ciclismo
Los detalles más escabrosos del dopaje de Armstrong
Los últimos informes hechos públicos por la Usada ponen los pelos de punto y revelan un escaso aprecio por la salud de los deportistas

Los detalles más escabrosos del dopaje de Armstrong
Video.
El millar de páginas del último informe de la Agencia Estadounidense Antidopaje (Usada) sobre las prácticas de dopaje en el seno del US postal, el equipo en el que Lance Armstrong se convirtió en el rey del ciclismo mundial, pone los pelos de punta.
Los testimonios que incriminan al excorredor estadounidense resultan escalofriantes. Especialmente, los que conciernen a los españoles con responsabilidades en la dirección técnica y médica del equeipo, el entrenador valenciano Pepe Martí y los doctores Pedro Celaya y Luis García del Moral .
De este último galeno, recuerda el ciclista Christian Vande Velde que «entraba en la habitación y enseguida te encontrabas con una aguja en el brazo». Según el testimonio de Vande Velde y de sus compañeros suyos entonces, como George Hincapie o Floyd Landis, el mismo doctor Del Moral les suministró a todos ellos EPO para competir en la Vuelta a España de 2001 .
Otro de los que con más crudeza han acusado a Armstrong, según consta en el informe de la Usada, ha sido el norteamericano Levi Leipheimer . Este corredor declaró que fue Armstrong quien le aconsejó consumir un producto denominado Andriol que, si se ingería mezclado con aceite de oliva tras las carreras, multiplicaba los efectos de la EPO de la que le proveían los médicos del equipo.
Arrepentido clave
El ciclista de Montana aparece como uno de los arrepentidos claves en el caso. «Desde 1999 pensaba que para triunfar en el ciclismo profesional era necesario el uso de sustancias dopantes. Desde este momento conseguí EPO durante tres años y pagué por él aparte de los entrenamientos», ha declarado a las autoridades antidopaje. Su declaración arroja luz sobre lo que el organismo oficial estadounidense ha descrito como «el más sofisticado, profesionalizado y exitoso programa de dopaje que el deporte jamás ha visto».
Leipheimer afirmó que «el doctor Del Moral me llamó y me dio algunas instrucciones para saber cómo debía inyectarme el EPO , cómo usarlo y cómo parar antes de una competición. Me recomendó que fuera una inyección intravenosa y no subcutánea para tener mejor rendimiento y no poder ser detectado en los controles».
A Del Moral todos los deportistas que han colaborado con la investigación lo retatan como el más desalmado de los miembros de la trama, «un tipo seco y agresivo que siempre parecía tener prisa» y capaz de llegar a la concentración de pretemporada en California con un documento Excel con un plan de dopaje personalizado para cada uno de los integrantes del equipo.
Estas son solo algunas de las escandalosas prácticas que se desgranan del millar de folios de la investigación que ahora han visto la luz. Las tres semanas que tienen ahora la Unión Ciclista Internacional (UCI) y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) para pronunciarse sobre el voluminoso informe de la Usada prometen ser un rosario de truculentas revelaciones que menoscabarán todavía más el mermado crédito de Armstrong, que ya anunció el pasado mes de agosto su renuncia a defenderse de las acusaciones.
Noticias relacionadas
Ver comentarios