Juegos Paralímpicos
Ser una estrella sin dedos en las manos ni piernas
Baloncesto en silla de ruedas
Tras sufrir una sepsis que le hizo perder las extremidades y estar en coma inducido, Óscar Onrubia es con 24 años uno de los líderes de la selección de baloncesto en silla de ruedas
Los 100 días de Uribes al frente del CSD: dopaje, caos en la RFEF y maraña electoral
![Óscar Onrubia](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/03/28/oscar-onrubia-RtxmO0P4jlKBrEhxoHAyxiK-1200x840@diario_abc.jpg)
Todas las miradas se alinean hacia París, brilla más de lo habitual la capital gala pues este mismo verano acogerá una nueva edición de los Juegos Olímpicos, el evento deportivo más importante y majestuoso de la historia. Por la vera del Sena, con un ... poco de suerte, desfilarán el 26 de julio figuras como Katie Ledecky, Carlos Alcaraz, Simone Biles, Yulimar Rojas o LeBron James. Pero, una vez finalizado el acontecimiento, no habrá un apagón en el corazón francés, ya que cogerán el relevo los Juegos Paralímpicos, que se disputarán desde el 28 de agosto. Sus protagonistas, también guerreros, luchan desde hace meses por asegurarse la clasificación y, pese a que el foco mediático no acompaña, su ilusión es máxima.
Al menos eso se percibe cuando uno visita las canchas de baloncesto del Centro de Alto Rendimiento del CSD (Consejo Superior de Deportes) en Madrid, donde se concentra la selección española de baloncesto sobre ruedas. El recibimiento es magnífico, sorprende en clave periodística, acostumbrados los de la libreta a ser percibidos como agentes del caos. Pero allí son todo risas, muy buen rollo aderezado con algún que otro concurso de triples. «Las cervezas las pagas tú, pero en París», vacila Alexis Ruiz, uno de los integrantes del equipo. Solo hay una condición para disfrutar de la grata experiencia: sentarse en una silla de ruedas.
Tanto Ruiz como Fran Lara y Alejandro Zarzuela, todos del AMIAB de Albacete, uno de los equipos con más solera de Europa, se explayan a la hora de contar a los presentes las claves del deporte. Es necesario dar arco al balón cuando se lanza y las caídas son de lo más habituales. Y en medio de la clase, un joven lleno de tatuajes luce más que el resto, es como un electrón, no para de encestar desde todas las posiciones y se llama Óscar Onrubia, el protagonista de estas líneas.
El barcelonés de 24 años, cuando solo tenía tres, sufrió una sepsis meningocócica, percance provocado por una bacteria que, al entrar en la sangre, comienza a gangrenar las extremidades. Si no se amputa antes de que llegue al corazón te mata en cuestión de horas y esa es la razón por la que Onrubia no tiene dedos en las manos ni piernas. Estuvo varios meses en coma inducido y, cuando despertó, comenzó su vida.
Infancia más que agradable, con muchos amigos, que el catalán comenzó a aderezar con el deporte desde los siete años. «Empecé haciendo piscina, fue el primer deporte que practiqué, pero llegó un momento en el que estaba en tres diferentes. Además de natación, bici de manos y baloncesto, obviamente. Pero a mí lo que me gustaba era relacionarme, pasar tiempo con mis amigos, y por eso me quedé con el deporte de equipo».
El basket como trabajo
Un pasatiempo que, con 18 años, se convirtió en su trabajo. Tras abandonar su ciudad natal, acabó en Las Rozas, Madrid, donde Abraham Carrión, actual seleccionador español, le ofreció un puesto en el equipo local. «Cuando eres chiquitito, el deporte no se considera modo de vida. Antes, cuando salíamos del colegio, íbamos a echarnos unas risas a las canchas. Desde que llegué a Madrid, es mi trabajo. Tienes que ganarte el salario y tu contrato depende de ello. Ahora mola mucho más, porque sabes que te estás dedicando a lo que te gusta. Es un modo de vida, un trabajo».
Su juego en la capital fue cegador y el AMIAB se fijó en él. Ahora, como explica, Onrubia, vive un sueño. «He hecho cosas que jamás pensé que iba a cumplir. Soy doble campeón de la Champions, doble campeón de liga y de Copa del Rey. Eran sueños cuando me iba a dormir y lo he conseguido. Yo veía a gente por la tele y quería jugar con ellos. Hoy soy su compañeros».
Solo tiene una espina clavada Onrubia y esa es el cuarto puesto conseguido en Tokio 2020, a un paso del bronce. «Fue muy duro porque encima perdimos contra Reino Unido, donde juegan muchos compañeros míos del Albacete. Por eso queremos estar en París, queremos una revancha, demostrar que podemos conseguir una medalla».
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