El baúl de los Deportes
La cruel historia del 'Espetec volador', el campeón del mundo al que una vagoneta de carne sacó del atletismo
Hace 40 años, Pere Casacuberta (58) ganó el Mundial junior de cross, pero un grave accidente laboral truncó su prometedora carrera
El primer hombre que corrió los 100 metros en 10 segundos
![Pere Cascuberta](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/04/04/spetec-Ru7v1IS6rTEczGPZKdB8qrK-1200x840@diario_abc.jpg)
Es esta una historia de película… con final infeliz. La introducción, demasiadas veces repetida en producciones de ficción, relata la vida de un humilde y abnegado joven que trabaja duro en una fábrica, ayuda a su familia en las labores agrícolas y saca horas ... de donde puede para entrenarse y competir en pruebas de cross (modalidad de atletismo campo a través). El nudo se escribe con letras de oro y sonido de fanfarria: el chaval gana torneos regionales, nacionales e, inesperadamente, se proclama campeón del mundo junior. Finalmente, el desenlace se torna dramático cuando, poco después de la gloria, un grave accidente laboral corta de raíz y para siempre las fundadas esperanzas de progresión de un deportista único.
El telón del relato se abre el 25 de marzo de 1984: «Gran éxito español el conseguido en los campeonatos del mundo de campo a través que tuvieron como escenario a la ciudad norteamericana de Nueva York. Un circuito muy rápido, propicio para las características de nuestro campeón júnior, insertado en las pistas del hipódromo de East Rutherford, fue donde se desarrollaron las pruebas correspondientes a júnior masculino, sénior femenino y sénior masculino. El campeón de España de la categoría realizó una estupenda carrera de principio a fin y en los últimos metros consiguió superar al atleta que durante la totalidad de la prueba habla marchado en primera posición. Al entrar en la recta final Pedro (sic) Casacuberta dio un tirón que no pudo ser contrarrestado por el etíope Doju Tessema y entró en la línea de meta con un tiempo de 21 minutos y 32 segundos. La carrera se disputó sobre un total de ocho kilómetros».
En el 'Mundo Deportivo' (MD) destacaron «la soberbia victoria individual de un joven catalán de 18 años que responde al nombre de Pere Casacuberta y que este año se había mostrado infinitamente superior a cualquier compatriota suyo sobre cualquier tipo de superficie… A punto de cumplir los 19 años (lo hará el 12 de abril), Casacuberta realizó una carrera inteligentísima en la cual no se decidió a atacar hasta que faltaban 200 m. para la llegada. Pero, cuando lo hizo, sobrepasó a 20 metros de la llegada a su compañero de aventura, el etíope Tessema, y caminó hacia una gloria real que 21 minutos y 32 segundos antes sólo podía soñar».
«'Es un triunfo que no me esperaba', declaró urgentemente Pere, minutos después de finalizar su victoriosa carrera. 'Mi alegría es enorme. La carrera la planteé detrás del etíope Tessema, que iba tirando todo el rato. A mitad de carrera me encontré bien, seguí detrás de él y a falta de 50 metros me di cuenta de que le podía superar'. Así sucedió, y Pere, un chico de 1,67 cm. de estatura y 60 kilos de peso que trabaja colgando jamones en una fábrica de embutidos de Vic, que está entrenado por Josep María Vila ('el entrenador deI pueblo') y que este año lo había ganado absolutamente todo (excepto la Jean Bouin, por un despiste en los 5 últimos metros, y el cross de Lasarte, donde fue el primer español) entró victorioso, exhausto, pero contento, en la meta, haciendo presumir un futuro esplendoroso en nuestro país para este 'tragamillas' que, según los técnicos, lo tiene todo para triunfar. Su victoria histórica de hoy sirvió también para llevar a España al subcampeonato por equipos, sólo por detrás de la inabordable Etiopía, que colocó a cuatro de sus pequeños 'hombrecillos verdes' entre los ocho primeros».
