La nueva España barre a Chile en su debut

El combinado nacional solo tardó un minuto en inaugurar su cuenta goleadora en el Mundial, obra de Casado, fuerte disparo desde la frontal del almeriense que, con 28 años, ya es uno de los veteranos en esta renovada selección. Se intuye que el nuevo puzle de Jordi Ribera necesitará tiempo para acoplarse, irá de menos a más, por lo que su presentación ante Chile fue irregular, con un ataque competente aunque con muchas concesiones a la hora de proteger su portería. Esteban Salinas, mito del balonmano en el país sudamericano, no daba opciones a Sergey Hernández, autor el extremo de tres tantos casi consecutivos. Los chilenos fluían como la seda, mientras que España se encasquillaba con impotencia (6-9).

Garciandia sí estaba fantástico, imposible detener al gigantón vasco cuando encaraba la meta de Felipe Fuentes, muy desafortunado el meta aunque le detuvo dos siete metros a Dani Fernández. Superados los nervios iniciales, la selección comenzó a echar carbón a la caldera y fue el mismo Fernández, al contrataque, genial el extremo catalán, el que dio la primera ventaja del duelo (12-11). Los jóvenes generaban alguna duda antes de la cita pero, con mucho desparpajo, eran los causantes de la remontada, autores de los mejores minutos del conjunto tras un frío comienzo. Dani Dujshebaev tomó tierra en Oslo y dos misiles de crucero de su autoría hicieron recular a los chilenos. Al descanso, y gracias a la mejoría de Hernández bajo palos, España ya mandaba por cuatro (17-13).

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Tras la reanudación, ambos equipos se entregaron al cuerpo a cuerpo, durísimas defensas que impedían florecer a los talentos ofensivos. Solo Álex Dujshebaev, impecables sus lanzamientos, parecía sentirse cómodo en semejante trifulca, empeñado el lateral en que los sudamericanos encontrasen un sendero hacia el éxito. Se excedían en sus defensas y la selección sacaba mucho provecho de las penas máximas ejecutadas por Fernández que, ahora sí, se imponía siempre a los guardametas rivales. El horizonte era cada vez más esperanzador para España, compenetrada, valiente en el campo abierto y convertida en cerrojo en el ecuador de la segunda parte (24-17).

Sergey proseguía con su recital bajo palos, plásticas y decididas sus paradas, mientras que sus compañeros amagaban con convertir en un recital su batería de ataques. Ferran Solé hacía mucho daño desde la posición de extremo y, cuando se cercaba al catalán, aparecía Jan Gurri para bombardear desde la frontal. Chile sumó algún que otro buen parcial, pero la situación estuvo de sobra controlada hasta el pitido final.