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fórmula 1

La Fórmula 1 aplica la censura a los pilotos: prohibido hablar de política y religión

gran premio de baréin

Impedirá a los pilotos realizar juicios personales durante las carreras. Hamilton asegura que nadie le callará

Hamilton, en rueda de prensa EP
José Carlos Carabias

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Como si fuera una cena navideña, en el propósito de evitar líos mayores, la Fórmula 1 prohíbe a partir de esta temporada (comienza este domingo en Baréin, 16 h, Dazn) realizar declaraciones o juicios personales relacionados con la religión o la política. Como la Liga española de fútbol o la FIFA en sus competiciones mundiales, que tratan de limitar así las polémicas, la F1 ha dado un paso que genera discusión porque entran en colisión sus derechos como organizador y la libertad de expresión de las estrellas del espectáculo. En Baréin no habrá, de entrada, rodilla al suelo o camisetas alusivas a causas sociales.

Lewis Hamilton se ha convertido en los últimos tiempos en un activista perseverante. Ha influido en la F1 hasta desarrollar una plataforma de acción a favor del movimiento 'Black lives matter' por el fallecimiento de George Floyd a manos de un policía en Estados Unidos. Ha sido el primero en manifestar su disconformidad con la prohibición. «Nada me impedirá hablar de las cosas que me apasionan y de los problemas que existen», dijo el siete veces campeón del mundo.

En la misma línea se ha posicionado el tailandés Alexander Albon, del equipo Williams: «Mucha gente nos considera portavoces de los problemas en el mundo, es responsabilidad de los pilotos sensibilizar a la gente en este tipo de situaciones».

El campeón mundial Max Verstappen tampoco se siente obligado al silencio. «Algunos hablarán más que otros, es cierto, pero me parece que esta medida es un poco inútil». «No me puedo imaginar que quieran impedirnos que expresemos nuestras opiniones personales. Forma parte de la libertad de expresión; tenemos el derecho de compartir nuestras ideas», aseguró su compañero de Mercedes, George Russell.

Ya no está otro de los pilotos más activos de la parrilla, el alemán Sebastian Vettel, quien vistió camisetas en favor del colectivo homosexual («el mismo amor», proclamaba en Hungría).

Obligada por la reacción adversa de los pilotos, la FIA matizó su normativa. «Las actualizaciones consolidan el compromiso de la FIA para proteger y garantizar la neutralidad, en particular durante los momentos clave como podios, himnos nacionales y actividades oficiales en el campo de juego. No impone ningún requisito adicional, tales como restricciones a las personas que expresan sus puntos de vista fuera de este horario», explica el último comunicado de la FIA. Es decir, pueden hablar en sus redes sociales, en entrevistas y en actos fuera de los circuitos.

La preocupación por el mensaje del presidente de la FIA, Mohammed ben Sulayem (nacido en Dubái), ha calado en este deporte/negocio de tal manera que la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), además de propagar esta prohibición, ha iniciado una campaña contra la toxicidad de las redes sociales, y los abusos y amenazas por internet.

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