Baloncesto
Pablo Laso se enfría fuera del Real Madrid
El técnico, que se mide hoy a los blancos, no ha podido brillar desde su vuelta al Baskonia
Llull es el protagonista en un nuevo triunfo del Madrid
![Laso, durante un partido del Baskonia esta temporada](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2025/01/05/laso-R5ZGuEw8PXKtoijP0w50jyN-1200x840@diario_abc.jpg)
Ya superada su crisis de resultados, el Real Madrid continúa con su escalada en las clasificaciones de la ACB y la Euroliga. Tras su victoria el pasado viernes ante el Bayern, los pupilos de Chus Mateo respiran cada vez más tranquilos en clave ... continental, pues son ahora octavos y ya acumulan cinco triunfos consecutivos. Alegría que es aún mayor en la ACB, donde ocupan la sexta plaza a solo un puñado de jornadas de llegar al ecuador del calendario. Los blancos vuelan con firmeza y hoy (20.30 horas, Movistar Plus) viajarán a Vitoria para intentar sumar ante el Baskonia una nueva muesca positiva.
No será un partido cualquiera para los merengues, ya que, además de tener que enfrentarse a la siempre competitiva plantilla de los vascos, se las verán con el genio, la leyenda que los hizo gigantes de nuevo. Un tal Pablo Laso que, en 11 años (2011-2022) en el banquillo blanco, consiguió la friolera de 22 títulos, incluyendo dos Copas de Europa y seis ligas. Un glorioso hacer que fue cercenado de manera abrupta en julio de 2022, cuando el técnico fue despedido tras sufrir un infarto de miocardio. Desde aquel incómodo divorcio, el Madrid sí ha hecho más historia, pero él se ha enfriado.
Tras un año sabático, en la 2023-24 volvió a enfundarse el traje y fichó por el Bayern, con el que, pese a no clasificarse para las eliminatorias de la Euroliga, conquistó la competición doméstica y la copa germana. Un doblete que no se conseguía en el club desde 2018 y que dejó a todo el mundo satisfecho, que parecía el inicio de un largo camino de Laso en el baloncesto teutón, pero que se acabó de forma radical el pasado verano, cuando, tras alegar «cuestiones personales», se rescindió su contrato.
Laso encadenaba dos finales inesperados con sus últimos dos clubes, comenzaba a cumplirse la clásica frase de que hace mucho frío fuera del Madrid, pero por sorpresa, el 28 de junio, el Baskonia anunció su fichaje. Laso volvía a casa, a su ciudad y al club con el que brilló como jugador. Sin embargo, seis meses después, los resultados no han sido los esperados.
Los vitorianos son decimoprimeros en la ACB, con solo seis victorias en 15 encuentros y están obligados a ganar prácticamente en las cuatro jornadas que quedan de la primera vuelta para evitar su segunda ausencia consecutiva en la Copa del Rey, un abismo que sería muy duro de digerir para un escudo de la magnitud del Baskonia. De hecho, Laso ya ha recibido varios escarmientos de la grada, sobre todo durante el mes de noviembre, cuando sus pupilos acumularon seis derrotas en ocho duelos, lo que hizo que el público del Buesa pitase con contundencia al equipo y cuerpo técnico.
Pese a que los vascos le regalaron numerosos y relumbrantes refuerzos durante el mercado como el pívot Donta Hall, el base Trent Forrest o el alero Luwawu-Cabarrot, (el último en llegar ha sido el croata Luka Samanic hace una semana), la sintonía entre soldados y estratega es aún muy fría. Tras caer ante el Mónaco el pasado 14 de noviembre, incluso Laso les tiró de las orejas en público. «Hay jugadores que siguen cometiendo los mismos errores desde el principio. Eso me molesta y hacen daño a los otros», aseguró el técnico.
Aunque, seguramente, el gran punto negro de la gestión del vasco es la mala racha por la que pasa Markus Howard bajo su mando. El escolta estadounidense, uno de los anotadores más feroces de todo el continente ( el año pasado fulminó al Madrid con 35 puntos en la Euroliga), no se encuentra en esta campaña. Es cierto que en noviembre sumó 38 tantos ante el Lleida, pero, en la 2024-25, en comparación con la 2023-24, juega más minutos pero anota menos (13,2 por 19,4) y, por ende, tiene peores porcentajes de tiro de dos, de tres y desde la línea de personal.
Como puede verse, el Baskonia de Laso no es ni mucho menos lo que se esperaba hace unos meses, una realidad tan cierta como que una victoria ante el Madrid, en un Buesa hasta la bandera, puede significar un punto de inflexión notorio antes de enfrentarse a un auténtico maratón, pues el Baskonia jugará seis encuentros en 13 días que, con seguridad, definirán buena parte de su temporada.
«Tenemos que aceptar que jugamos contra un equipo de alto nivel, de los mejores de Europa. Es obligatorio para nosotros hacer muchas cosas bien. Te sale pensar en cómo vas a parar a Tavares, a Campazzo, estar pendiente de que no aparezca Llull... Nos gustaría hacer un gran partido para regalárselo a la afición, que se lo merece en estas fiestas, pero también por nosotros (...). Si queremos estar en la Copa, tenemos que ganar los cuatro que quedan», aseguró.
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