Fútbol femenino
Ajibade: «No voy a permitir que los insultos racistas me hagan venirme abajo»
La futbolista nigeriana del Atlético, que ha sufrido episodios xenófobos en los campos, afronta con calma e ilusión la última jornada de la Liga F que marcará si su equipo entra en Champions League
Desbandada en la Liga F
Rasheedat Ajibade (Mushin, Nigeria, 8 de diciembre de 1999) completa una saga de hermanos deportistas: una hermana tenista, otra que practica kung-fu y un mayor que también es futbolista. Empezó a jugar al fútbol en las calles, como muchas de sus compañeras; tuvo que jugar al principio sólo con chicos y luego, después de lucirse ya en categoría femenina, pegó el salto al fútbol europeo. Desde 2021 juega en el Atlético de Madrid. Titular al fin indiscutible, ha sido clave para que su equipo opte a jugar la Champions League. A las rojiblancas les basta con ganar este sábado (o hacer lo mismo que el Levante ante el Madrid CFF) al Villareal (que a su vez se juega el descenso) en la última jornada de la Liga F (12.00, Gol) para volver a la competición europea cuatro años después.
—¿Cómo está el vestuario teniendo tan cerca la Champions cuatro años después?
—Ahora mismo lo vivimos como un momento increíble, no aguanto la espera a conseguir la plaza para ir a Champions. Hemos esperado cuatro años para este momento. Va a ser un partido excitante y vamos a demostrar todo lo que hemos trabajado en las temporadas anteriores.
—Lo tienen todo de cara al depender de sí mismas, pero se miden a un Villarreal que se juega la permanencia. ¿Cómo se gestionan las emociones en un partido así?
—Puede haber personas que piensen 'bah, es el Villareal'. Pero siendo honesta, no va a ser un encuentro fácil. Esta clase de partidos son los más difíciles y duros que juegas. Yo creo que llegamos con buenas sensaciones por los resultados que hemos tenido en los últimos duelos. Tenemos que ser capaces de controlar las emociones contra el Villareal y estar seguras de que lo vamos a hacer tanto anímica como tácticamente. Y siempre pensando también en la disciplina. Así que debemos salir al 100% desde el inicio hasta el final.
—¿Cuándo supo que quería dedicarse a ser futbolista?
Empecé a jugar fútbol en las calles a los seis u ochos años. Pero sabía que iba a ser mi carrera cuando cumplí diez o doce años. En ese momento empecé a oír sobre jugadores de la selección de Nigeria, coincidiendo con su participación en el Mundial. Y ahí es cuando lo sentí: «Esto es para mí, lo voy a conseguir yo también».
—¿Y cuál fue la reacción de sus padres cuando se lo contó?
—Mi madre estuvo ahí para apoyarme. Porque mi madre prioriza el talento de los niños. Ella siempre decía «vale, haz lo que tengas que hacer, pero asegúrate de ser responsable en casa y no descuidar tu educación».
—Empezó a jugar en su pueblo entonces, ¿no?
—Sí, así es. Empecé a jugar en el FC Robo. Bueno, en realidad fue el equipo de una amiga de mi hermana, pero sólo tenían categoría masculina. Pero en otro club cercano sí que había para las dos modalidades. Ellos me dijeron, dos años después de estar con los chicos, que podía unirme al equipo femenino, que además jugaba en la Liga de Nigeria. Allí pasé cinco años entrenando. Cuando crecí y tenía los 12 o 13 años es cuando me uní al FC Robo. Diez años estuve con ellas jugando antes de viajar a Noruega con mi primer contrato profesional.
—El pasado lunes salió a la luz la primera condena de cárcel en España por insultos de racismo desde las gradas. Ocho meses de cárcel por los gritos a Vinicius en Valencia. ¿Qué le parece?
