Isco y la resistencia (1-0)

El partido comenzó con un contratiempo. Una entrada muy dura con las dos piernas y con poca posibilidad de disputar la pelota de Bruno Méndez sobre Ayoze acabó con la atención médica sobre el tobillo del tinerfeño y con la sustitución por Assane Diao en el minuto 18. No se entendió primero que el árbitro sólo mostrara la cartulina amarilla y, después, que desde el VAR Pizarro Gómez no instara a que el castigo para el futbolista uruguayo del Granada fuera mayor. Porque él siguió en el partido hasta que fue sustituido en el tramo final después de una pisada sobre Fekir que tampoco fue castigada con la segunda amarilla, y Ayoze tuvo que ser atendido y debió seguir el choque desde fuera.

La primera parte de los verdiblancos fue buena. Salvo los primeros minutos en los que el Granada salió contestón y los béticos algo despistados en defensa. Porque en el cuarto minuto de juego Cuadra Fernández, a instancias de uno de sus asistentes, anuló un tanto de Uzuni que se encontraba remachó al fondo de la portería un disparo de Lucas Boyé tras una mala salida de Rui Silva, pero el atacante albanés tenía sólo a un defensor local por detrás de la pelota. Pero a partir de ahí el equipo de Pellegrini dominó el partido. Y le volvió a pasar lo que al conjunto heliopolitano le viene ocurriendo en los últimos meses de competición, a excepción del choque copero en Vitoria, en el que directamente ni siquiera compareció: el problema con el gol. Tuvo llegadas de sobra el Betis, unas con más peligro que otras. Pero faltó el acierto, como viene siendo habitual en el grupo bético en los últimos tiempos.

El Granada taponaba cada disparo de los pupilos de Pellegrini, que se desesperaba en la banda, igual que todos los béticos en sus asientos del Villamarín y también los que seguían el partido a través de la televisión. Y cuando los balones no los cortaban los defensores, era el portero Batalla, cedido por el River Plate de Buenos Aires, con el que se chocaban los disparos béticos. Guardado desde fuera del área, Assane, Marc Roca en la segunda parte... Todo eso fueron repelidos bien por jugadores rojiblancos bien por el meta visitante.

Estuvo especialmente activo, y en esta ocasión también acertado Luiz Henrique. El brasileño, criticado en las últimas semanas por su bajo rendimiento, fue un estilete clave en el partido. Volvió loco a los laterales del Granada, principalmente a Carlos Neva, y también a Méndez cuando Pellegrini, tras la marcha del partido de Ayoze, cambiaba de banda al brasileño y a Assane. De hecho, prácticamente todo el peligro del Betis en la primera mitad estuvo en las botas del de Petrópolis. Por ejemplo, la doble ocasión del minuto 22 de partido. En la primera acción, disparo de Assane sobre el cuerpo de Batalla tras un pase de Luiz Henrique desde la izquierda. Y la segunda, también un centro del brasileño al área que no encontró rematador. Después, en el 34, Isco llegó a rematar, pero por alto, un centro del exjugador del Fluminense hacia el corazón del área. Con el empate a cero inicial se llegó al descanso, si bien el Betis mereció marcharse con ventaja.

El segundo tiempo empezó con otra mala noticia en forma de lesión. Y esta sí puede ser preocupante, por el movimiento de la pierna de Aitor Ruibal y también porque en el lateral derecho Bellerín sigue lesionado, aunque podría volver a ejercitarse con el grupo esta próxima semana, y Sabaly está en la Copa de África. A Pellegrini no le tembló el pulso y sacó al campo para sustituir al catalán al lateral derecho que tenía en el banquillo, el futbolista del Betis Deportivo Pablo Busto. El chico fue recibido con una atronadora ovación y durante el tiempo que estuvo en el terreno de juego no defraudó: supo mantener la posición, fue valiente a la hora de defender y encarar a los rivales y el Granada apenas creó peligro por ese flanco.

En el minuto 57 volvió a aparecer Batalla. Marc Roca recogió un balón en corto en la frontal del área y sin dudarlo le pegó a la pelota fuerte y con mucha intención para que el Villamarín cantara gol, pero para hacer que el meta rival se luciera con otra intervención que evitó que el Betis se pusiera por delante en el marcador. Pasada la hora de juego tuvo Willian José una buena oportunidad de marcar. Abner aprovechó el resbalón de Bruno Méndez y centró al área buscando a su compatriota. Pero el disparo del de Alagoas se fue al limbo.

Luego volvió Fekir a jugar en el Villamarín. Y curiosidad o no, con él en el campo llegó el gol de Isco gracias al que el Betis ganó el partido. Luego apareció la resistencia bética. Sólo hay que ver la imagen de rabia de Marc Roca celebrando que a Arezo le anulaban el gol del empate en el minuto 82. Al final, victoria. El Villamarín sigue siendo un fortín en LaLiga. Paso importante para ir disipando las dudas que la derrota ante el Celta y la eliminación en la Copa contra el Alavés habían levantado. Y se acercan los verdiblancos a un punto de la Real Sociedad, tras la derrota de los blanquiazules en el derbi vasco contra el Athletic. Hoy sí todo son buenas noticias.