En el triunfal regreso a España, Pere exhibió toda su natural sinceridad: «Tras su espectacular triunfo en Nueva York, el nuevo campeón del mundo de cross en la categoría júnior fue recibido en su ciudad natal, Vic, por todo lo alto. La juerga se había iniciado el día anterior, en el aeropuerto de Barcelona, donde el joven atleta recogió el homenaje espontáneo de cientos de aficionados… Aseguró que 'nunca pensé en el título. Salí bien, pero los etíopes apretaron mucho y tuve que seguirles, procurando dosificar las fuerzas. Al entrar en la recta final, Tessema y yo teníamos una ventaja sobre el canadiense. Me conformaba con la segunda plaza, pero me di cuenta de que el etíope no marchaba bien y di un tirón. Cuando vi que tenía quince metros de ventaja pensé en el triunfo'… Casacuberta trabaja en una fábrica de embutidos. 'Es un trabajo muy duro, porque lo realizo a destajo. He llegado a estar doce horas diarias. Ahora, sólo voy ocho, con lo que puedo entrenarme más horas. Mi ilusión para el futuro es seguir cosechando éxitos y revalidar este título en la categoría sénior próximamente, aunque el cambio de categoría no es fácil como ya se ha demostrado en otros casos'».
Embutidos y tractor
Dos semanas después, MD publicó un amplio reportaje realizado en el pueblo de Casacuberta, con una foto a doble página del joven atleta al volante de un enorme tractor. En el texto, bajo el titular «De pagés (campesino) a ídolo», se detalla la personalidad de Pere y se abunda sobre los avatares de su vida y su progresión deportiva:
«Pere Casacuberta nació el 12 de abril de 1965 en Vic, aunque siempre ha vivido en Gurb de la Plana. Menor de seis hermanos (junto con su hermana gemela), desde los 9 años empezó a correr por el campo abierto que rodea su casa, aunque no se dedicó en serio al atletismo hasta hace tres años. Con 39 pulsaciones por minuto en reposo, no es raro que destacara pronto entre sus compañeros del colegio GuiIlem de Montrodón, donde, además de imbatible, era un líder deportivo. Mal estudiante, aprobó octavo de EGB gracias a una argucia que su profesora María Roda transigió por ser demasiado buena persona. Acabados los estudios, empezó a trabajar en la fábrica de embutidos Tarradellas 12 horas diarias, horario que, desde hace un par de años se ha reducido de 9a1 2 de la mañana y de 2 a 6 de la tarde, lo que le permite un par de horas libres diarias para dedicar al entrenamiento, de lunes a viernes. El sábado descansa y el domingo, generalmente, compite. Los fines de semana todavía le queda tiempo para ayudar a sus padres y a su segundo hermano en las tareas ganaderas y del campo. 20 vacas, 10 cerdos, algunas gallinas y una oveja doméstica llama da 'Xera' componen la ganadería de la casa que, junto con unas 15 hectáreas de tierra, componen el 'modus vivendi' de la familia…».
En varias entrevistas, él mismo ha contado que solía entrenarse, incluso acudir a los campeonatos, con un chándal donde se publicitaba el producto creado por la empresa donde trabajaba (radicada en Gurb, su municipio natal): el espetec (fuet) de Casa Tarradellas. Por eso le llamaban «el espetec volador». Pere recuerda que hace 40 años en la citada marca, actualmente una de las compañías de alimentación más importantes y conocidas de España, «éramos muy pocos, 36 personas solamente».
«…Su carácter y su forma de ser cautivan a quien se acerca por primera vez al 'noi de Vic'… La semana antes de acudir a los Estados Unidos, bromeaba en la discoteca Roc 34 de la capital de Osona (comarca catalana) con la posibilidad de que ganara el título mundial. Sus compañeros y conocidos, habituados a su presencia, no se lo acababan de creer, pero ahora se ha convertido en un joven admirado, reconocido y, casi diríamos, perseguido. Aparte del fuerte «trote» al que le han sometido los medios de comunicación mayoritarios, Pere es ahora centro de atención en colegios, radios y periódicos comarcales, centros festivos, etc., A este respecto, el más pequeño (con su hermana gemela) de la familia Casacuberta Camps, dice entre sonrisas que 'soy demasiado bueno, ya que nunca tengo un no para nadie. Voy a todas partes donde me llaman, aunque sea a una emisora de radio que sé que tiene sólo 50 oyentes'… »
«Estuve a punto de dejarlo todo»
«'Empecé a correr hace unos nueve años, medio en broma, en la escuela, con los amigos. Hacíamos carreras y siempre ganaba a mis compañeros. Empecé a asistir a la Escola d'Atletisme del C.A. Vic y empecé a progresar. En 1980 estuve a punto de dejarlo todo: estaba aburrido e iba a entrenar muy de tarde en tarde. Sin embargo, superé esta fase, empecé a practicarlo con un poco más de rigor y al final me situé. A partir de ahí quedé quinto en el Campeonato de España juvenil de cross, en Toledo... y hasta hoy. El entrenador, Josep María ViIa, me dijo que podía llegar muy alto, y de esta manera he ido siguiendo hasta ahora'».