—¿Era la primera? La cosa es que no deberíamos centrar la discusión en por qué se condena a alguien por ser racista, sino en que serlo es inhumano. No deberíamos ser racistas con nadie. El fútbol es un deporte que conecta a todo el mundo, sobre todo desde el respeto. El objetivo es elevar tu género, tu color, lo que sea que seas. Debería ser algo que nos haga felices. Vienes al campo para ver fútbol, para ser feliz, para disfrutar. No se trata de acosar a un jugador. Incluso si quieres ganar, o tu equipo no está ganando, no tienes el derecho de hacer eso a los jugadores rivales. No deberíamos llegar al punto de tener que condenar a alguien por esto, sino simplemente de todos ser conscientes de que no se puede hacer. Sobra el racismo en el fútbol. LO jugamos personas de todas las partes del mundo y todas contribuimos a hacerlo mejor cada día. No deberíamos seguir hablando más de esto. Lo deberíamos erradicar sin necesidad de sentencias. Las personas deberían estar sensibilizadas, ser educadas para eliminarlo del deporte. El fútbol debería ser limpio, algo que jugamos con amor, con pasión, con emociones.. Eso es todo. Ya sea que ganes o pierdas, debería ser algo que nos conecte en lugar de separarnos.
—Usted también ha sufrido insultos racistas desde la grada. Varias compañeras denunciaron los gritos que sufrió en Valdebebas cuando visitaron al Real Madrid.
—No presto atención a algo que no tiene valor para mí. Cada uno debe cuidar de sí mismo y yo lo hago, además muy centrada en mí personalmente. Sé de dónde vengo. No voy a permitir que lo que me digan me haga venirme abajo. También se hasta dónde quiero llegar, la meta es clara. Así que lo que sea que alguien me diga está desperdiciando su energía y su tiempo... Pero es malo, porque no todas las futbolistas van a ser mentalmente fuertes como yo o como otros jugadores. A algunas personas les dices tonterías y reaccionan así, hundiéndose, y eso es el fin de su carrera, no les ayuda a avanzar.
—¿Cómo siente esa rivalidad con el Real Madrid? Ellas quedan por delante, pero en los derbis las que ganan, o no pierden, son las rojiblancas.
—Siempre hay una pelea entre nosotras. A veces puede ser una batalla por ser las mejores. Creo que es bueno y lo adoro. Ya sabes, es algo que nos hace a nosotras mejor en el sentido positivo. No en el sentido negativo. Es una competición de fútbol. Cada partido es competitivo para cada una de nosotras: contra el Villarreal, Levante… Es lo mismo. Porque nosotras queremos jugar, ganar y por tanto conseguir una alta posición en la tabla, así que si queremos sumar puntos, debemos ganar a todas. Pero el Real Madrid y nosotras somos de la misma ciudad. Es positivo para mí esa rivalidad, me hace ser más competitiva. Cuando nos enfrentamos siempre es emocionante.
—¿Cuál es la lección más importante que ha aprendido del Atlético de Madrid?
Tienes que jugar con pasión y con todo lo que tengas. También con disciplina y con la intención de mejorar cada día. Otra importante lección que he aprendido es que debes ser paciente y esperar hasta el momento idóneo, siempre con mentalidad positiva. Esta es una gran familia.
—¿Qué es lo que ha cambiado entre la Ajibade que llegó en 2021 y la de ahora?
—Aquí en el Atleti es todo un poco sube y baja. Ya sabes como es el fútbol [e imita el gesto del recorrido de un montaña rusa con la mano]. Pero debes tener fortaleza mental para ser capaz de esperar en cada momento y cada oportunidad cuando ocurre. Hay días que son buenos, otros que son malos, otros que medio medio… pero yo disfruto de cada momento y me centro en mí. Con la mente puesta en cómo puedo ayudar al equipo aportando mi valor y pensando en cómo podemos ganar y conseguir objetivos juntas como equipo. Eso es todo lo que hay en mi mente desde que llegué.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete