocido que no se habla con el secretario técnico.
Después de quince años lejos de Primera, el Cádiz está en momento de crecer . La provincia, que suponía un 25% de los socios, ya aporta la mitad, y la marca crece. Han creado una cuenta de Twitter en tailandés y es el séptimo club español en interacciones en redes . «Hay que intentar lo que han hecho el Levante o el Eibar, el crecimiento es que cuando otro venga aquí, se siente en un despacho diferente al que me siento yo, se vista en un vestuario diferente al que me visto yo».
Después de vivir en media España, el errante Cervera ha encontrado algo que era suyo. De aquí procede su familia. Es descendiente del almirante Cervera y él mismo, con la barba larga y canosa, tiene algo de serio militar decimonónico. «El orden es el que me ha traído aquí y el orden me echará. Sé que la ciudad se acabará cansando de mí, pero también sé que Cádiz tiene un lugar en mi vida a partir de ahora, que tendré que volver a Cádiz porque me da algo al cuerpo que necesito».
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