«Con prisas, pero sin pausas, Pere Casacuberta, 'pagés' de la Casseta de Masterrer (masía perteneciente al pueblo de Granollers de la Plana y al municipio de Gurb de la Plana, situado inequívocamente en la Plana de Vic) quiere recorrer el camino que un éxito inesperado le ha abierto de par en par», sentenciaba el texto del diario deportivo barcelonés.
Otro perfil publicado en 'El País' aportaba datos donde ya se atisban ciertas sombras de índole económica que, a la postre, obstaculizaron tantos buenos augurios deportivos: «Pere Casacuberta jamás ha ganado un duro con el atletismo. Cuenta que ahora le han prometido en la federación 250.000 pesetas (1.500 euros) por el título, más 50.000 (300€) por haber sido segundo por equipos, y que le han dicho que le van a gestionar una beca mensual de 15.000 pesetas (90€). Pero él todavía no ha visto más que las 10.000 (60€) que le dieron para estar en Nueva York. Sabe que a los atletas séniores y a las femeninas les dieron 30.000 pesetas (180€) de dieta. Dice que algún día los júniores se tendrán que plantar 'porque podrá haber discriminaciones en los premios, pero nunca en las dietas'».
«No me he podido preparar para participar en ninguna prueba. Desde que llegué del Mundial no he recibido más que agasajos y homenajes, que no me han permitido llevar un buen ritmo de entrenamiento »
Pere Casacuberta
«Se lleva de Nueva York una máquina de fotos. Él hubiera querido llevarse también un reloj para su padre y una radio para su madre –'a ver si, así, ya no me quitaba la mía'–, pero sus ahorros no le dieron para más. Cuando le den las 250.000 pesetas –'oye, nunca he visto tanto dinero junto'–, quiere sacarse el carné de conducir y ver si le alcanza para un coche de segunda mano, aunque tenga que poner algo de las 45.000 pesetas(270€) que cobra todos los meses».
Complexión fuerte
«Ahora que se ha proclamado campeón mundial júnior, piensa que va a ser alguien en el atletismo. Le gustaría dedicarse a la maratón y prefiere el cross a la pista. Sabe que en las pruebas sobre carretera hay dinero fácil, pero que la federación es contraria a que los atletas participen en ellas. A la hora de elegir, cree que se inclinaría a ir por libre y 'si luego la federación me selecciona, pues... mejor, pero debe entender que se han de satisfacer las necesidades mínimas para vivir'».
Casacuberta trabajaba en una fábrica de embutidos: «Es muy duro porque lo realizo a destajo. He llegado a estar doce horas diarias. Ahora sólo voy ocho, así puedo entrenarme más horas»
Pere Casacuberta
«Pere Casacuberta tiene una complexión fuerte para ser atleta. Por su trabajo, debe tener, necesariamente, 'aunque yo creo que lo debo a que cuando a los 15 años dejé los estudios, ayudé en el campo a mis padres. Luego quise trabajar en la fábrica para independizarme. El año pasado no fui al Mundial porque trabajaba 14 horas diarias y acababa destrozado. Ahora tengo jornada partida y totalizo ocho horas de trabajo'. La fábrica y el entrenamiento –una hora corriendo a un ritmo de 3.35 minutos por kilómetro más series de 3.000 o 5.000– ocupan la vida de Pere. No tiene novia ni quiere tenerla 'porque las mujeres son muy absorbentes'…».
