giro de italia
Pogacar quiere guardar energías para hacer el doblete en el Tour
segundo día de descanso
Hacía 70 años que el Giro no registraba diferencias tan bestias, casi 8 minutos, entre el primero y el segundo en la última semana
Pogacar sentencia el Giro con grandeza
![Pogacar, en el podio de Livigno](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/05/20/tadej-RHin0znthw7SUfZOHyRgq2K-1200x840@diario_abc.jpg)
Hace 70 años que no había una diferencia tan bestia, casi ocho minutos, entre el primer y el segundo clasificado del Giro de Italia, informa la Gazzetta dello Sport, el periódico rosa que organiza la carrera desde 1909. Tiempos heroicos de ciclismo y hambre, de Coppi y Bartali. En la actual época de abundancia, el Giro está sometido a la ley de Tadej Pogacar. Es el segundo día de descanso, lunes de reposo en las grandes vueltas, y el asunto está como más o menos se podía esperar.
El fenómeno esloveno juega en otra liga, la de los superclases. En la última semana del Giro, montaña concentrada por el norte, la maglia rosa quiere conservar fuerzas, ser lo que no es, precavido, porque le espera el Tour y el desafío de un doblete más peliagudo si Vingegaard se recupera a tiempo.
«La ventaja es óptima y espero que sea una buena semana para nosotros, sin gastar demasiadas energías. Pero solo pensaré en el Tour cuando acabe el Giro –dijo ayer en rueda de prensa virtual con los medios–. Veremos si tengo una estrategia más conservadora a partir de ahora, habrá que ver también cómo se siente el equipo. Afrontaremos la carrera día a día».
Antes de afrontar la última semana de competición, nadie había conseguido tanta ventaja como Carlo Clerici en 1954. El ciclista suizo fue protagonista de la escapada más célebre de la historia del Giro, media hora de ventaja que le otorgó la victoria final ante Hugo Koblet (24 minutos), Nino Assirelli (26) y el campeoníssimo Fausto Coppi, víctima de una intoxicación por ingesta de ostras y de mal de amores tras destaparse su relación con Giulia Occhini, la 'Dama Blanca'.
Nadie piensa que Tadej Pogacar vaya a cultivar semejantes diferencias de tiempo en la última semana, pero frenar no es una palabra que haya incluido en su vocabulario. Lo comentó ayer a poco que se le insistió: «La etapa que más me gusta de las que faltan en la del sábado, la doble ascensión al Monte Grappa».
El plan de su equipo, UAE, para trazar este asalto al doblete Giro-Tour consiste en que el esloveno tendrá casi un mes de recuperación para restablecer su cuerpo de los esfuerzos en Italia. Solo así sería capaz de emular a Pantani, el último que lo consiguió, en 1998. «Estoy feliz con mis piernas y con mi condición día a día –declara el esloveno–. La victoria en Livigno fue una de mis tres mejores actuaciones en toda mi carrera».
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