entrevista
Matxín: «Pogacar no piensa en los récords, piensa en ganar»
El director español del ganador del Giro ensalza la personalidad del esloveno, un campeón que «es una persona normal»
Pogacar, directo a la grandeza
![Pogacar, con el trofeo Senza Fine. En el recuadro, Matxín](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/05/26/pog1-RqgXd7d6L2qoAHukM8T1A9L-1200x840@diario_abc.jpg)
Josean Fernández Matxín (Basauri, 53 años) ha pasado por todas las esferas del ciclismo. Corredor de nivel medio, preparador de equipos aficionados, director profesional (Saunier, Fuji, Geox…), comentarista, seleccionador de Chile, forjador de talentos en Etixx… Hasta que en 2017 emprende su gran proyecto, UAE, ... la escuadra de los Emiratos Árabes, presupuesto millonario, cumbre del ciclismo profesional, director del fenómeno Tadej Pogacar. El esloveno acaba de ganar su primer Giro con una autoridad apabullante y, antes de afrontar el reto de un doblete en el Tour, Matxín habla con ABC.
—¿Cómo es Tadej Pogacar fuera de la bicicleta?
—Normal, una persona que te pide las cosas por favor y que te dice gracias. Es muy fácil de gestionar, aunque ahora es otra historia. A la puerta del hotel tenemos 300 personas esperándolo para firmar autógrafos. No es que le sobrepase, pero si te haces una foto con una persona, las otras 299 se van a quejar. Hace las cosas extraordinariamente bien en la carretera, pero es normal como ser humano.
—En el Giro parecía competir contra la historia, no contra los rivales…
—Tadej es de ganar, es ciclismo de competición y nos pagan para conseguir victorias. En Italia les gusta mucho comparar, se parece a éste o al otro. Hace gestas como Coppi… Tadej no sabe cómo corría Coppi. No intenta ser como nadie ni copiar a nadie. Él es Pogacar.
—¿Conoce a Merckx?
—Sabe quién es Merckx, obviamente, pero no creo que se ponga vídeos de youtube para ver lo que hacía. Es consciente de las comparaciones y demás, pero los ciclistas modernos dedican su tiempo a otras cosas.
—¿A qué se dedica él?
—Pues analiza los puertos, los recorridos, cómo se realizó la subida del año anterior, dónde se rompió la carrera… No mira cómo ganaba Eddy Merckx, porque lo primero que dice es, 'mira qué ropa, qué bicis'. Es otro ciclismo. ¿Y para qué vas a comparar el ciclismo actual con el ciclismo de hace 40 años, si no tiene nada que ver? Es como si me hablas del fútbol cuando se jugaba en campos de barro. Es la percepción que tienen los ciclistas ahora, imposible comparar.
—¿Pogacar es un ciclista tecnológico cien por cien?
—Sí, claro. Todo el mundo es tecnológico hoy día, no solo los ciclistas o Tadej. Todos llevan datos, el power meter, su información. Si te fijas, según acaba la etapa, miran la pantalla para ver cuántos watios, tiempo y kilómetros han hecho, las calorías que han quemado, los kilojulios que han consumido. Todo. Depende de lo que has consumido, es lo que vas a comer. Cada uno tiene su nutrición y según lo que consume, luego come. Todos somos tecnológicos.
—El porcentaje de éxito de Pogacar cada vez que compite es brutal...
—Eso responde a que es mejor elegir bien las carreras que le convienen que ir a las mismas a entrenar. A las carreras no se puede ir a entrenar. Él y yo lo tenemos claro. El entrenamiento es el entrenamiento y la competición es la competición. Si no vas a competir, no vayas. Prefiero llevarle a correr para disputar las victorias que acudir para coger forma o entrenar.
—¿Qué legado crees que está dejando Pogacar?
—No creo que esté interesado en dejar ningún legado. Le gusta su profesión, le atrae competir. No piensa si está haciendo historia o no, no piensa en los récords. Piensa en otras cosas: es el líder de la clasificación mundial, el equipo también. Un ciclista de 25 años no piensa en el legado que va a dejar, piensa en ganar hoy. Y si no, mañana. Hemos disputado el Giro pensando también en el Tour, y también algo en el año que viene, pero no en el legado que puede dejar. En el Giro no ha atacado de lejos como en otras carreras porque no lo ha necesitado y porque tenía que ahorrar. Sabemos que está haciendo historia por los resultados que consigue, pero nada más.
—¿Correr el Giro pensando en el Tour es doble misión, no?
—Antes de empezar el Giro, planteamos determinadas etapas para disputar y otras no, mirando con un ojo el Tour de Francia. Pero una vez que estábamos en el Giro, había que concentrarse cien por cien en el día a día porque el ciclismo es lo suficientemente peligroso como para distraerse con la cabeza en otra parte.
—Vingegaard ha ganado los dos últimos Tours, pero es más carismático Pogacar.
—Ni pensamos si es un ídolo o no. Pensamos en conseguir victorias y en respetar a los rivales, no en otra cosa. Él siempre tuvo la ilusión de hacer el Giro, de ganarlo, y consideramos que era el momento, porque tiene 25 años, porque hay cinco semanas entre el Giro y el Tour y porque hará menos días de competición. No entramos en las valoraciones de si es un ídolo o no, sería un error. Si entras en lo que piensa la gente, habrá de todo. Unos adoran a Tadej, otros a Vingegaard.
—¿De dónde le viene el carisma?
—Es carismático porque es auténtico. Es una persona con valores. Tiene un talante y una manera de ser agradable, coherente y auténtica, como te digo. El carácter no se entrena. Él es como es.
—Algunos augurios pronosticaban que Pogacar no duraría demasiados años en la élite porque empezó muy joven a arrasar. Pero ahí sigue…
—Esto depende del grado de motivación y sacrificio que muestres para el entrenamiento. No es una cuestión de edad. Hay ciclistas como Majka, con 34 años, cuyo compromiso y profesionalidad es máximo.
—Es campeón, ¿es un líder también?
—Quiere ganar, evidentemente, y es un campeón porque así lo acreditan sus resultados. Pero su actuación es la de un líder. Se preocupa por sus compañeros y está siempre encima de ellos para favorecerlos en todo lo que puede.
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