El ímpetu y la inmadurez juveniles de Casacuberta, aliñados por el oropel de la fama, tendrían que haber sido encarrilados en todos los órdenes –deportivo, económico y social– por la Federación de Atletismo. No fue así, y la primera señal de alarma, desoída, llegó muy pronto, apenas un mes después del título mundial: «El campeón del mundo júnior de cross no tomará parte en la prueba de 5.000 metros correspondiente al Campeonato de España, que se disputará en La Coruña. Casacuberta ha dicho que 'no me he podido preparar para participar en ninguna prueba, pues, desde que llegué del Campeonato del Mundo no he recibido más que agasajos y homenajes, que no me han permitido llevar un buen ritmo de entrenamiento. Como estoy seguro de que no podría hacer un buen papel, prefiero no acudir y prepararme para las próximas competiciones'».
Pasó otro mes y, por fin, Pere demostró de nuevo su potencial atlético en la Carrera Popular Ciudad de Barcelona. Fue el más rápido de los casi 53.000 participantes –profesionales y aficionados– y tras cruzar la meta en primer lugar reconoció que ese triunfo era «el más importante que he conseguido después de ganar el Campeonato del Mundo en Nueva York. Y eso que en el asfalto no me desenvuelvo bien. Lo mío es la tierra». Sin embargo, le fue cogiendo gusto a la pista. Así, en julio ganó el campeonato de España en la distancia de 3.000 y en agosto, la prueba de 5.000 de un triangular en el que participaron atletas junior de Grecia, Italia y España. Recibió ofertas de diferentes clubes, la más sonada la de la sección de atletismo del FC Barcelona que presidía José Luis Núñez. Todas las desechó. Prefirió seguir en su en su Atletic Vic, en su comarca... y en su puesto de trabajo. Y eso, sobre todo lo de su actividad laboral, le costó caro. Carísimo.
Arrollado por una vagoneta de carne
Así, el jueves 4 de octubre de 1984, «Pere Casacuberta sufrió fracturas múltiples en un tobillo y una rotura en el brazo derecho al ser arrollado por una vagoneta cargada de carne en la fábrica de embutidos de Vic donde trabaja. Fue operado de cuatro fracturas, posteriormente, en la clínica Asepeyo de Barcelona. Se ignora si podrá volver a practicar el atletismo».
Desde el lecho del dolor, Pere habló con tanta claridad como dureza. Así recogió sus declaraciones el 'Mundo Deportivo': «Es triste que tengan que pasar estas cosas para que la gente se dé cuenta de la situación en que estamos los atletas… La gente cree que vivimos muy bien, que navegamos en la abundancia, y lo cierto es que, pese a ser campeón mundial, he tenido que seguir trabajando… El dueño de Tarradellas, que siempre se ha portado muy bien conmigo, me redujo el horario a cuatro horas diarias. Precisamente el Jueves, día del accidente, estaba a punto de concluir la jornada laboral cuando sobrevino el accidente».
Ese mismo día, medio año después de proclamarse campeón del mundo, el periódico catalán publicó que el junior aún no había recibido «ni un duro de la Federación». Y confirmaba esta afirmación con unas sorprendentes manifestaciones de Juan Manuel de Hoz, presidente de la citada Real Federación Española de Atletismo (RFEA): «En una junta federativa del mes de julio se aprobó concederle una beca nacional, cuyo importe es de 15.000 pesetas (90€) mensuales, con efectos retroactivos desde la fecha en que ganó el Mundial. Sin embargo, las vacaciones han retrasado el pago, y todavía no se ha hecho efectiva la deuda… Qué más quisiera yo que poder solucionar la cuestión social de todos nuestros atletas. Es lógico que los atletas puedan tener un trabajo adecuado, pero la Federación, con sus medios actuales, no puede colocar a todos los atletas de categoría, y más siendo un júnior». Nada más que añadir.
Pere Casacuberta permaneció ingresado en la clínica 50 días. Le dieron el alta el 23 de noviembre, y salió con un plan de recuperación de otros ocho meses bajo el brazo. Después, tuvo que cumplir el periodo de servicio militar, entonces obligatorio. Nunca regresó a la élite del atletismo. Coqueteó con la política municipal y acabó trabajando en el Ayuntamiento. Por supuesto, en el Ayuntamiento de su pueblo.
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