Polideportivo
Hombres en deportes de tradición femenina: cuando las excepciones son ellos
Federaciones y deportistas avanzan en la igualdad en modalidades como gimnasia rítmica o natación artística, vetadas a los hombres hasta hace poco
En 2009, la Federación Internacional de Gimnasia sentenció: «la gimnasia rítmica es un deporte solo para mujeres» . Una frase que echaba por tierra las energías y la ilusión de muchos niños y chicos que habían descubierto este deporte y nunca habían pensado que ... tuviera apellidos ni corsés. De hecho, desde 2005, ellos sí podían participar en competiciones, pero se les cerró la puerta con aquella frase lapidaria. Sin embargo, hubo un empujón, y de los fuertes, con pioneros como Rubén Orihuela y apoyos como los de Almudena Cid. Nueve veces campeón de España, la mejor medalla del valenciano quizá sea ver cómo muchos se unen a esta batalla por un deporte sin apellidos. Si en la primera edición del campeonato nacional de aquel 2009, único en el mundo, hubo diez inscritos, en la última superó la cincuentena. Y van a por más. A por todo.
«Desde hace unos años la evolución ha sido muy grande. Desde la Federación siempre se ha apoyado la participación con la inclusión de competiciones. Empezamos con poquitos y vamos subiendo. En 2019 añadimos la Copa de España masculina, y en 2020 incorporamos la categoría de conjuntos. Estamos evolucionando, adaptándonos a una sociedad que lo va demandando y con muchas ganas de que sigamos subiendo en participantes. Sin distinción», explica para ABC Isabel Pagán , directora técnica de gimnasia rítmica de la Federación española.
Las competiciones masculinas se planifican en la misma semana de todos los demás eventos. No van a ser ellos los que dividan un deporte al que todavía le cuesta desprenderse de esa etiqueta de «ser de chicas». Pero se muestran optimistas porque la recepción de los chicos en la disciplina se toma como algo natural dentro del planeta gimnasia. «Ya no choca verlos. La gimnasia engancha. Es lo que ellos han descubierto y el apoyo es total. No se considera como algo especial, está totalmente integrado », continúa Pagán. Tanto en las competiciones como en los entrenamientos o en la puntuación. «No hay diferencias en la técnica, así que los entrenamientos son los mismos. Y en las competiciones se valora exactamente igual , con los mismos jueces, notas, normativa. Lo único en lo que puede ser diferente es que ellos llevan monos ajustados y las chicas a veces llevan falda», prosigue.
Tan integrada la modalidad que España es pionera y referencia para muchos países. «Algunos gimnastas extranjeros vienen a competir en la categoría ‘open’. En el campeonato de la semana pasada ganó medalla un gimnasta francés que lleva tres años visitándonos. Estamos a años luz por delante y en ganas de que esa igualdad sea real», subraya Pagán. Queda, dice, ese paso: competir oficialmente de forma internacional. «Llevamos mucho tiempo trabajando en ese camino y ojalá se presente la oportunidad de alcanzar unos Juegos Olímpicos. Será cuando realmente la sociedad haya evolucionado . Sería una gran motivación para los chicos que se entrenan ahora y para los que quieren empezar y no dan el paso. En España hay muy buen nivel y vamos a seguir trabajando en eso. Que por nuestra parte no quede seguir esa lucha».
Una lucha que empieza fuera del tapiz, y en la que observa que cada vez hay más niños involucrados que piden esta actividad desde edades escolares. Los niños solo ven que se trata de jugar y bailar con una pelota o una cinta o aros. Nada más. « Hace unos años sí que costaba ver a niños , pero ahora tenemos a gimnastas de 7 años, y hasta los 10 años tendremos unos diez. Hay que darle naturalidad», sostiene. No es fácil, ni siquiera ahora, porque sigue habiendo reparos por parte de los padres o amigos.
«Por ser chico»
De esto sabe mucho Pau Ribes , otro pionero en «deportes de chicas» como la natación sincronizada -ahora artística-. «Uy, si empezamos con ese tema no acabamos. Desde que empecé siempre he sido el bicho raro, el que no hacía un deporte común, y sí uno totalmente diferente, minoritario y extraño. Tenemos la mala costumbre de encasillar a la gente y a los deportes . Nuestra lucha es conjunta con la rítmica o el patinaje artístico, que gracias a Javier Fernández se empezó a ver de otra manera, en que esto es deporte y no tiene géneros. Pero cuesta mucho. Porque tienes que aprender a pasar y a ser tú mismo. Es lo más difícil porque están los padres que a la niña sí la apuntan, pero no al niño, o los propios amigos. Pero me gusta que cada vez hay más gente que no tiene miedo a hacer lo que realmente quiere. Y mola que no seamos todos iguales, que cada uno tengamos nuestra personalidad», se expresa el nadador. Él estaba solo cuando empezó, esta semana se reunirán los más de cuarenta nadadores que ya compiten en España, de todas las edades.

Ribes lleva 17 años en el agua y echa de menos haber tenido lo que ahora empiezan a tener los que lo siguen: estructura, apoyos y planificación por etapas desde las categorías inferiores. «Me faltó ese paso previo de tecnificación. En este deporte se nota mucho aprender más tarde , sobre todo en algo como la flexibilidad que en hombres es más difícil de gestionar. Ahora es más fácil y el apoyo de las compañeras es absoluto».
El nadador catalán, como Orihuela, vivieron los momentos difíciles y oscuros de estas modalidades. Porque si el deporte no tiene géneros, la discriminación tampoco distingue y afecta a todos. «Yo no sabía hasta dónde podría llegar en este camino. Cuando empecé costó mucho. El reglamento en Cataluña sí me dejaba participar, pero cuando entré en torneos nacionales, la norma me excluía por ser chico . Mi club pidió que, por favor, tenía un chico que quería participar. Muchos clubes accedieron, pero muchos otros no. Sientes esa impotencia y esa frustración sobre todo porque no lo entiendes. Y cuando quise seguir, la barrera internacional no se abrió hasta 2015».
La integración de los hombres en la modalidad chocó incluso entre los jueces, que admitían -dice Ribes- no saber cómo puntuar o qué criterios seguir. Pero ya acostumbrados, el nadador cuenta con ese escaparate que todavía les falta a los gimnastas: las competiciones internacionales. De hecho, Ribes participó en el estreno mundial de la modalidad de dúo mixto, en Kazán 20015 , con Gemma Mengual. Otro gran apoyo para la causa. Como la propia Federación española. «Está muy concienciada en formar esta modalidad y que haya cantera. Y cada vez hay más presión hacia la Federación Internacional. La meta es el nivel olímpico, para París 2024. Y añadir otras modalidades como la de conjuntos. Si pudiera ir a unos Juegos sería fantástico. Pero si no lo logro yo, que lo hagan los que me siguen. Yo abrí la puerta y ahora debemos de ser más de cuarenta. Esto acaba de empezar».
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