Betis - Manchester United
Fekir frota la lámpara y disipa los diablos (1-0)
El trabajo invernal de Pellegrini y el apoyo del Villamarín devuelven la identidad que el Betis añoró en Sudamérica
Juanmi gozó de más de media hora para volver a calibrar sensaciones en esta nueva fase de preparación
Despierta del letargo y hace añicos el Betis las pesadillas sudamericanas antes de la llegada de la Navidad. Triunfo contundente en las formas por más que en el fondo parezca que los de Manuel Pellegrini tumbaron sin sufrir a un desmañado Manchester United con un gran gol obra del mayor de sus ilusionistas: Fekir se viste de majestad y va a lomos de un Benito Villamarín que le pide muchas cosas al nuevo 2023, porque este año no puede estar portándose mejor. Plata le han traído y oro quiere. Se lo merece, y el primer regalo para ese niño ambicioso que es el Betis de esta década lleva papel de estreno de color verde y blanco y responde al nombre de Juanmi Jiménez, que vuelve tres meses después a jugar un partido de fútbol. Porque hay noticias que valen mucho más que tres puntos.
Deconstruir al Betis invernal se está convirtiendo en un trabajo digno de la más ardua investigación. Valora como pocos el conjunto verdiblanco la pelota, pero la nueva experiencia de Pellegrini es una ironía encerrada en sí misma según su momento, ahora sin internacionales y muchos jóvenes: el Betis sumará siempre si atina bien en la resta. También en amistosos ante rivales como este Manchester United, una dócil selección inglesa a la que le faltan los más experimentados, aún en Qatar o descansando. Quizá por eso recibió cuatro goles bajo el sol de Cádiz y uno que pudieron ser varios en esta jornada de sábado en la que los béticos quieren pegar, como si fuera un cromo, esta falsa pretemporada encima de los resultados de la gira sudamericana. Para que al pasar la página el álbum se vea bien de cara a lo que importa.
Luciendo la brillante camiseta de la Supercopa de España en un Villamarín que va oliendo a Navidad por cada córner, el Betis se entregó primero al sentido del juego que propone la Premier League para equiparar las fuerzas con un rival muy similar en lo que concierne a su situación clasificatoria. La velocidad y la presión alta se hicieron dueñas del choque poco después de que Pellegrini dispusiese en el tapete a un Luiz Felipe al que se le avecinan grandes responsabilidades, y poco después de que se lesionase el diablo Van de Beek en el prefacio. Ten Hag elegía en su lugar a Isak Hansen-Aaroen, pero lo que el United tampoco esperaba era el estado de forma de Álex Moreno , que comenzó a buscar la espalda de la defensa roja con vocación de fisio. Siempre móvil y como la referencia nacional que es, Borja probó un disparo y Rodri se sumó a la actitud grupal en la que todos se solidarizaron con esa guidiana manera de comportarse en la destrucción de lo que busque el rival. Montoya y Luiz Henrique colaboraron con la causa al pilotar de seis pero hacía falta que apareciera un ocho.
Todos ellos y los canteranos que entraron luego quisieron que el equipo fuera protagonista por lo que destruyera más que de lo que fuera capaz de construir luego. En el costado diestro, Luiz Henrique se presentó hábil para ganar profundidad en un tiempo en el que cada metro es una gota de credibilidad ofensiva para la tropa de Pellegrini. McTominay, sombra primera de Nabil Fekir, envió un chut directo a la grada. Y poco después llegó la más clara para el Betis, con un taconazo del propio Fekir a Luiz Henrique, en la que el brasileño temporizó lo justo para cedérsela a Paul, que venía al remate con un disparo potente. Borja la vio llegar y la dejó pasar y De Gea se quedó de piedra cuando dio en el palo.
Planeta Fekir
Llega como segundo hombre en fase de ataque, siendo la cobertura del Panda más hambriento que se cuelga de los vomitorios del coliseo heliopolitanos. Colabora en la presión en cualquiera de los carriles para evitar el desgaste de sus compañeros y también viene a recibir pese a sentir las agudas clavículas de McTominay, de la casa de los Lancaster. Le robó todas las rosas en forma de balones un Fekir que siempre será el mejor de este equipo mientras ande pendiente de las guerras que sólo él sabe ganar. Todo flota y gira en torno al centrocampista francés, que fue el primer pivote y el último mediapunta para servir de enganche hasta con una afición que lo admira. Por eso fue el hombre del amistoso, con permiso de alguien que estaba a punto de llegar. Las fechas animan a ello.
Aparecen espacios cuando Fekir manda y si Fekir no los ve, es que no hay espacios. El que imaginó Borja Iglesias con una pared hecha por el artesano de Santander y un disparo postrero que se marchaba alto. El que propuso Luiz Henrique rompiendo ángulos, amagando marcas y deshaciendo por dentro lo ya roto para sacar otro centro que pensó disparo. El que halló el propio Fekir, en el segundo tiempo, cuando la triangulación de cuatro se hace efectiva entre Montoya, que la pone al balcón, Luiz Henrique se asoma sin tocarla y Borja Iglesias la da de cara para que Fekir la vea dentro antes de marcar. Espacios de otro planeta para un futbolista cósmico que chasca los dedos hipnotizando. Como atendieron los más de once mil béticos que vieron cómo un joven delantero de Coín, que tanto ha sufrido con las lesiones, volvía a calentar trotando por la banda antes de volver a afinar, ya dentro, su mejor olfato. El del gol. Todos querían que volviese Juan Miguel , y ahí está para lo que reste, literalmente. Hablando de cuentas, pocas le quedan a Dani Pérez para integrarse en todos los cálculos verdiblancos, cada día más asimilado a la ecuación de un ingeniero en la que empezó sacando un seis, y acabó saliéndole un ocho. El sábado a las 18.00, el Betis quiere seguir sintiéndose como en casa ante el Inter de Milán.
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