Se acerca el final

—Bueno, bueno, que don Mou es como don Mao, no pierde una final. ¿Y es sencillo? ¿Y de dinero? ¿Carote?

—A ver. Cojo un vuelo Sevilla-Barcelona. Luego de Barcelona otro avión hasta Estocolmo. De Estocolmo un tren que atraviesa Finlandia y me deja en San Petersburgo. De allí otro avión a Praga. Y de Praga un talgo hasta la frontera con Hungría, donde me espera un blablacar que me acerca a la capital. Allí cogeré taxi que me lleve al estadio y a disfrutar... ¿Caro? Bueno, unos siete mil euros. Hay que hacer sacrificios por mi Sevilla, hombre.

—Baratito. Una bicoca.

—Va a estar pagando el préstamo hasta mi nieto cuando él se jubile.

—Lo que no haga uno por el fútbol, Pepe, no lo hace por nada. ¿Y llegas a tiempo para el partido?

—Pues seguramente no, si acaso para los penaltis. Pero para la fiesta me da, me da. Y puedo decir que he estado en Budapest, hombre.

—¿Ya sabes que vais a los penaltis?

—Y que el último lo va a marcar Montiel, eso es, lo tengo claro. Será el eco del Mundial de Qatar. Y la séptima al zurrón con el mago Ramón otra vez triunfando. Como siempre.

—¿Como siempre? Aprovecha el viaje para preguntar a los de la Roma, anda, aprovecha. Que allí lo querían menos que a los del Lazio.

—Como gane el miércoles lo van a terminar de odiar, vale, pero me apunto a eso sin problemas.

—Pues si perdéis, ojito porque lo de ir a Europa el año que viene lo vais a tener en chino. Como no os apuntéis a Eurovisión, cero cartón del nueve.

—¿Pero a mí me vas a hablar de Europa a unas horas de otra final, Manolo? Quillo, te lo tienes que hacer mirar...

—Yo sólo te digo que mi Betis sí tiene ya el puesto asegurado y que son ya tres años seguidos. Con don Manuel siempre arriba.

—Eso suena a otros tiempos.

—El Ingeniero, el Ingeniero. Que le hagan un poco de limpia en la plantilla, un par de ventas buenas y a funcionar otra vez el año que viene.

—A lo mejor se anima el míster y renováis otra vez a Joaquín, hombre, que aún es un chavalito.

—Es un ídolo. Y lo vamos a despedir el domingo y luego en su partido homenaje como se merece. No habéis tenido vosotros uno así ni retrocediendo otro siglo más en el tiempo. Y en vez de 1890, 1790. Total, que seguro que ya existíais y jugabais.

—Claro que no hemos tenido uno como ese. Tenemos uno mejor, que es don Jesús Navas. Que por cierto sigue jugando, no se retira. Incluso después de la patada de Miranda.

—Sí, fue parecida a la que él mismo le dio al tío del Elche. O la de Acuña a Dani Ceballos, por ejemplo.

—Ceballos, ay Ceballos. Otro provocador, otro. La escuela verdiblanca.

—Ya va a estar por aquí el chico.

—Pues que se cuide esos tobillos, que se los cuide, por si acaso...