BALONCESTO
La policía suiza detuvo a todos los jugadores de España… y casi ganan el Eurobasket
eL bAÚL DE LOS DEPORTES
En 1935, la recién nacida selección española viajó con lo puesto al primer campeonato de Europa de baloncesto y acabó segunda tras perder la final ante Letonia
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![La selección española de baloncesto que jugó el Europeo en 1935](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2022/08/31/baloncesto-RWwzUqxl2TgLBeQHs3XOkfM-1240x768@abc.jpg)
Viaje apurado, recursos pírricos, escándalo público, detención policial, robo a un banco… Las peculiares circunstancias que rodearon, directa o indirectamente, a la primera selección española de baloncesto en su estreno en un campeonato internacional merecen una novela, incluso una película. Porque, además, con todas esas ... dificultades, la sorprendente trama desemboca en un final feliz: España fue subcampeona del Eurobasket celebrado en Ginebra (Suiza) en mayo de 1935.
En aquellos años el nuevo deporte de la canasta apenas había aterrizado en España. Estaba en pañales. Tanto, que su denominación más utilizada todavía era la original en lengua inglesa: «basket-ball». Se habían creado varios equipos, sobre todo en Barcelona y Madrid, y el origen de la selección española fue precisamente la histórica rivalidad entre Castilla y Cataluña.
En octubre de 1933 los dos clubes más destacados de ambas regiones participaron en la primera Copa de España, en sendas eliminatorias de ida y vuelta. Los clubes catalanes ganaron en casa, pero tras perder en la vuelta se quejaron del mal estado del pavimento de las canchas madrileñas y de la actuación de los árbitros. El Rayo Club se proclamó campeón tras ganar 21-11 en la final al Madrid Basketball.
Los rescoldos de la polémica, alimentada por algunos diarios madrileños y catalanes de la época, fueron aprovechados dos años después por Mariano Manent, primer seleccionador español. Este avispado argentino de padres catalanes (había regresado a Barcelona a los 12 años), organizó en marzo de 1935 un encuentro amistoso entre Cataluña y Castilla. Arbitrado por él mismo, el objetivo del partido era escoger a los mejores jugadores de ambas formaciones. Nació así la selección española de baloncesto, que en la primera cita de su historia ya se jugó la clasificación para el Eurobasket.
El partido se disputó el 15 de abril de 1935 en un campo de fútbol, el de Chamartín (Madrid), ante Portugal y arbitrado por el propio Manent (con el consentimiento de los portugueses). España venció 33-12 (16-6 al descanso) y sacó así el billete para el primer campeonato de Europa de selecciones que se celebraría apenas un mes después en Ginebra.
Robo a un banco
La primera y sorprendente baja para aquel Eurobasket fue la de Ángel Cabrera, entrenador adjunto de Manent en la selección. Cabrera, creador de la sección de baloncesto del Real Madrid, trabajaba en un banco. Días antes, otro empleado de esa oficina bancaria había huido tras robar una importante cantidad de dinero de la caja fuerte, así que Cabrera prefirió no viajar al extranjero para evitar sospechas y habladurías.
Curiosas fueron también dos altas. Fernando Muscat, pivot aragonés y pieza fundamental del primer club de baloncesto fundado en España, el Laietà, y Joan 'Nelo' Carbonell, «defensa (literal)» del Barcelona, viajaron a Ginebra pese a no haber podido participar en el decisivo partido ante Portugal. No tenían permiso en sus respectivos trabajos debido a que ya habían pedido vacaciones precisamente para poder ir a Suiza. Carbonell, por cierto, solo fue internacional en los tres partidos de aquel primer Eurobasket.
Los prolegómenos del torneo tampoco fueron sencillos. Es más, hubiera sido imposible la presencia de España si no llega a aparecer un mecenas. No había dinero para afrontar los gastos, pero en el último momento Gonzalo Aguirre se ofreció a pagarlo todo. Amante del baloncesto, Aguirre fue elegido presidente de la Federación apenas unos meses después, en octubre de 1935, cargo que ocupó hasta mayo de 1936.
Los aprietos monetarios impidieron organizar adecuadamente el viaje, así que la selección española emprendió la marcha hacia Suiza con el tiempo justo. Tan justo que, tras dos días de trayecto en tren, llegaron a la estación de Ginebra, se bajaron y fueron directos a la cancha donde debían jugar el primer partido de la fase inicial ante Bélgica.
