Michael Johnson, el Expreso de Waco

26 de agosto de 1999. Mundial de Atletismo de Sevilla. Michael Johnson -que unos días después cumpliría 32 años- pulveriza el récord del mundo de 400 metros. El atleta estadounidense corre esa distancia en 43,18 segundos, rebajando en 11 centésimas la plusmarca anterior, que ostentaba Butch Reynolds desde 1988 (43,29 segundos). A punto de cumplirse 10 años de aquella gesta, ningún otro corredor ha logrado batir esa histórica marca.
Nacido el 13 de septiembre de 1967, en Dallas (Texas), Michael Duane Johnson, ha sido uno de los mejores velocistas de todos los tiempos. Aunque no corría los 100 metros lisos, prueba con la que se corona -de forma oficiosa- al atleta más veloz del mundo, el tejano era el rey indiscutible en 200 y 400 metros. En su época más brillante, la década de los 90, nadie le hacía sombra.
El expreso de Waco, apodo con el que se le conoce por ser en esta localidad tejana donde empezó su carrera universitaria, tuvo unos comienzos un tanto desafortunados, ya que sufrió varias lesiones que le impidieron participar en los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988. Sería en 1990 cuando se da a conocer a nivel internacional, al correr los 200 m. por debajo de los 20 segundos (19,85). Fue en Edimburgo, y supuso la mejor marca del año.
Su primera medalla de oro llegaría en 1991, en los Mundiales de Tokio. Fue en la prueba de 200 metros lisos, que corrío en un tiempo de 20,01 segundos. Al año siguiente acudió a su primera cita olímipica. Johnson se postulaba como el gran favorito en Barcelona'92. En esos momentos dominaba en los 200 m., pero un intoxicación alimentaria le impidió disputar la prueba en plenitud de condiciones y fue eliminado en semifinales. Como consuelo le quedó la medalla de oro (primera que conseguía) en 4x400 m. El equipo estadounidense -Andrew Valmon, Michael Johnson, Quincy Watts y Steve Lewis- batió además la plusmarca mundial (2:55,74).
En 1993, Johnson se centra en los 400 metros. En el Mundial de Stuttgart consigue la medalla de oro, además de su mejor marca personal en dicha prueba (43,65). En el mismo campeonato gana los 4x400 m. con una nuevo récord del mundo (2:54,29). Dos años después, en 1995, logra una hazaña memorable. En los Mundiales de Goteborg consigue un histórico doblete -nadie lo hizo antes ni lo ha hecho después- en 200 y 400 metros. Además también se llevó el oro en 4x400 m.
La hazaña de Atlanta
Pero su mejor año sería sin duda 1996. Poco antes de los Juegos de Atlanta, y en la misma ciudad, bate el récord mundial de 200 m. (anclado en los 19,72 que hizo el italiano Pietro Mennea en el 79). Johnson corrió en 19,66 segundos, seis centésimas menos que la anterior plusmarca. La cita olímpica lo alzó al trono indiscutible de la velocidad. Doblete en 200 y 400 metros (primer hombre que lo conseguía). Además, en los 200 m. destroza su anterior récord mundial bajando hasta los 19,32 segundos (una marca que batió Bolt en los pasados Juegos de Pekín), dando una auténtica exhibición y demostrando su dominio absoluto en la prueba.
El propio Johnson se consideraba el hombre más rápido del mundo. Sin embargo las pocas veces que corrió los 100 m. no bajó de los 10 segundos. Su mejor marca en la considerada como la prueba reina de la velocidad fue de 10,09 (en 1994, Knoxville, Tennesseea). En esta categoría quien dominaba allá por 1997 era Donovan Bailey. Por lo tanto se retó con él para decidir -todo de forma oficiosa- quién era el más veloz del planeta. Corrieron una distancia intermedia: 150 metros. Ganó el canadiense, porque “el Expreso” sufrió un problema muscular en plena carrera.
En 1997 consigue otro oro en 400 m., esta vez en los Mundiales de Atenas. Dos años después, en Sevilla, lograría el récord del mundo en la misma prueba -que aún se mantiene y que mencionamos al principio-, con una hazaña memorable que le dio una nueva medalla dorada. También se alzó con la victoria en relevos. En el año 2000, Johnson, acude a Sidney en los que serían sus últimos JJOO y el penúltimo paso de su carrera deportiva. Tenía 33 años y se despidió a lo grande, con dos nuevos oros, en 400 y en 4x400 m.
Su retirada definitiva llegó en 2001. La última carrera que disputó fue en Brisbane (Australia), el 7 de septiembre de 2001 en los Juegos de la Amistad, donde logró un nuevo triunfo con su equipo en el relevo 4x400. Tras dejar las pistas ha desempeñado la labor de comentarista en algunos medios estadounidenses, además de ser representante de Jeremy Wariner, uno de sus sucesores.
El palmarés de Michael Johnson es envidiable: cinco oros olímpicos y nueve victorias mundialistas. Su forma de correr, tan peculiar como poco ortodoxa, se ha quedado grabada en la memoria de los aficionados a este deporte. Mantenía la espalda recta, incluso algo echado hacia atrás. Las piernas iban siempre por delante, como si tiraran del resto del cuerpo al dar esas extrañas zancadas -muchos decían que se movía como un pato-. Sin embargo, esa peculiaridad no le impidió volar sobre la pista, destrozar plusmarcas y convertirse en un ídolo del atletismo mundial.
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