La exdirectora del fútbol femenino revela en el juicio una «reprimenda» de Rubiales por no hablar con Hermoso
La que era jefa de prensa de la selección testifica que su declaración en Integridad fue teledirigida: «Había respuestas que no eran reales»
Jenni Hermoso, en el juicio a Rubiales: «Sentí que estaba fuera de contexto, que me estaba besando mi jefe»

La exdirectora del fútbol femenino en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Ana Álvarez, ha revelado como testigo en el juicio que se sigue contra Luis Rubiales en la Audiencia Nacional, que en el autobús que trasladaba a la selección desde el hotel ... en Sídeny (Australia) hasta el aeropuerto después de ganar el Mundial, que el entonces presidente de la institución le echó «una reprimenda» por no hablar con Jennifer Hermoso en plena crisis reputacional por el beso que él le había propinado en el medallero.
«Yo estaba en la parte de delante y en el momento en que para el autobús, recibo una fuerte reprimenda del presidente porque no he hablado con Jenni Hermoso», ha apuntado, para añadir, ante las repreguntas de la defensa de la jugadora: «Se me había pedido o se quería por parte del presidente que hablara directamente con Jenni Hermoso, la reprimenda posterior es por eso».
Álvarez es la primera de la lista de testigos que desfilarán durante las próximas dos semanas por la sede de la Audiencia Nacional en la localidad madrileña de San Fernando de Henares, donde este lunes se ha iniciado la vista oral con la declaración de Hermoso. Durante más de dos horas, se ha ratificado en que recibió un beso no consentido y presiones para justificarlo de parte de Rubiales, el entonces seleccionador Jorge Vilda, el que era director de la selección, Albert Luque y el responsable de Marketing, Rubén Rivera.
A preguntas de la Fiscalía, ha detallado que tras el partido, Rubiales le pidió que sacase a Hermoso del vestuario porque quería hablar con ella. No estuvo en la conversación y no sabe de qué versó, pero intuía que tenía relación con el beso en el medallero. «Me reclamó que la sacara del vestuario porque quería hablar con ella, sólo con ella», ha concretado.
Ya en el autobús, la orden que recibió «personalmente» de Rubiales fue «hablar con el director de comunicación (era Pablo García Cuervo) y que hay que hablar con Jenni porque hay que sacar un comunicado». «Me acerco a la jefa de prensa (Patricia Pérez) porque el director de comunicación no venía con nosotros y ella me dice que no sabe nada, yo tampoco, y en ese momento García Cuervo me manda al teléfono el textual tal cual», ha señalado.
«No hagas nada que no quieras hacer»
Es el comunicado al que Hermoso contestaría con un «haced lo que queráis» y que llevaba un entrecomillado que se le iba a atribuir quitando hierro al asunto. No sabía nada más del devenir de los acontecimientos hasta un momento ya en el avión, cuando habló con Hermoso y ella le hizo saber que Rubiales le exigía participar en un vídeo exculpatorio y ella se había negado. Álvarez, según ha testificado, la encontró «agitada» y le emplazó a no hacer nada que no quisiera.
La propia Pérez, que declaraba a continuación, ha subrayado que cuando pidió a Hermoso que bajase del autobús para revisar ese comunicado, ella estaba «harta». «Ella ya cuando baja del autobús baja como cansada. Mi sensación es que ya le habían pedido algo con antelación (...) estaba absolutamente con hartazgo, con desdén creo que estaba saturada de la situación».
Durante su declaración como testigo ha recuperado asimismo el relato que ya ofreció en fase de instrucción sobre qué ocurrió a la vuelta a España, cuando fue avisada de que debía comparecer en la RFEF para participar en el informe que estaba elaborando sobre lo sucedido el comité de integridad. Ha explicado, que so pretexto de agilizar los plazos, le escribieron las respuestas que debía proporcionar para ese informe y recogía cosas que «no eran la realidad».
Luis de la Fuente, Rubiales y su padre
Cuando llegó a la sede de la RFEF, fue recibida en la tercera planta y estaban allí «ocho personas»: Rubiales, su padre y un amigo de su confianza; García Cuervo, su compañero de comunicación Enrique Yunta, el psicólogo de la selección femenina López Vallejo, Chema Timón y el aún seleccionador nacional Luis de la Fuente (en instrucción negó haber participado y tendrá oportunidad de rebatirlo como testigo en el juicio). El director de integridad no estaba.
«Yo sentada en una silla, ocho personas y Yunta transcribiendo lo que le va dictando el presidente (Rubiales) de lo que considera que debemos incluir en mi declaración. Había conversaciones simultáneas mientras pasaba esto pero me cuesta creer que no se enterasen. Me pide que añada frases como que Jenni le cogió a él y le dio cachetadas en un costado. El problema es que yo ni siquiera tenía el ordenador y terminé de declarar sin saber si quiera lo que habían puesto», ha relatado.
Cabe recordar que cuando Pérez contó esto mismo en fase de instrucción, la Fiscalía le ofreció la posibilidad de denunciar también por coacciones, pero ella declinó.
El magistrado, que ya había dicho en la sala que el resultado de esas actas internas no vale a efectos del juicio «como tampoco las declaraciones en comisaría», ha frenado el interrogatorio porque, conforme ha explicado, esas respuestas no llegaron a Hermoso y lo que se analiza es hasta qué punto la jugadora fue coaccionada, por lo que no tendría nada que ver.
Por el camino, ha atendido a la queja de la Fiscalía por el volumen de las conversaciones que Rubiales mantenía, de nuevo, junto a su abogada, sentado a su lado, igual que ha ocurrido durante el interrogatorio de Hermoso, cuando ella ha llegado a perder el hilo.
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