El Barça cierra en Estambul una semana para el olvido

Tres partidos y tres derrotas para el Barcelona. Los azulgranas, tras Olympiacos y Zaragoza, cerraron la semana con una nueva muesca negativa al caer en casa del Fenerbahçe. Los de Jasikevicus tuvieron una entrada genial en el partido pero, con el paso de los minutos, se fueron desinflando hasta ceder de nuevo ante un rival extramotivado. Al Barça le pasa algo, y ni él mismo sabe qué es.

Prometedor inicio de los azulgranas, con dos triples y un dos más uno de Mirotic ante la blanda defensa turca, expectante, tímida pese a estar arropada por una de las calderas más incontrolables de Europa, las gradas del Ulker Arena de Estambul. Tal fue la tormenta inicial de los azulgranas que el técnico local, Dimitrios Itoudis, no tuvo más remedio que gastar su primer tiempo muerto a los tres minutos de encuentro. Mirotic alcanzaba los 3.000 puntos en Euroliga y el Barça, tras una mala semana, respiraba al fin tranquilo.

Sin en el bando turco eran todo titubeos, salvo alguna genialidad de Wilbekin, en el español todo era decisión: defensa, robos, contrataques... La maquinaria azulgrana se asemejaba por momentos a lo que Jasikevicus pretende que sea su equipo en las grandes citas, donde, desde la llegada del lituano, parece desinflarse con regularidad.

Ya desperezado, hubo acelerón del Fenerbahçe, guiado por su amplia constelación de estrellas. El ya mencionado Wilbekin y los serbios Marko Guduric y Nemanja Bjelica, fichaje estrella de los locales (debutó en esta temporada la semana pasada por una larga lesión), hicieron que los turcos pusiesen la velocidad de abordaje y redujeran la diferencia a una cantidad muy peligrosa para los azulgranas.

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Jasikevicius comenzaba a sudar frío, le engullía la desesperación por el bajón de sus pupilos, faltos de la intensidad y pericia que les hicieron brillar en el primer cuarto. En el segundo, solo anotaron diez puntos. Al descanso, ganaban de tres gracias a un palmeo milagroso de Mike Tobey.

El intercambio tras la reanudación, fue glorioso. El Fenerbahçe mostraba su versión más coral mientras el Barcelona se agarraba a los arrebatos anotadores de Mirotic, que parece completamente recuperado de la lesión que le dejó sin los primeros meses de competición. El montenegrino, acompañado por Satoransky, mantenía a flote a los azulgranas ante el asfixiante ritmo impuesto por los locales, que con mucha fe y dureza en el rebote (Motley estuvo imparable bajo el tablero), llegaron al último acto por delante en el marcador.

Fue Vesely, ex del Fenerbahçe hasta este mismo verano, quien con su aguerrido baloncesto checo mantuvo al Barça con opciones en los últimos compases del duelo, monopolizados por la fricción y ausente en cuanto a estilismo. El candado en defensa forjado por los catalanes, unido al magnífico acierto de Mirotic desde la larga distancia, devolvieron la igualdad momentánea al marcador. Pero, una vez más, cuando el balón quemaba, fueron sus rivales, esta vez el Fenerbahçe, quienes se llevaron la victoria, por ganas y decisión.