Suscríbete
Pásate a Premium

Tenerife 68 - 69 H. Jerusalén

El campeón muere en la orilla

Los canarios no podrán revalidar título en la Champions tras caer eliminado ante los israelís

La vieja guardia revive al Real Madrid

Shermadini, en las semifinales de la Champions efe

P. L.

Acoge Málaga la Final Four de la Champions League de baloncesto, la tercera competición continental en discordia tras la Euroliga y la Eurocup. Un torneo marcado desde sus comienzos por el acento español, cuatro entorchados conquistados por equipos nacionales desde su creación en 2017 (dos para el San Pablo Burgos y dos para el Tenerife). Un millón de euros para el ganador también, jugosa recompensa para redondear la ilusión que supone acceder a un título internacional.

Fueron precisamente los canarios, actuales campeones, los encargados de abrir el telón ante el Hapoel Jerusalén en la primera de las semifinales. Enemigos de los isleños ante la grada del Unicaja -que también se quedó fuera de la final al sucumbir ante el Telekom Baskets Bonn (67-69)- y muy amigos de los israelíes. En el deporte no hay nacionalidades, solo tribus, no vale el «prefiero que gane un equipo español».

Sin embargo, no contaban, o no querían contar, con que entre las filas del Tenerife rugen dos veteranos que parecen haber firmado un pacto con el diablo. Marcelinho Huertas y Giorgi Shermadini, inmortal su baloncesto, 39 y 34 primaveras respectivamente, son todo un seguro de vida en estos partidos en el alambre.

Comenzaron dominando el brasileño y el georgiano, que han convertido uno de los movimientos más primarios del baloncesto, el bloqueo y continuación, en un arte, una danza de cisnes que dio cierta ventaja a los de Txus Vidorreta en los minutos iniciales. Sumaba y sumaba Shermadini, imparable bajo el aro, una escalera antes sus rivales, 13 puntos al descanso para el pívot. Pero los de Jerusalén, de la mano del estadounidense Randolph y el trinitense Carrington, dos 'ballers' (jugones en castellano) como dicen en estados Unidos , consiguieron minimizar las diferencias e incluso darle una ventaja de cuatro puntos a los israelíes al descanso.

Remontada

No aflojó el binomio del Hapoel tras la reanudación, imparable en el tiro exterior, plásticos y efectivos en sus acciones. Sus 1.500 aficionados desplazados hasta Málaga dominaban la escena acústica y los seis triples consecutivos y sin fallo de los de la capital israelí comenzaron a generar un ambiente muy poco esperanzador para los españoles. Fue entonces cuando, tras una primera parte nefasta, el Tenerife comenzó sumar de tres en tres, acierto aderezado con un aumento de las pulsaciones defensivas, donde estuvo especialmente inspirado Elgin Cook.

Un ciclón de buenas acciones que pusieron por delante a los canarios justo antes de encarar el tramo final. Para culminar la remontada, fue Marcelinho quien dio una vez más un recital de tempo y control de las emociones. No se rindieron sus rivales y tras un tres más uno del letón Vene y una nueva canasta de Carrington, el partido se decidió en la última jugada. Tuvo el tiro Fitipaldo tras una buena circulación, pero no acertó el uruguayo. Cruel final para el campeón.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación