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Ajedrez

Carlsen, el drama de perder contra un idiota

El campeón del mundo ve cortada su racha de imbatibilidad contra el joven de 19 años Hans Niemann

El efecto Carlsen: el mundo del ajedrez asimila la fuga de su campeón

Hans Niemann, en su partida contra Magnus Carlsen, al parece no muy intimidado contra el campeón del mundo Lennart Ootes, Grand Chess Tour
Federico Marín Bellón

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A Nimzovich se le escapó una vez una frase poco elegante después de una partida: «¿Por qué tengo que perder contra este idiota?». Que levante la mano quien no lo haya pensado alguna vez. Magnus Carlsen, en su reto de alcanzar los 2900 puntos Elo, empezó bien en la Copa Sinquefield, avasallando a Nepomniachtchi, pero en la tercera ronda ha sido derrotado por un semidesconocido gran maestro de 19 años, Hans Niemann, quien le rompió al noruego una fabulosa racha de 53 partidas clásicas sin perder. El estadounidense fue franco en el análisis posterior: «Él debía estar muy desmoralizado por estar perdiendo contra un idiota como yo. Debe de ser vergonzoso para el campeón del mundo perder contra mí», dijo sin reparos.

Si alguien cree que es fácil derrotar a Carlsen sobre el tablero, debe saber que en partidas 'lentas' solo ha perdido siete veces en los últimos cinco años. Es verdad que en 2017 le fue peor y se vio obligado a rendirse en media docena de partidas. El periodista noruego Tarjei J. Svensen facilita los datos:

Niemann, que de tonto no tiene un pelo, era un jornalero del 'streaming', sobre todo, pero hace unos meses decidió centrarse menos en las retransmisiones y más en su ajedrez. En el 'post mortem' de su victoria contra el campeón del mundo hizo más comentarios interesantes, según informa Chessdom. «Me he dado cuenta de que, a veces, cuando Magnus quiere imponer su dominio, esboza una pequeña sonrisa. Hoy no ha esbozado demasiadas sonrisas, tal vez una o dos, y eso me hizo sentir muy bien. También dijo una vez que si piensa más de 10 minutos una jugada es una muy mala señal, y lo hizo mucho en nuestra partida. Eso aumentó mi confianza». Una vez más, el lenguaje gestual reveló su importancia en el ajedrez, donde pocos son capaces, como era Spassky, de perder una pieza y poner cara de haber efectuado un profundo sacrificio.

Líder provisional en San Luis

Niemann entra en el selecto club de grandes maestros que han derrotado alguna vez a Carlsen. Aunque todavía no es una estrella, tampoco es ningún desconocido ni esconde sus aspiraciones. Su victoria le sirvió además para colocarse líder en el torneo de San Luis y para superar la barrera de los 2700 puntos Elo, que podría perder este lunes. Juega contra Alireza Firouzja, uno de los pocos ajedrecistas nacidos en este siglo que están por delante de él en la clasificación mundial, y que parece recuperado de su mala actuación en el Torneo de Candidatos.

El estadounidense también agradeció la oportunidad de jugar la Copa Sinquefield. Recibió la invitación después de la baja de Richard Rapport y demostró una vez más que el circuito de ajedrez de élite quizá sea un mundo demasiado endogámico. «Si no tuviera esta oportunidad, quién sabe cuánto tiempo me llevaría demostrar que puedo vencer a los mejores jugadores», declaró.

En este sentido, el gran maestro y escritor Jacob Aagaard sugirió alguna reforma en el circuito, para dar más oportunidades a los «jóvenes hambrientos», a los que simplemente, «no les dejan jugar contra los mejores».

Niemann, nacido en San Francisco el 20 de junio de 2003, ocupa ahora el puesto número 49 de la clasificación mundial. Reconoce que tuvo algo de suerte en su partida contra Carlsen, ya que el noruego eligió una línea muy rara de apertura para sorprenderlo, que a él se le había ocurrido mirar ese mismo día. Como mínimo, demostró gran intuición.

Objetivo: campeón del mundo

Niemann solo quiere ahora trabajar duro y mejorar cada día. «Aunque no gane este torneo, qué más da. El objetivo es ganar torneos, pero el final es mejorar y convertirse en campeón del mundo. Para mí es una especie de blanco o negro. Veo a muchos jugadores que han estado entre los diez primeros durante mucho tiempo en su carrera y son felices. Pero para mí, el top 10 no significa mucho. Creo este esfuerzo por ser el mejor es una motivación. Por supuesto, hay un largo camino por recorrer».

La entrevista completa con Alejandro Ramírez puede verse aquí.

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