La gloria del Chelsea es el infierno del Benfica

Juan Mata asistió por duplicado en Amsterdam para que el Chelsea de Rafa Benítez conquistase la Europa League. Desconsolados los jugadores del Benfica, que disputaron una gran final, sin complejos, veloz, de grandes fogonazos de fútbol, los británicos se coronaron de nuevo y para lograrlo el sabor fue español. Mata asistió en los goles de Torres e Ivanovic -este en el añadido-. Y el técnico madrileño se despidió con título. Su quinto internacional. El sueño de las «Águilas» se esfumó por la maldición de Guttman: «El Benfica no volverá a ser campeón sin mí».

Hizo gala de su casta el conjunto de Jorge Jesús en veinte minutos iniciales trufados de arreones, de mayor intensidad y de llegadas con peligro no resueltas al área del Chelsea. El Benfica arrancó fuerte, muy metido en la final de Amsterdam, pero en lo táctico acertó de lleno en asfixiar a la pareja de mediocentros «blues» David Luiz-Lampard. Controló Matic. Aceleraron Enzo y Rodrigo. Y buscaron la meta de Cech la tripleta liderada por el combativo Cardozo.

Aguantó el vendaval el Chelsea. Y progresivamente caminó hacia el equilibrado del partido. A los londinenses, sin embargo, les faltó clarividencia en los metros últimos, pues Mata y Oscar también estuvieron maniatados. Ganó el Benfica en oportunidades. O apareció Cech para evitar el gol, o alguna pierna de los defensores. Pero fue el meta Artur el que sacó una mano prodigiosa para replicar un chut de Lampard que se veía en la red.

Lectura de cartilla hubo de haber en el descanso para el Chelsea. Rafa Benítez buscó reactivar a sus jugadores. Regresaron más combinativos. Sin brillanteces, pero con mayor capacidad de lucha. El Benfica mantuvo su dosis eléctrica, pero sin afinar. Y llegó el momento del gol inglés. Salvio remató laxo de cabeza y atajó Cech. El meta checó sacó rápido, Juan Mata prolongó veloz para la carrera de Torres, muy trabajador todo el encuentro, y éste finalizó en gol el cara a cara con Artur.

Diez minutos después empató el cuadro de Jorge Jesús. Mano de Azpilicueta. Penalti. Cardozo no erró la pena máxima. La final entraba ya en una fase mezcla de las pasiones y la cordura. Abierto estaba el duelo a cualquier conclusión. Prodigiosa fue una mano de Cech para salvar un disparo de Cardozo. Y los «Dragones» se estremecieron cuando Lampard mandó un trallazo al larguero a tres del final. Pero la gloria «blue» llegó en el añadido cuando Ivanovic se elevó para rematar adentro un córner que botó Mata.

El español Fernando Torres abrió el marcador en el minuto 60. Pero el paraguayo Óscar Cardozo empató, de penalti, en el 68. Al final, en el tiempo añadido, Ivanovic evitó la prórroga y dio el título al Chelsea. El cuadro londinense, que el año pasado conquistó la Liga Europea, ocupa el lugar del Atlético Madrid, campeón en el pasado curso.