Los abuelos del Dakar

Analizando los cambios que ha sufrido el Dakar en estos últimos 35 años, ambos celebran el desarrollo que ha habido en la carrera, dado que «antes la gente se mataba como chinches», cuenta Criado. Pero, de igual manera, recuerdan con nostalgia aquella «aventura» que era la competición en la época de las brújulas y no de los GPS que la convirtieron en «unos 15 días menos intrépidos».

Ahora, Juvanteny y su equipo afrontan el reto de llevar al cien por cien el nivel de uso de hidrógeno en el motor de su vehículo, que actualmente está en el 65%. Ante el dolor de espalda o la falta de sueño que se padecen en el desierto, reconoce el piloto, el mejor paliativo es «la motivación de haber emprendido un proyecto que puede evitar que la contaminación reduzca sustancialmente el número de carreras». «O hacemos algo, o estar quemando gasolina en el desierto cada vez estará peor visto, y como pasa en Barcelona, no se promocionará el Dakar por un tema ambiental», cuenta el piloto. Por eso, Criado afirma sin miedo que del mismo modo que ellos le deben mucho a esta competición, esta competición les debe mucho a ellos.

En la innovadora 'Mission 1000', Juvanteny y Criado corren por el desierto saudí con un modelo de motor que reduce las emisiones en torno a un 90% y demuestran que «suplir los combustibles fósiles en las carreras no significa perder rendimiento». Por pura convicción, decidieron emprender este camino para que «los jóvenes puedan seguir corriendo en el futuro, algo inviable si seguimos emitiendo tanta polución», según Juvanteny.

Cuenta el piloto que «cuando en su momento ASO (compañía organizadora del Dakar) anunció que, a partir de 2026, exigiría a todos los vehículos punteros funcionar con energías renovables», pensaba que «la transición iba a ir más rápido». De todos modos, «el Dakar ha dado un parón con esto», expone, y «el adentramiento de las marcas en el mundo sostenible está siendo más lento de lo esperado». Para él, que la mayoría de los pilotos no den importancia a lo que contaminan sus vehículos es una prueba del escepticismo que hay en el mundo de las carreras. No obstante, «es inevitable que otros sectores del motor, como la Fórmula 1, acaben entrando en el juego», asegura Criado, quien pronostica que en 25 años todos los vehículos de carreras usarán energías sostenibles.

A las puertas del año nuevo, Criado y Juvanteny esperan poder reeditar la victoria de 2024 en la nueva edición del Dakar que arrancará en enero. Con el combustible HVO diseñado en España por la empresa de Xavi Ribas, que viajará dentro del vehículo con Juvanteny y Criado por segundo año consecutivo, se muestran confiados de poder volver a tocar la cima. Además, cuenta Ribas que «es un motivo de orgullo que casi todo el proceso del carburante tenga lugar en España», dado que se está contribuyendo a «impulsar la industria y la conciencia social en lo referente a la reducción de emisiones».