cuaderno de caza
Tórtolas y hierbas silvestres
El proyecto Operation Turtle Dove (Operación Tórtola) en un intento por enderezar la tendencia declinante de la población tortolera y promover su recuperación
Bañeras y somieres
![Tórtolas y hierbas silvestres](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/09/03/tortola-opinion-Ryp4p1zoDkqrXCE2fRH2F5N-1200x840@diario_abc.jpg)
Hace 50 años, los cazadores no podíamos imaginar que la población de tórtolas comunes podría descender a los límites en que se encuentra ahora. Un descenso que ha conducido a establecer la moratoria de su caza. Este desplome en el número de efectivos se ... ha producido por igual en los diferentes países que la especie habita en la Europa Occidental. Así, en Gran Bretaña ha desaparecido el 97% de los ejemplares entre 1995 y 2021. En 1970 había un total de 125.000 territorios ocupados, mientras que el censo de 2021 arroja la reducida cifra de 2.100 territorios.
Ante esta situación, Natural England aunó fuerzas con ciertas ONG como Pensthorpe Conservation Trust y Fair to Nature y con agricultores y propietarios de fincas agrícolas para llevar a cabo el proyecto Operation Turtle Dove (Operación Tórtola) en un intento por enderezar la tendencia declinante de la población tortolera y promover su recuperación. Ahora se comienzan a percibir algunos resultados esperanzadores.
La tórtola necesita para prosperar un soporte adecuado donde construir su nido –árboles y arbustos–, acceso al agua y, lo más importante, semillas de plantas silvestres, que son la base de su alimentación, aunque también se benefician de las cultivadas. Recuerdo haber encontrado en sus buches muchas semillas de arvejana y amapola cuando las cazábamos antiguamente. Ahora hace mucho que no veo una mata de arvejana en el campo y las amapolas ya no están en medio del trigo, como dice la canción.
Hoy día, las plantas silvestres han desaparecido casi por completo por el efecto de los herbicidas y de las modernas prácticas agrícolas. Los responsables de la Operación Tórtola, con la inestimable colaboración de los propietarios de la tierra, han establecido franjas de vegetación salvaje alrededor de los cultivos, propiciado el desarrollo de setos y árboles entre ellos y suministrado alimentación suplementaria en forma de mezclas de pequeños granos. Gracias a todo esto, el arrullo de la tórtola ha vuelto a oírse en zonas de las que había desaparecido, especialmente en el sureste de la isla. Además, esas medidas han favorecido también a otras muchas especies de aves, como escribanos, pinzones, etc.
En nuestro país, las únicas medidas realizadas en favor de la especie han sido llevadas a cabo por cazadores y gestores de caza y han consistido especialmente en el aporte suplementario de alimento y agua. Si algún día el censo de la tórtola se llega a recuperar hasta los niveles adecuados sería de justicia que se volviera a autorizar su caza en un gesto de reconocimiento hacia los artífices de la recuperación, los cazadores.
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