Fase de reciclaje
Más allá de lo que ocurra en el banquillo, el Betis necesita una profunda renovación en puestos esenciales en los que jugadores de peso han perdido su sitio
Gent - Betis, en directo
Ha llegado el Betis a la recta final de la Liga, ese tramo definitivo del campeonato de siete u ocho partidos al que tanta importancia daba Luis Aragonés, a siete puntos del sexto puesto, el que ocupa la Real Sociedad y que da acceso a ... competiciones europeas. Estuvo bastante más cerca, incluso bien asentado entre el quinto y el sexto lugar, aunque la lamentable racha más reciente ha alejado a los verdiblancos del objetivo continental más allá del resultado de la final de Copa y que se abra también la puerta de la Conference League, de infausto recuerdo croata. Pero más allá de lo meramente cuantitativo, lo cierto es que las sensaciones del equipo no son precisamente buenas ni su fútbol es lo fluido que en las campañas precedentes. Tanto que desde ciertos sectores se habla ya abiertamente, y no sin motivos fundados, de un final de ciclo.
Con la conclusión o no de una etapa, de lo que no cabe duda es de que el club ha de plantearse un importante reciclaje, una renovación profunda de su plantilla este verano si quiere sostener el famoso discurso del 'crecimiento' o, al menos, mantener el pulso competitivo de estos tres últimos años, en los que ha estado siempre presente en torneos continentales. Y debe hacerlo de forma independiente a la continuidad o no de Manuel Pellegrini. El chileno, que tiene contrato hasta junio de 2026, ha demostrado ser una garantía de que el equipo rinda a niveles elevados y no parece que el problema esencial de esta tendencia a la baja actual sea estrictamente un asunto del banquillo. Ni mucho menos. Se quede o no, resulta evidente que hay que echar mano del mercado, con bastante imaginación y no demasiados recursos financieros, para reforzar varias posiciones en las que sus teóricos dueños han decaído de forma inexorable. El Betis necesitará un nuevo portero; o dos, incluso. Ni Bravo puede ya tener la continuidad física deseada en la alta competición ni Rui Silva ha ofrecido una versión mínimamente convincente. Necesitará también dos laterales izquierdos habida cuenta de que Miranda no ha dado el salto necesario y las escasas prestaciones del brasileño Abner, que se marchará al Lyon. Debería, además, reforzar la posición de central con un elemento más y replantearse los componentes del carril derecho a tenor de los permanentes problemas físicos de Sabaly y la decadencia de Bellerín. Los problemas atrás están siendo más que evidentes esta temporada, pero la lista de nombres propios que parecen haber cerrado su periplo en Heliópolis es más amplia y se extiende bastante más allá que la propia zaga. Uno de los señalados sin género alguno de duda es el portugués William Carvalho, al que el club colocará en el mercado después de un año con cifras y juego pobrísimas, además de una actitud en el campo un tanto indolente y displicente. Además, no es ni mucho menos descartable la marcha de Guido Rodríguez, que acaba contrato y que desde enero ha podido ya firmar por cualquier equipo. Delante de ellos, incluso el jugador franquicia bético, Fekir, empieza a perfilarse como transferible dada su importante bajada de rendimiento una vez ha regresado tras un año en el dique seco por lesión. Su valor de mercado ha ido disminuyendo sin parar y sigue muy lejos de su mejor versión, más allá de su indudable calidad. Quizás pudiera convertirse en la única gran venta de los próximos meses, sobre todo si genera algún tipo de interés en Arabia. Y en cuanto a los jugadores de la punta del ataque, tanto los dos cedidos, Borja Iglesias y Juanmi, como el actual propietario de la posición de '9', Willian José, reúnen todas las papeletas para abandonar la disciplina verdiblanca este verano. Por su rendimiento y por sus salarios, ya que habrá que redimensionar de nuevo esos topes. La necesidad de un ariete de mayores garantías que los actuales es, probablemente, el elemento que menos dudas suscita. A todo ello debe añadirse la opción de vender a otros jugadores que surgieron de la cantera con los que obtener algunas plusvalías ahora que aún se podría, como Assane Diao o el cedido Juan Cruz.
A oferta medianamente suculenta que surja, el club tendrá que responder con el planteamiento sobre la mesa de una saludable renovación de plantilla y del propio ambiente del vestuario y, sobre todo, con los datos de rendimiento de la campaña en curso, en la que se dibuja con nitidez una cuesta abajo a la que debe ponerse freno si no se quiere volver a la intrascendencia o, lo que es peor, al sufrimiento. La fase de reciclaje ya arrancó, en realidad, el año pasado con la marcha de Canales o las cesiones de Juanmi y Borja. El Betis debería, ahora, mantener esa filosofía con futbolistas cuyo ciclo se antoja agotado.
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