Llenaba mi soledad
Muchas veces los deportistas sentimos la soledad, quizás más que en otras profesiones, y por eso las grandes figuras del deporte buscan hoy a un equipo de personas que estén a su lado. Los deportistas olímpicos que no gozábamos de medios para cubrir estos apoyos, teníamos a nuestros dirigentes del deporte para ampararnos en nuestra soledad y ahí siempre tuve a Juan Antonio Samaranch dispuesto a apoyarme en mi carrera.
Desde los Juegos de Barcelona 92, cuando conseguí mi primer oro olímpico, el presidente del CIO siempre me dio su total apoyo, y sé que fue una de las personas que más se alegró cuando gané mi segundo oro en Atlanta. Pero no sólo me acompañó en los momentos más emocionantes, también me recibió en su despacho de Lausana cada vez que lo necesité... Incluso me acompañó al Parlamento Europeo cuando empezamos a defender la incorporación del deporte al Tratado de la Unión Europea.
Pero sobre todo me abrió las puertas de su casa y de su familia. Con Bibi, su mujer, tengo recuerdos imborrables y aún guardo sus fotos. Con su hija Maria Teresa compartimos ratos en el mar en familia y ahora disfrutamos de nuestras responsabilidades en el deporte español. Y con Juanito trabajamos juntos en la defensa del olimpismo.
Hoy siento la soledad del deportista y lloro por Juan Antonio Samaranch, el deportista español que más medallas olímpicas tuvo en sus manos en la historia de nuestro deporte. Descanse en paz.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete