El equipo que hace felices a los colistas (1-0)

Tenía una buena oportunidad el Betis para acercarse a los puestos europeos de la clasificación y mantenerse en la pelea de puntos con equipos como el Girona, la Real Sociedad, o el Osasuna, y así acercarse al Mallorca, sexto, que con 30 puntos y tras haber adelantado su partido de la 19ª jornada al disputar la semifinal de la Supercopa ante el Madrid, podía quedarse a tan sólo dos puntos de conseguir el triunfo en Valladolid. Al menos, después de haber dejado escapar demasiados puntos tontamente durante la primera vuelta, acabarla lo más cerca posible de las 30 unidades en la tabla de LaLiga, era importante antes de afrontar el duelo de octavos de la Copa ante el Barcelona en Montjüic. Hizo algún movimiento Pellegrini en el once que era más por decisión técnica que otra cosa. Comenzaban Ricardo Rodríguez y Bakambu y se quedaban en el banquillo Perraud y Vitor Roque. ¿Pensando en el choque fratricida ante el Barcelona del miércoles? Se podía pensar. También esperó su oportunidad en el banquillo Marc Bartra, pero en su caso también se debía al hecho que había vuelto a la convocatoria tras haberse perdido el encuentro de la Copa en tierras oscenses. Pero la actitud de uno, el Valladolid, queriendo más ganar el partido que el otro, el Betis, fue lo que determinó el partido.

El inicio del partido atisbaba que, pese a jugar ante el vicecolista de LaLiga, un Valladolid empatado a 12 puntos con el Valencia, iba a tener su complicación. Más que nada porque el Betis salió un poco a verlas venir y poco intenso en la presión. El equipo de Cocca concedía. También se jugaba mucho en el encuentro. Pero los de Pellegrini no dieron ese paso al frente para agobiar de verdad a los blanquivioletas y que el ambiente en Zorrilla hacia su equipo se hiciera más duro si cabe tras la eliminación en la Copa del Rey hace una semana ante un Primera RFEF como el Ourense CF.

Fue un encuentro muy parecido al del Valencia, falto de actitud y con muy poquita intensidad por parte verdiblanca, cualquier equipo, esté mejor o peor en la tabla clasificatoria a las alturas a las que se juega el partido, te puede crear problemas. Y tanto fue así que el Valladolid jugó su mejor partido de la temporada. Muy poco del Betis en ataque durante el partido. Bakambu, que salió de inicio, fue más un estorbo que una ayuda. Es que ni controló bien la pelota. Tuvo una ocasión, pero al balón le faltó poco para salir más por fuera de banda que por la línea de fondo tras el disparo cruzado del congoleño. Pero es que hasta Lo Celso estuvo mal. Algún detalle de Isco pero muy poco más. Demasiado pase y control de seguridad en líneas generales, sólo el malagueño intentó algún control orientado para ponerse en ventaja con el balón controlado.

El aviso del primer minuto de juego hizo presagiar lo que iba a ocurrir en Zorrilla. Johnny Cardoso perdió la pelota en la salida del balón del Betis -aunque pudo ser objeto de falta el internacional norteamericano-, y el esférico le llega a Marcos André. El exdelantero del Valencia regateó, el balón se le fue largo y el esférico se le quedó a Anuar que remató incomprensiblemente fuera ante la salida de Fran Vieites. Tuvo un segundo acercamiento el cuadro local en los primeros minutos, en un cabezazo peinado de Mario Martín al saque de una falta que se marchó fuera. Pero poco a poco fue el Betis deshaciéndose del dominio y la presión vallisoletana en el centro del campo. Lo Celso estuvo cerca de adelantar al Betis antes del cuarto de hora, pero el argentino, muy desdibujado durante los 75 minutos que estuvo en terreno de juego, remató alto tras la dejada de Bakambu. Otro que apareció muy poco fue Abde. Tuvo un disparo pero se desinfló. Ni se marcha en velocidad, ni muestra desborde... Pasa por un mal momento el marroquí. Tiene que seguir jugando porque, prácticamente, no hay más en el ataque bético.

Tras el paso por los vestuarios el partido continuó con la misma tónica, que se confirmó con el tanto de Kike Pérez, que al final desniveló el duelo. Era el minuto 58, cuando el Valladolid elaboró una acción larga de ataque el equipo local, con apertura hacia la izquierda para la entrada de Lucas Rosa. El centro del lateral zurdo, que le cogió la espalda a Sabaly, al corazón del área lo remató para dentro de la portería Kike Pérez ante la pasividad defensiva de Natan. Fiesta en Pucela. Alegría tremenda para el equipo local y al Betis le tocaba volver a remar con otro marcador en contra.

El caso es que los heliopolitanos no aparecieron de nuevo en el área contraria hasta que el canterano Jesús Rodríguez entró al partido. Es una delicia ver jugar al de Alcalá de Guadaíra. Asociándose más o menos con Aitor en el flanco derecho del ataque heliopolitano, el joven atacante fue el jugador que más peligro creó en toda la segunda mitad para los verdiblancos. Incluso tuvo una ocasión para haber empatado el choque en el largo descuento final. También tuvo un tiro Vitor Roque, que entró a la hora de juego al campo, pero salió cruzado y lo salvó un defensor local prácticamente bajo los palos.

Otro desastroso partido del Betis, sin intensidad, con poco acierto ofensivo y dando la sensación de no tener ganas de ganar el partido. Esa es la sensación que deja. No vamos a decir que ante el vicecolista de la clasificación se podía ganar andando, pero obviamente la oportunidad de volver a sumar de tres en tres en LaLiga era bastante buena. Contando ya con el duelo en Pucela, en los últimos cuatro encuentros ligueros de los de Pellegrini, el Betis sólo ha sido capaz de ganar en Villarreal. Todo ha quedado tapado un poco por la Copa, los últimos partidos de la Conference y el buen encuentro disputado ante el Barcelona en Heliópolis a comienzos de diciembre. Pero los datos están ahí y el equipo bético tiene que volver ya a la senda de las victorias en el torneo de la regularidad.