liga bbva | jornada 8
Sufrida victoria de un Atlético histórico
El Atlético, que ya suma ocho triunfos de ocho, malogró multitud de ocasiones en la primera mitad y pasó muchos agobios en el asalto final del Celta (2-1)

El Atlético ganó un partido muy bien trabajado en la primera parte y sufrido en la segunda, cuando el Celta decidió despertar después de vivir en la trinchera durante setenta minutos. Marcó Costa, que ya es el máximo anotador de la Liga en solitario, y los rojiblancos continúan en su escalada de récord: 8 victorias en 8 partidos en este memorable inicio de temporada. [Narración y estadísticas]
Las jornadas matinales le van bien a este equipo y hubo lleno en el Calderón, con una parroquia que aplaude incluso cuando las jugadas de estrategia no funcionan o cuando uno de los héroes locales, Diego Costa, falla un penalti. Este contratiempo para los rojiblancos ocurrió en el minuto 25, cuando David Costas abortó con una falta clara una incursión de Filipe en el área. Yoel se lució por partida doble: el balón rechazado cayó a los pies de Villa, al que también interceptó el remate. Hasta ese momento el Atlético había tirado de manual, presionando como si este fuera el último partido de Liga y se jugara algo muy importante (en el ideario de Simeone, en realidad, este es el último partido... hasta que llegue el próximo), madurando a un Celta que cada jornada inaugura un plan. No acaba de dar con la tecla Luis Enrique y, por tanto, no para de rotar a sus hombres.
El dominio del Atlético fue abrumador durante toda la primera parte, y si no se fue al descanso con el zurrón repleto fue por la falta de acierto de sus delanteros y por la inspiración de Yoel , dispuesto a jugarse el físico en un mano a mano con Costa y atento siempre a los balones bombeados sobre sus dominios. El peligro le llegó por las bandas, con Juanfran y Filipe muy activos, pero sus servicios no encontraron la respuesta que buscaban. Yoel sacó balones por tierra, mar y aire, hasta que un pase de la muerte de Filipe desde la izquierda lo recogieron Godín y Diego Costa casi al alimón para marcar. En el barullo pareció dar el último empujón el delantero brasileño, y así lo corroboró el acta arbitral.
El comienzo del segundo acto trajo un fallo clamoroso de Villa, un jugador ausente pero con crédito, por ahora, ilimitado en el Calderón. Costa peleó un balón largo y consiguió cedérselo al asturiano, completamente desmarcado en el punto de penalti, cara a cara con Yoel. La elección fue mala: ajustó el disparo al palo izquierdo y el esférico salió fuera. No tardó ni un segundo Simeone en reclamar al respetable un aplauso para el delantero; y lo que dice Simeone es ley . Unos minutos después Villa dejó el campo tocándose el muslo y entre una gran ovación. Salió en su lugar Óliver Torres.
El momento emotivo dio paso, enseguida, a un subidón por el gol, esta vez sí, de Diego Costa , que aprovechó un pase largo de Miranda para ganar la acción a la defensa y cruzar el balón a la red ante la salida de Yoel. No duró mucho la tranquilidad. Diez minutos después, en el 71 del encuentro, llegaron por primera vez noticias del Celta, y de qué manera: un despeje defectuoso de Mario Suárez acaba en los pies de Nolito , que se lleva el balón de rebote ante Juanfran y supera a Courtois con una vaselina.
Simeone sentó a un Arda más apagado de costumbre y puso en liza al Cebolla Rodríguez para reforzar la contención en el centro del campo. Los últimos minutos del choque fueron de sufrimiento para los locales. Rafinha cambió su posición desde la banda hasta el centro y empezó a repartir cartas. El peligro rondó el territorio de Courtois, que vio cómo sus compañeros eran presa de la fatiga. Tuvo que emplearse a fondo en un libre directo lanzado por Nolito en el último suspiro. Con agobios se llegó al final del choque, a una victoria que amaneció plácida y anocheció sufrida.
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