Llegaron tarde al partido
La expedición española llegó una hora tarde, así que la selección estaba a punto de ser descalificada por incomparecencia. Sin embargo, la buena gestión de los directivos hispanos hizo reflexionar a los organizadores, quienes finalmente decidieron que aquel 2 de mayo de 1935 se jugara el encuentro.
«Después de un partido emocionante, y a pesar de que el equipo español había llegado esta mañana a Ginebra después de dos noches de tren y de que el equipo belga llegó anteayer, pudiendo descansar, el equipo español logró la victoria por 25 puntos contra 17», escribió el corresponsal de la agencia Fabra (precursora de la agencia Efe), en una crónica publicada al día siguiente en los diarios españoles.
«En el primer tiempo España llevaba la ventaja con catorce puntos contra siete. En el equipo español se distinguió, sobre todo, Martín, a quien el público ginebrino ha bautizado con el nombre dé 'pequeño Zamora'. Martín realizó un juego muy eficaz», añadía. Y reseñaba unas sorprendentes declaraciones -por inusuales, casi imposibles, en la actualidad- del árbitro del encuentro, el suizo Luciri: «El equipo español se caracteriza por su juego rápido y metódico a la vez, y se distingue por su técnica elegante y por la furia, que tanto renombre ha dado al deporte hispano. Les auguro una excelente clasificación. El equipo español ha sido una verdadera revelación para todos».
Sin tiempo para descansar, al día siguiente hubo partido. En realidad, una de las dos semifinales. El rival fue Checoslovaquia, y de nuevo la crónica de Fabra resume lo acontecido: «Ante una sala repleta de público, en el Palacio de las Exposiciones, se han celebrado los dos partidos semifinales del campeonato de Europa de basket-ball. España ha jugado contra Checoslovaquia... El partido ha resultado muy emocionante, pues el equipo checoslovaco era considerado como uno de los más favoritos del campeonato. Mediado el partido, los dos equipos se hallaban empatados a diez tantos. A pesar de una caída de Maunier, que le ha imposibilitado continuar jugando, y de que los jugadores checoslovacos eran verdaderos colosos, el partido ha terminado con la victoria del equipo español por 21 tantos contra 17. Mientras la orquesta tocaba el himno de Riego, el público tributó una gran ovación al equipo español».
Elogios en la prensa suiza
Los diarios ginebrinos publicados el 4 de mayo de 1935 no escatimaron elogios hacia el juego de España. «La exhibición del equipo español ha entusiasmado a los espectadores. Habilísimos para engañar al adversario y de un temperamento ardiente y lleno de fantasía, los jugadores españoles animaron este encuentro con su brío endiablado. Sin ningún género de dudas, el equipo español es el más espectacular del presente campeonato. El público ovacionó sus proezas personales. El éxito corresponde sobre todo a Martín, de una habilidad y agilidad verdaderamente sorprendentes», se leía en el Journal de Geneve
La Tribune de Geneve señalaba: «Desde los primeros momentos de juego los españoles revelaron su excelente categoría. Hábiles y engañando con facilidad al adversario, los jugadores de la Península Ibérica se echan sobre el balón con una rapidez desconcertante. Además de su agilidad, se lanzan a fondo y ocupan todo el terreno. El más pequeño, del equipo, Martín, un diablillo de 1,5 metros, se destaca por su extraordinaria agilidad. Realiza pases inconcebibles a una velocidad espantosa y ataca continuamente a sus adversarios. Además, los españoles chutan con precisión y, su combinación es excelente».
El tan celebrado Rafael Martín era un alero que, nacido en Costa Rica, se trasladó a Madrid para cursar estudios universitarios, que compatibilizaba con la práctica del baloncesto en el club América madrileño. Como rezan las reseñadas crónicas, su juego deslumbró en el Eurobasket 1935. Le apodaron 'le petit espagnol' (el pequeño español) y fue elegido el mejor jugador del torneo. Sorprendentemente, tan sólo completó cuatro participaciones internacionales, la citada contra Portugal y las tres del campeonato suizo.
Esta selección fue pionera en muchas cosas. Y en casi todas con éxito. Una de las principales, la integración y conjunción de jugadores de muy diversa procedencia. Así, Rafael Ruano también era, como Martín, costarricense de nacimiento. Y los hermanos Pedro y Emilio Alonso, cubanos de padres españoles y formados en Estados Unidos, país cuna del deporte de la canasta. Completaban la plantilla de la primera selección española de baloncesto Cayetano Ortega, defensa (base-escolta) nacido en Madrid pero de origen caribeño, y Armando Maunier, base catalán de padre francés y madre española.
