El desierto le da la espalda a Carlos Sainz

De todas formas, ese vuelco en la primera jornada de este maratón fue trascendental y determinante, ya que los daños afectaron a un elemento que no se podía reparar y que para la organización es crucial: el arco de seguridad. Sainz logró llegar a meta a pesar de todas las vicisitudes pero tuvo que afrontar el análisis de la FIA, que examinó detenida y detalladamente el conjunto de tubos que protegen a piloto y copiloto dentro del vehículo. Los comisarios técnicos estimaron que esa pieza estaba dañada y no autorizaron la continuidad en carrera del Ford Raptor de la pareja española.

«Debido a los daños en la jaula de seguridad del vehículo nº225 (Carlos Sainz, Lucas Cruz) sufridos durante el accidente ocurrido en la primera parte de la 48 Crono del Rally Dakar 2025 y siguiendo la normativa FIA, se ha decidido retirar el vehículo», explicaba oficialmente Ford en un comunicado. El maldito kilómetro 327 fue la tumba para Sainz, donde una duna cortada le jugó una mala pasada y dejó a su vehículo en los huesos.

Sainz estaba visiblemente afectado al ver frustrado su debut en Ford al cuarto día del inicio del Dakar. «El resumen es que todo ha salido mal. Ayer tuvimos el accidente y perdimos bastante tiempo y después nos perdimos. Y esta mañana hemos tenido otro pinchazo (solo tenían una rueda de repuesto) y luego nos hemos perdido mucho tiempo en un sitio en el que no éramos capaces de encontrar el camino. Dos días para olvidar, muy difíciles de aceptar nada más empezar la carrera», valoró Carlos.

El Raptor de los españoles había aterrizado sobre el techo tras acometer una duna a más velocidad de la necesaria, lo que generó un destrozo general en el vehículo: las dos puertas no encajaban y tanto Sainz como Lucas Cruz se vieron obligados a pilotar y navegar sujetando con una mano sus respectivas puertas mientras tragaban polvo y arena al haber roto también el parabrisas delantero.

Sainz, que condujo cerca de 600 kilómetros con el coche destrozado, tenía claro a su llegada al campamento de Bisha que sus «opciones de ganar han desaparecido» y que su tarea sería ayudar a su compañero de Ford Mattias Ekström. Aún no sabía su descalificación por parte de la FIA, que abre una incógnita sobre su futuro. A sus 62 años (cumplirá 63 en abril), la retirada planea sobre uno de los deportistas españoles más importantes y longevos.

El inicio del Dakar está siendo una criba que se ha cebado con los pilotos nacionales. La primera en retirarse fue Laia Sanz, que rompió una racha de 14 Dakar consecutivos acabando la carrera. La catalana y su copiloto, Maurizio Gerini, sufrieron un accidente en la primera jornada que provocó un desplazamiento de dos milímetros en la barra del chasis de su Century, suficiente para que el coche no pasara la regulación de la FIA.

Laia estaba a punto de acabar la jornada cuando, tras superar el último punto de control, chocó contra una roca y volcó provocando graves daños. Decidieron no pedir asistencia y tratar de llegar al 'vivac' antes de que terminara el tiempo. Esa fue la primera gran victoria y se plantaron en la llegada dos minutos antes de que finalizara el tiempo, pero los daños eran definitivos. «Tengo muchas ganas de volver, más que nunca. El abandono ha provocado que tenga todavía más hambre de prepararme y de hacerlo bien», explicaba al aterrizar en El Prat tras una escala en Doha. «Llego con la sensación de que no lo he dicho todo en esta carrera, que puedo conseguir un buen resultado en coches, añadía antes de lamentar: «Lo que más rabia me da es saber que teníamos el ritmo. Creo que, siendo realistas, podíamos ganar la categoría».

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También se han quedado sin opciones de ganar el rally Nani Roma (vencedor en motos en 2004 y en coches en 2014) y Cristina Gutiérrez. El Ford del catalán se quedó parado en el kilómetro 766 con problemas de motor en una jornada en la que llegó a liderar el Dakar en algún tramo de la interminable y dura especial. Su vehículo tuvo que ser remolcado hasta el 'vivac' y tras un cambio de propulsor se preveía que tomara partida en la etapa de este martes ya sin competir en la general. «Es una decepción grande, pero al cabo de un rato lo relativizas todo… Tenemos poco de lo que quejarnos en la vida. Cuando nos pasaba esto en África era una putada, pero aquí llegamos a tiempo para cenar», apuntaba el bicampeón.

Cristina Gutiérrez, que salvó la carrera de su compañero Sébastien Loeb el domingo, abandonó en el kilómetro 729 de la especial. «Estoy bastante fastidiada pero a partir de ahora mi objetivo es aprender. Sé que es mi primer año y sé cuál es mi rol aquí... », explicaba la burgalesa, que seguirá con las labores de desarrollo del prototipo y de ayuda a sus compañros de Dacia, Loeb y Nasser Al-Attiyah.