Literatura y deporte
«Un extraordinario don», cuando la discapacidad es solo un impulso
El deportista paralímpico Héctor Cabrera cuenta su vida a través de ilustraciones en un texto para leer en familia
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Hay libros que enganchan, que descubren mundos, que hacen viajar, que enseñan. Y hay libros que, además de todo eso, también son necesarios. En esta categoría se encuentra 'Un extraordinario don' , el de Héctor Cabrera, deportista paralímpico, campeón del mundo de jabalina.
' ... Un extraordinario don ' cuenta la vida del atleta desde un punto de vista didáctico, ameno pero profundamente sincero y, como se ha dicho antes, más que necesario. Es un viaje por una discapacidad , desde su descubrimiento, con todas las dudas que supuso, hasta convertirla en una aliada para ser el mejor del mundo. «Vamos a decir que es un libro de dibujos, pero no es un libro solo para niños. También es para padres y para todo aquel que quiera conocer la aventura de mi vida», cuenta Cabrera para ABC. El protagonista del libro espera que a alguno de los lectores que se paseen por sus páginas, por su vida, le haga un click en la cabeza para cambiar su modo de pensar, para repensar lo que le rodea y para, quién sabe si descubrir el deporte y otros caminos.
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«Es un libro que, si me lo hubieran leído de pequeño, hubiera empezado mi vida paralímpica antes, me habría atrevido antes con el deporte. Yo no conocía este mundo, y tampoco que había gente que podía ayudarme a introducirme en él», admite. Pero no solo espera que enganche y haga expandir los horizontes de las personas con discapacidad, también confía en que las personas sin discapacidad afronten que cada problema tiene su solución. «Y si no la tiene no merece la pena darle demasiadas vueltas. Todos creemos que nuestros problemas son los más grandes, y a través de este libro yo muestro cómo los afronto yo: con buena filosofía y buen humor. Quizá para alguien sea un toque de atención, de que con una sonrisa todo se lleva mejor, y si no hay solución, ¿para qué vas a calentarte la cabeza más de la cuenta?».
Cabrera se topó con una enfermedad irresoluble. El síndrome de Stargardt, que le iba quitando visión poco a poco. Pero a través de las páginas de 'Un extraordinario don', el atleta cuenta cómo se afrontó en casa, y que no solo los adultos tienen la capacidad para decidir. Que, a veces, los que menos miedo tienen, pero más entereza poseen, son los propios niños. «Aunque haya sido un proceso de recordar muchas cosas, me gusta recordarlas porque es una lección de vida. No me gusta borrar esa parte de mi vida porque me ha hecho ser lo que soy y llegar a donde estoy», explica.
Como muestra de su capacidad para superar dificultades, Cabrera es un 'autor' muy atípico (con David Blay como coautor). No solo porque sea deportista de élite y haya querido contar su vida con imágenes, sino porque es un autor que no puede leer (bien) su propia obra . «Es verdad. Cuando leo algo es en la tableta o el ordenador, porque puedo poner la letra muy grande, pero se me hace muy muy cansado. Una página puede costarme 10 minutos. Tampoco me gustan demasiado los audiolibros porque tienen todos una misma voz, continua y al mismo ritmo y me cansa». Sin embargo, no le ha impedido compaginar el deporte de alto rendimiento con los estudios. «Yo voy a clase y atiendo al cien por cien, retengo toda la información posible. Mi ritmo de lectura es muy lento y me agotaba mentalmente, así que prefiero atender en clase y repasar después en casa». Y además, escritor.
«Uun extraordinario don», de Héctor Cabrera. Editorial Sargantana.
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