BALONCESTO
El hundimiento del Madrid en Berlín precipita su incierto futuro
La derrota en la final de la Euroliga acelera la planificación de cara en la próxima temporada, en la que muchos hombres fuertes no seguirán
El Panathinaikos rompe el sueño del Real Madrid y se proclama campeón de Europa
Decía Fabien Causeur durante su entrevista con ABC previa a la Final Four que, a él y a sus compañeros, les gustaba llegar a la recta final de la Euroliga con el «culo apretado». Se refería el alero francés a que el Real Madrid era campeón hasta el pasado domingo porque, en la campaña anterior, sufrieron como los que más, sintieron que podían vencer por el mero hecho de que el resto del planeta les decía que no podían hacerlo. Una situación muy diferente a la que se vivió en Berlín, donde los blancos llegaron a la final con un favoritismo absoluto y salieron escaldados tras una segunda parte horripilante, casi irreconocible el grupo que había dominado con mano de hierro la fase regular de la competición y que, ante el Panathinaikos, se hundió sin remedio. Derrota que ha calado hondo en el seno del vestuario y que precipita el fin del grupo tal y como lo conocemos.
Primero, toca meter el bisturí en los motivos que llevaron al Madrid a perder el duelo final ante los griegos. El bloqueo mental que sufrió el equipo en la segunda parte fue la causa principal. De hecho, las estadísticas no mienten. En el primer cuarto, los españoles metieron la friolera de 34 puntos pero, en los tres restantes, solo sumaron 41. Fue duro de ver cómo un equipo con tantos recursos y creatividad se limitó a lanzar tiros forzados desde la línea de tres mientras el Panathinaikos firmaba el 'sorpasso' en el marcador. En el tercer periodo, ningún lanzamiento de larga distancia atravesó el aro, cero de nueve fue el promedio, mientras que en el último capítulo, los blancos anotaron tres de diez, aunque ya poco se podía hacer.
Su obsesión por el juego exterior se debió en parte a que Tavares y Poirier estuvieron muy bien cercados por la defensa helena y con Deck lesionado, el mejor sin balón del Madrid, no había nadie que dividiese a la muralla rival. Además, los dos pívots también sufrieron mucho en el otro lado de la cancha: el caboverdiano sumó dos faltas muy pronto y su participación en la primera mitad fue nula, mientras que el galo acabó expulsado tras acumular cinco. Campazzo, que estaba siendo de los mejores del Madrid, también vio el desenlace desde el banquillo. De hecho, cuando Chus Mateo fue preguntado por esta situación, el madrileño mostró su disconformidad. «Estoy un poco confuso con el arbitraje de hoy… No me quejo, pero uno espera que el nivel sea un poco parejo a la hora de utilizar las manos».
Con el barco encallado, ahora es el momento de hablar de futuro. Desde hace meses es de sobra conocido que la dirección deportiva blanca se iba a enfrentar a un verano muy complicado. Son siete los integrantes de la plantilla que acaban contrato, además de Mateo. La continuidad del técnico, salvo sorpresa, será una realidad, pues bajo su mando el Madrid ha conquistado una Euroliga, dos Supercopas de España y una Copa del Rey. Pero son algunos de sus más ilustres discípulos los que no tienen tan claro su futuro.
Eddy Tavares, eje central del proyecto desde hace varios años, lleva meses negociando una ampliación que le coloque como uno de los jugadores mejor pagados del continente. El acuerdo se anunciará de forma inminente pese a que la temporada del africano ha sido irregular porque se valora su alto rendimiento en los éxitos pasados. Quien tiene más complicada su continuidad es Poirier, que ha cuajado una temporada fantástica y, se entiende, que el galo puede optar a ser titular en un equipo de la élite europea. Su baja será dura, pues su tándem con Tavares ha sido espectacular, aunque el Madrid tiene un as debajo de la manga. Usman Garuba, que abandonó el club blanco hace tres años para probar suerte en la NBA, podría volver a la que fue su casa tras no hacerse un hueco al otro lado del Atlántico.
Pero, sin duda, la baja más dolorosa para la afición blanca será la de Rudy Fernández. El alero anunció hace unos meses que esta sería su última campaña antes de retirarse y, por desgracia, la derrota ante el Panathinaikos será su último recuerdo de la Euroliga, competición que ha levantado en tres ocasiones. El otro integrante de la vieja guardia junto con Llull, Sergio Rodríguez, tampoco tiene clara su continuidad, muy próximo también el fin de su carrera pese a que fue de los mejores del Madrid en la final. Causeur, tras siete años en el club, es otro de los candidatos a salir.
Y, por último, está Mario Hezonja. El futuro del croata ha sido un rompecabezas y, tras varios meses en los que ha estado vinculado a la NBA, al Panathinaikos o incluso al Barcelona, ahora parece que sí podría seguir en el WiZink. El propio jugador aseguró que Florentino Pérez, cada vez que se cruza con él, le amenaza de forma amistosa para que renueve, aunque la incertidumbre se prolongará hasta junio. Tiene que lidiar el Real Madrid con una durísima derrota, un incierto futuro y, además, reponerse incluso en tiempo récord, pues el miércoles comienzan las semifinales de la ACB, donde espera el Barcelona. Como dijo Mateo desde el Uber Arena de Berlín, hay dos opciones: «Llorar, que lo haremos, o ponernos en pie».
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