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Atlético de Madrid - Betis (2-0): La historia de siempre

Después de una notable primera parte, el Betis se ve sorprendido por Llorente tras el descanso y consuma el quiero y no puedo habitual en el feudo atlético

Marcos Llorente anota el 1-0 tras superar a Mandi y batir a Bravo por el palo corto, anoche en Madrid EFE
Mateo González

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Calcado al curso pasado pero con diferente marcador. Un gol más en contra. El que llegó ya en el alargue, con diez y con la zaga hecha unos zorros. El Betis fue otra vez ese equipo voluntarioso y con el balón al que el Atlético sabe domesticar en su feudo. Mucha posesión, circulación de pelota, algunas ocasiones pero la sensación permanente de querer y no poder. Y cuando parecía que podía ahí estaba Oblak. Después de una primera mitad notable , en la que incluso merecer más que ese 0-0 con el que ambos se fueron al receso, Marcos Llorente castigó el error a las espaldas de Montoya y engañó a Bravo en su salida. Las ocasiones, si fueron béticas antes ya se convirtieron en sólo atléticas. El temporal pasó con 1-0 y el Betis se recompuso para irse arriba. Incluso con diez tras la expulsión de Montoya por hacer falta como último hombre pero sin remate no se llega a nada en la élite y Luis Suárez sentenció al contragolpe quizás algo más tarde de lo que el partido ya había proyectado.

La clave estuvo en esa salida furiosa del Atlético y adormecida del Betis tras el descanso. A Simeone no le gustaba lo que veía, hizo dos cambios y puso a Llorente donde podía hacer daño: en los huecos que dejaba atrás Montoya. Un saque de banda rápido, triangulación, zancada para dejar atrás a Mandi y gol engañando a Bravo. Ahí se diluyó un buen Betis. El que dibujó un partido de posesión y ritmo, de acoso a un rival potente, pero que no supo interpretar que el Atlético sabe vivir entre las cuerdas y que si no le noquea siempre estará vivo para devolver el golpe. Así fue, porque el vivaz Tello fue un incordio tremendo para Trippier y de sus carreras debió salir algo que fructificara en ese 0-1 que se resistió tanto que fue imposible.

Porque el Betis había salido intenso y mandón. Con varios disparos desde media distancia y un cabezazo cercano de William al que respondió Oblak con una palomita. La estadística estaba clara en el minuto 17: siete disparos verdiblancos y ninguno local. Álex y Tello conectaban y Fekir no sacaba provecho de tener un central como Hermoso abierto a la banda. Suárez cruza dos veces y el Betis tiene una fase de acoso que se resuelve con ocasiones para Fekir, William Carvalho, Tello, Montoya...

Hablamos de un Betis con variedad ofensiva , con cierto descaro, con capacidad de presionar bien y de recuperar tras pérdida. Que abre el campo y que tiene peligro en las dos alas y por dentro. Bien sujetado por Guido y los centrales y una línea arriesgada de fuera de juego. Sin embargo, sin gol no hay ventaja y el Atlético ya tenía previsto este partido. El zarpazo llegó por la vía de Llorente, el mejor de los que saltaron ayer al césped, y a partir de ahí nada fue igual. El Betis quiso reaccionar rápido con Álex Moreno y con un mano a mano de Sanabria tras pase de William que tapó bien Oblak. Fue un espejismo, porque el Atlético empezó a coleccionar ocasiones y a hacer que Bravo se ganara el sueldo. Buena mano ante un disparo del incorporado Hermoso, un tiro al palo de Herrera, desvío ante Carrasco, abajo con Luis Suárez... Y la expulsión de Montoya por hacer falta a Carrasco siendo el último hombre. Era amarilla para Mateu pero tras el VAR se convirtió en roja. Ahí ya todo fue más improvisado. Pellegrini hacía cambios para que el equipo tuviera al menos un cierto orden pero erró en algunos, ya que Tello y William Carvalho estaban aportando. Mientras, Carrasco corría hacia Bravo y el chileno desviaba providencialmente. Fekir pide penalti en un forcejeo con Trippier que Mateu no va a ver al monitor. El Betis se pasa los últimos minutos acosando al Atlético pero impreciso y casi sin remate, ya con Loren y Borja . Mucho balón en frontal pero el Atlético se cierra tan bien por dentro que el peligro está nuevamente al contragolpe. Y ahí marca Suárez tras una pared con Lodi que Mandi vuelve a no leer bien. El 2-0 sentencia el duelo ya en el alargue y deja al Betis con la misma sensación que otras veces ante un equipo que le dejó hacer hasta que dijo basta y se llevó el duelo a pesar de regalar posesión y dominio a quien no supo rematar.

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