Las lágrimas de Giulano... y la sonrisa de papá Simeone
El empuje y la entrega del hijo del entrenador fueron decisivos en el triunfo del Atlético ante el Leganés
Un doblete de Sorloth sella la remontada en un Metropolitano apático
Giuliano Simeone no marcó ninguno, pero celebró los tres goles que el Atlético le endosó al Leganés como si le fuera la vida en ello. En realidad, todo lo relacionado con el club madrileño le toca muy dentro. Porque es futbolista de la primera plantilla y, sobre todo, porque es hijo de Diego Pablo Simeone, una figura que va mucho más allá de su cargo de entrenador desde hace 13 años.
Este domingo, en un Metropolitano sombrío y silencioso sin los 5.0000 entusiastas del fondo sur y con un 0-1 en contra, papá Simeone decidió echar al césped al vástago pequeño de su primer matrimonio en el minuto 57 de partido.
Por la actitud.
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) October 20, 2024
Por la voluntad.
Por el querer.
Por el compromiso.
Por la insistencia.
Por 𝐆𝐢𝐮𝐥𝐢𝐚𝐧𝐨 𝐒𝐢𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞.#LaCasaDelFútbol #LALIGAEASPORTS pic.twitter.com/7kEmKUhzjy
El técnico argentino y cualquiera que se apellide Simeone saben de sobra que están bajo el foco rojiblanco de forma permanente, así que no hicieron falta muchas instrucciones. Padre e hijo eran conscientes de lo que se jugaban. Giuliano, teórico delantero, se colocó donde le habían ordenado, en la banda derecha, y desde ese costado inyectó al equipo la adrenalina que necesitaba para reaccionar tras el madrugador tanto del Leganés.
El joven (21 años) Simeone, nacido en Roma pero argentino por los cuatro costados, se remangó, buscó el balón sin descanso, presionó a los rivales y, a diez minutos del final, le sirvió a Griezmann el gol de la remontada (2-1). Poseído, lo celebró a lo grande con el francés. Y tras la euforia, no pudo reprimir unas lágrimas de emoción.
A escasos metros, en la banda del revivido Metropolitano, a papá Simeone se le escapó una sonrisa de íntima satisfacción.
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