El Bayern logra un justo premio (2-0) a su abrumador dominio ante la Juventus

El Bayern presentó su candidatura a la presente Champions League, por si había dudas. Superó claramente a una Juventus desconocida, casi una sombra de lo que ha sido a lo largo de la temporada. El choque de trenes en Múnich entre dos de los favoritos del torneo, líderes indiscutibles en sus campeonatos domésticos, planteó un escenario inesperado en el minuto uno: un disparo lejano de Alaba tocó en Vidal y despistó a Buffon, que tampoco estuvo sobrado de reflejos. La apisonadora alemana empezaba su cosecha cuando el eco del himno de la Champions todavía no se había apagado.

Apuntó la Juve una tímida reacción, pero la temprana lesión de Kross provocó la entrada de Robben, que volvió a activar a los bávaros tirando contras muy peligrosas. El propio Robben tuvo una ocasión clarísima a la media hora del partido tras recibir un pase de Müller al corazón del área. Los italianos se sostuvieron en esos minutos difíciles gracias a Buffon, capaz de lo mejor y de lo peor durante la velada.

En la segunda mitad fue tanto el cántaro a la fuente que se rompió. Buffon no logró atrapar un disparo de Luiz Gustavo desde la frontal; Mandzukic cedió el balón a Müller, que marcó a puerta vacía. El 2-0 reflejaba con justicia lo visto hasta ese momento en el campo. Las malas noticias para la Juventus se multiplicaron: las tarjetas amarillas a Lichtsteiner y Vidal les incapacitan para jugar el partido de vuelta. Ni siquiera el marcador tan cuesta arriba espabiló a los italianos, que aún pudieron encajar un gol más en una postrera ocasión que paró Buffon.