La Vuelta a Burgos, primer experimento sanitario del ciclismo

Aunque se fundó en 1946 y tuvo repetición en 1947, la ronda burgalesa no cuajó hasta 1981. Desde entonces se celebra sin interrupción y en su palmarés brillan los principales ciclistas españoles de ahora y siempre. Landa, Contador, Purito, Valverde, Mayo, Olano, Perico Delgado, Cubino y así hasta Marino Lejarreta, que tiene tres. Induráin, que subió al podio en 1990 y 1996, el periodo entre sus cinco Tours, nunca la pudo ganar.

La OMS y el CSD

«Nuestra prioridad es la seguridad en la ruta. Ya lo era antes, y ahora con más motivo – cuenta a ABC Marcos Moral, el organizador –. Seguiremos las indicaciones sanitarias elaboradas por la OMS, el Ministerio de Sanidad, el protocolo del Consejo Superior de Deportes, la UCI y la Federación».

Todos los ojos del ciclismo reposarán en Burgos, convertida la provincia en una especie de Tour en miniatura. Los equipos pernoctarán las cinco etapas en hoteles de la capital burgalesa, cada escuadra en una planta de los alojamientos con todo lo necesario para no salir de ahí ( incluida una estancia para los desayunos y cenas ). No habrá bufet, como es habitual en los hoteles del ciclismo, sino un régimen alimentario individualizado para cada equipo.

Los ciclistas tendrán que usar mascarilla en todo momento, salvo durante la disputa de las etapas. Del hotel al control de firmas, en el punto de salida, después de llegar a la meta, de regreso al hotel y durante su estancia en el establecimiento. La dirección de la carrera ha contratado los servicios de un epidemiólogo, un científico local especializado en enfermedades de grupos humanos relacionadas con la salud pública. Los corredores se someterán a test PCR tres días antes de disputar la ronda y los médicos de los equipos serán los responsables de cumplir con los protocolos que incluyen el control de la temperatura corporal.

El mayor problema que se divisa en esta carrera, y en todas las de la nueva normalidad, es la aglomeración de público en las salidas y las metas. Deporte popular que no cobra entrada, el ciclismo pasará examen en Burgos . La organización pretende que existan 1,5 metros de distancia social entre los aficionados controlando los aforos de salida y meta, cerrando las calles adyacentes y clausurando el tráfico mucho antes de la llegada de los ciclistas.

«Antes queríamos espectáculo de público, ahora tenemos que difuminarlo un poco», dice Marcos Moral.

En los tramos llanos de las cinco etapas no cree que surjan problemas, entre otras cosas porque la carrera transitará por zonas despobladas de Castilla. En los puertos, Neila, Picón Blanco , será diferente. La dirección cortará las carreteras de acceso un día antes y limitará la subida a pie a las montañas.

Burgos y su Diputación han aprovechado el eco que tendrá la carrera para impulsar la actividad económica en la región, sobre todo en la hostelería. Hasta 36 equipos de diferente nivel reclamaron la inscripción en la carrera. La organización ha tenido que rechazar a 14.

Pero estarán los mejores del mundo, el Ineos con alguna de sus figuras, el Jumbo que aspira a ganar el Tour, Movistar, Astana, Bahráin, Bora, Deceuninck, Mitchelton, Trek, Emirates, NTT, Israel, Cofidis, CCC... Y es seguro el concurso de gran calidad como Valverde, Enric Mas, Soler, Landa, Carapaz, Evenepoel, Fabio Aru o el campeón mundial Mads Pedersen.