vestuarios
Tito: «Messi tenía la sensación de que estando así no ayudaría al equipo»
El técnico azulgrana achacó a las bajas el mal momento de su equipo y se abonó a la autocrítica, aunque «a nivel interno»
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El tortazo de realidad que el Barcelona se trajo de Múnich supuso el KO europeo definitivo. Así lo manifestaron equipo y afición en la vuelta que se disputó ayer en un Camp Nou tan lleno en aforo como vacío de esperanzas. Los argumentos que el Bayern dictó en Alemania, expresados también en la vuelta, no despojaron a la grada del «sentido común» que Piqué «prohibió» en la previa. La traumática baja de Messi hizo el resto; reforzó las razones de los más realistas e hizo dimitir a los pocos que esperaban la metamorfosis culé. «No se sintió cómodo. Igual con algún esfuerzo explosivo se podía romper, y él tenía la sensación de que estando así no ayudaría al equipo», explicó Tito Vilanova sobre la ausencia del argentino, que no jugó ni un minuto ante la imposibilidad de remontar, mismo motivo por el que ni Xavi ni Iniesta terminaron el encuentro. El técnico felicitó al Bayern, achacó a las bajas el mal momento de su equipo y se abonó a la autocrítica, aunque «a nivel interno».
Más allá de la nueva –y desafortunada– referencia de Sandro Rosell a los arbitrajes europeos («Este años no hemos tenido suerte con los arbitrajes»), la reflexión en caliente del vestuario trajo mensajes inequívocos de autocrítica. Piqué demandó decisiones y «alguna incorporación», en otro ejercicio insólito de claridad. Alves reconoció que el equipo llegó «bastante justo a una semifinal que requería muchos argumentos» y Xavi, un tipo que conoce al barcelonismo de horas bajas mejor que nadie, recomendó «no ser drásticos en el análisis».
Un Bayern llamado a marcar época
Siete goles barrieron al Barça de Europa. Podrán ganar la Liga, pero los azulgranas fueron humillados por un Bayern llamado a marcar una época. No se recuerdan derrotas tan claras, tan incontestables. Guardiola heredará un equipo hecho, sin fisuras, un conjunto amasado por Jupp Heynckes que triunfa desde lo colectivo. A sus casi 68 años, el técnico teutón va camino de su mejor temporada, muy posiblemente la última que viva desde un banquillo. De sus palabras se entiende el poder de su equipo, que hace un año vio cómo el Chelsea le arrebató la gloria en su propia casa. «Al día siguiente (de aquella derrota) empezamos a preparar la nueva temporada, la plantilla, modificando cosas, hablando con los jugadores. Desde el primer día noté un ambiente de querer cambiar», explicó. Poco después, su conclusión fue solemne, una máxima aplicable a la situación del Barça: «Puedes sacar mucha más motivación de una derrota que de una victoria».
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