Los 100 días de Flick: el hombre que ha cambiado al Barça

Este tiempo se entiende como una medida de gracia en la que se le otorga al entrenador el beneficio de la duda, se le exime de críticas y tras el cual deben observarse resultados. En política, los líderes entrantes deben usar los primeros 100 días de gobierno para demostrar su capacidad para ganarse la confianza del público, inspirar y motivar a los servidores públicos, y mantener el apoyo de sus propios partidarios y aliados políticos. Es decir, lo que debe hacer el entrenador con sus futbolistas y afición. Y de momento, Hansi Flick lo ha conseguido en el campo, en la grada y los campeonatos que disputa.

El técnico germano, que en mayo ya supo que tomaría el relevo de Xavi Hernández, ha sabido sobreponerse a un sinfín de problemas desde que aterrizó en el banquillo azulgrana, más allá de las penurias económicas en las que se encuentra el club o el hecho de tener que disputar sus partidos como local en Montjuïc, un campo con pista de atletismo, por las obras del Camp Nou. La Eurocopa y los Juegos Olímpicos provocaron que tuviera que realizar la gira estival por Estados Unidos con una expedición plagada de canteranos. De hecho, durante ese 'tour' empató con el Manchester City (2-2) en Orlando, ganó al Real Madrid (1-2) en New Jersey y empaño ante el Milan en Baltimore. Tres buenos resultados, con buen juego a ráfagas sin tener a sus titulares ni a los jugadores más importantes del primer equipo.

Con problemas para que el inscribieran a los pocos jugadores que le habían fichado, no se oyó ni una queja de su boca, lo que llevó a Laporta a elogiarle recientemente en una odiosa comparación con Xavi Hernández. Las lesiones tampoco han sido benévolas con el alemán, al que le han destartalados el equipo y los jugadores del filial que iba descubriendo para paliar las bajas que se le iban acumulando también acababan en la enfermería. Hasta se le ha lesionado el portero de larga duración después que Ter Stegen se rompiera el tendón rotuliano de la rodilla.

Más allá de la preparación física, en la que Pedri hizo hincapié aunque más pasarle factura a Xavi que por una cuestión real, Flick le ha lavado la cara al Barcelona, con un sistema de juego que parte del 4-2-3-1 y un cambio de posiciones de algunos jugadores que les ha hecho brillar mucho más y aportar bastante más al equipo, como es el caso de Raphinha. Rehuye el teutón del toque y la posesión sin sentido para dotar al juego de más verticalidad, gestionando la plantilla y repartiendo minutos entre todos los futbolistas. Y para acabarlo de adobar, sus ruedas de prensa no generan ningún tipo de titular. Pasa de puntillas sobre cualquier tema que pueda ser polémico y lo traslada al club. Su distancia con el entorno y su aún pobre castellano se lo facilitan.

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Evidentemente, nada de ello sería posible sin la llegada de resultados y estos también han llegado. Todas las dudas generadas en el Gamper (derrota por 0-3) las disipó en el primer partido de Liga en Mestalla (1-2). Ganó los siete primeros partidos de Liga de forma consecutiva, con goleadas al Valladolid (7-0) o al Villarreal (1-5). Y lidera la Liga en solitario con una sola derrota, ante Osasuna en Pamplona después de que ese día decidiera hacer rotaciones masivas y dejara en el banquillo aRaphinha y a Lamine Yamal. El resto de encuentros, lo cerró de forma impecable ganando en Montjuïc a Athletic, Valladolid y Getafe y regresando con los tres puntos denMestalla, Vallecas, Girona, El Madrigal y Vitoria.

En la Champions hay motivos para ilusionarse a pesar del tropiezo inicial en Mónaco (1-2), justificado por la prontísima expulsión de Eric García a los diez minutos de partido. El siguiente encuentro se pusieron las cosas en su sitio con un rotundo 5-0 al Young Boys. De todas formas, el próximo encuentro, el próximo miércoles, será la auténtica piedra de toque, ante el Bayern de Múnich, bestia negra azulgrana en estos últimos años. En cuanto a goles, el equipo ha mostrado un potencial ofensivo espectacular, anotando 34 tantos en estos primeros once partidos oficiales, encajando once también, lo que obliga a mejorar la faceta defensiva. Pasados los cien días de gracia llega un órdago: Sevilla este domingo, la vista del Bayern el miércoles y el desplazamiento al Bernabéu.