Al calabozo
Todos a una, como en la cancha, los jugadores de España celebraron el pase a la final. E, independientemente del origen de cada uno, lo hicieron como españoles. Con estrepitosa alegría, algo inhabitual y más que chocante en Suiza. Por eso, aquella misma noche del 3 de mayo, la anterior al partido decisivo, los españoles fueron detenidos por la policía helvética y sancionados con dos días de calabozo por «cantar y alborotar en horas intempestivas». España, que estuvo a punto de no jugar el partido inicial por llegar tarde, ahora corría serio riesgo de no poder presentarse en la primera final de un Eurobasket.
Afortunadamente, el seleccionador y el cónsul españoles lograron convencer al comisario suizo para que soltara a los jugadores a tiempo para enfrentarse a Letonia. Los bálticos no dieron opción. Ganaban por ocho en el descanso y acabaron venciendo 24-18. Son los primeros campeones de Europa de la historia del baloncesto, y esa gesta deportiva siendo un país tan pequeño fue llevada al cine en 2012, año de estreno de la película 'Dream Team 1935'.
España fue la primera subcampeona de Europa, un hito deportivo que además tuvo un narrador incomparable e inmejorable: uno de sus protagonistas directos, el base español Armando Maunier, firmó el 8 de mayo de 1935 en El Mundo Deportivo una amplia y detallada crónica.
«Qué gesta más extraordinaria representa lo efectuado por nuestros hombres que, en un derroche de valor, en un esfuerzo verdaderamente sobrehumano, han sabida colocar el pabellón de España a una altura que ni los más optimistas podían soñar. Todos los adjetivos encomiásticos que pueden aplicarse a la actuación de los españoles, no los tienen estos inmerecidos», arranca el artículo.
Y prosigue: «Qué emoción entre el puñado de compatriotas nuestros, unidos en aquella sala grandiosa, que en aquellos momentos se agigantaba ante los ojos de nuestros muchachos, verdaderamente emocionados y escuchando con respetuoso orgullo el himno español, antes de iniciar la gran lucha final, que hubiera podido darnos el triunfo de no tener nuestros hombres una noche desgraciadísima en el tiro, saliendo de dentro del arco pelotas que parecían imposible que escaparan al anillo. Y esa imprecisión en el tiro fue debida a nuestros nervios, a esa sangre hirviente, verdaderamente latina, que circula en nuestra venas, que nos arrancó una victoria que hubiera sido sonada al hubiésemos sabido tener la sangre fría de los letones».
A continuación, el peculiar corresponsal/jugador resume la participación de España en el Eurobasket celebrado hace 87 años: «Lograr el segundo lugar siendo batido difícilmente, logrando situarse antes de Italia, Suiza, Francia, Checoeslovaquia, potencias de primerísimo orden y que además de una preparación extraordinaria días antes de empezar la competición, llegaron con tiempo hábil para tomar un cumplido descanso. Hubo equipo, como el de Italia que se instaló exprofeso en una pensión italiana para no cambiar en sus costumbres de alimentación. Todos los equipos llevaban masajistas, entrenadores, cuidadores, médico, etc., yendo todos excelentemente equipados con trajes de lana, 'pullowers', etc. Los nuestros pronto se captaron la simpatía por su buen humor, su sencillez en el equipo, y por presentarse sin tanta aparatosidad como por ejemplo, Italia, Francia y Letonia. Todos los participantes extranjeros eran verdaderos atletas resultando nuestros Alonso y Ruano pequeños al lado de la mayoría de los jugadores de los otros países. Inútil decir que Muscat, Ortega, Carbonell y Maunier pasaban desapercibidos como talla y Martín llamó extraordinariamente la atención por su corta estatura».
Finalmente, Maunier describe lo que bien podría considerarse un antecedente histórico de 'La Familia', apodo que desde hace años recibe la exitosa selección española de baloncesto de los Gasol, Reyes, Navarro, etc: «Destaquemos la franca camaradería, que podría calificarse sin exageración de una sincera amistad fraternal, que unió a todas los elementos componentes de la selección española durante todo el viaje. Magnífica solicitud de unos a otros, apoyo moral sin límites y un espíritu de sacrificio loable en todos conceptos sin protestar por su alineación o no en el equipo. No podemos terminar estas líneas sin mencionar al seleccionador señor Manent y al delegado señor Jorquera, por sus desvelos por sus 'poulains' (pupilos), sabiendo imponerse en el momento oportuno pero siendo siempre los compañeros inseparables, y prestos a todo esfuerzo a cualquier momento que fuera preciso».
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