Paralímpicos
Álex Roca: «Deberíamos ver la vida como un tándem, siempre necesitamos de otros para llegar lejos»
El atleta con discapacidad y Valentí Sanjuán explican a ABC cómo ha sido el reto de pedalear los 700 kilómetros entre Barcelona y Madrid portando el fuego olímpico y todos sus valores
Teresa Perales, una sirena convertida en Princesa de Asturias de los Deportes
A Álex Roca le dijeron que no podría andar, que no podría tener una pareja, que no podría conducir. A sus padres les dijeron, incluso, que moriría a los pocos meses de nacer o que quedaría en estado vegetativo. Pero ni progenitores ni ... hijo entendieron esos 'noes' y sí, en cambio, vieron todo lo que juntos podían hacer. Y era todo lo que se propusiera. Álex, con un 76 % de discapacidad física y parálisis cerebral , ha participado en la Titan Desert, ha cubierto el Camino de Santiago o el medio maratón de Barcelona. Y ha completado el proyecto de pedalear los 700 kilómetros que unen Barcelona con Madrid, en tándem con Valentí Sanjuán, portando el fuego olímpico.
Un reto que aúna compromiso, esfuerzo, trabajo en equipo y valores, todos los del mundo y que no solo se quedan en el ámbito deportivo. «Hemos demostrado al mundo que con trabajo, en equipo, esfuerzo, actitud positiva y con motivación se consiguen todos los retos. Llevar el fuego olímpico era una gran responsabilidad. No es llevar un objeto, sino la representación de muchas personas y el esfuerzo que han hecho durante muchos años para conseguir estar en unos Juegos. Ha sido un honor increíble, y nos ha permitido luchar por y para ellos. No puedo describirlo con palabras», explica Roca para ABC, a través del lenguaje de signos que interpreta su pareja, Maricarme. Para Sanjuán el peso del fuego olímpico también era un honor: «Más que peso lo que nos daba era empuje. Sí que hay un punto de responsabilidad, pero Álex y yo somos muy de disfrutar, arriesgar, intentar que las cosas que aparentemente son duras nos empujen. En un vídeo le decía a Álex: ¿cuánto de duro es para ti pedalear 700 kilómetros? Y me respondió: 'Duro fue lo de mis padres: cuando me diagnosticaron el herpes en el cerebro y que tenía las opciones de morir o quedar vegetal. Pedalear es lo que me gusta, no es duro'».
Han sido 700 kilómetros de pedaleo junto a Sanjuán, y subraya la importancia de este trabajo en común como la única forma de avanzar en la vida. «Unimos Barcelona con Madrid, y hemos demostrado que la diversidad funcional es algo positivo porque la diferencia une a las personas y nos hace más fuertes. Deberíamos considerar la vida como un tándem: una persona en bici puede conseguir grandes objetivos, pero dos llegan mucho más lejos y pocas veces logramos una meta solos», indica Roca, cansado, pero encantado de la repercusión que ha tenido su aventura. Roca y Sanjuán se han retroalimentado en la ilusión, el compromiso y la fuerza.
En los momentos de bajón, ahí estaba Sanjuán. Y cuando era Sanjuán el que desfallecía, ahí estaba Roca para subirle la moral a carcajada limpia. «Cuando lo ves medio derrotado, cada día más flaco, pero todo el rato riéndose, es un espejo en el que te miras y dices 'wow, ¿de qué me estoy quejando yo?», admite Sanjuán. «Trabajar con Álex hace que el trabajo no sea trabajo. Cuando habla, cuando no habla, cuando come... hace que su sola presencia sea parte de tu motor. Y es imposible no terminar el día con seis o siete veces en las que te ríes a carcajadas. ¿Cuánta gente puede decir eso de sus compañeros de trabajo, que acaben riéndose así, y más en momentos de tensión? Con Álex pasa. Dicen que somos la media de las cinco personas más cercanas, Álex sube el nivel hasta el infinito: siempre suma, aporta amor, optimismo, ilusión, ganas. Falta en la universidad un Máster de vida impartido por Álex Roca », prosigue.
Estos 700 kilómetros, esas siete jornadas, estas 50 horas, han sido retransmitidas, como un diario de viaje, a través de diversas redes sociales, y los ánimos para cada pedaleo han sido inmediatos, emotivos, llenos de fuerza para continuar. Aunque también tenían sus recelos porque saltaron de su cerrado círculo social a contar con la retransmisión y las entrevistas de consolidados profesionales de las redes como Cristinini o Reborn. Pero la respuesta ha sido más que satisfactoria. «Hemos estado haciendo números y han sido 15 millones de reproducciones (más de 50.000 visualizaciones en directo, un millón de impactos en Tik Tok o Twitter) y todo eso son personas de todas las edades que se han emocionado con nosotros, que son parte del equipo, que incluso a alguna le ha servido para afrontar retos que no se atrevía a hacer. Para nosotros ha sido una respuesta inmediata, inspiradora y que nos hacía pensar que todo tenía mucho más sentido. Hay gente a la que hemos motivado, hemos despreocupado, y, sobre todo, abriendo la mente en cuanto a que somos personas distintas y que no pasa nada por serlo ».
Al contrario, para Roca la diferencia es el impulso que necesita la sociedad: «En realidad todos tenemos una discapacidad , porque hay personas que no saben hacer algunas cosas y otros que no tienen corazón. Por eso es importante juntarnos todos, llenarnos de propuestas y comunicarnos para cambiar el mundo. Si las personas con discapacidad quieren cambiar el mundo, los que no tienen una discapacidad visible tienen que querer también y entenderse todos en cómo hacerlo . El cambio tiene que llegar por parte de todos». «Álex ha cerrado muchas bocas, no por engreímiento o de malas formas, sino todas esas dudas que despierta cuando lo ves. Ha cerrado bocas y ha abierto ojos. Hasta yo lo traté diferente cuando lo conocí hace seis años. Me emociona todavía cuando un día me decía: 'Ahora me siento bastante bien aceptado y estoy en un streaming con 50.000 personas y todos me dicen que les gusta lo que hacemos. Pero cuando yo era niño la gente me miraba como si fuera un monstruo'. Lo bueno es que en el mundo del deporte no encuentras esas miradas desaprobatorias. Lo malo es cuando vas a un restaurante, por ejemplo. Falta mucha información y sensibilización. No estamos educados en la diferencia », subraya Sanjuán, que espera ver algún día cómo desaparecen las palabras 'incluir, adaptación, normalización'. «Si Eva Moral (paratriatleta) y Carolina Marín fueran iguales no tendríamos la riqueza de lo diferentes que son», reitera. De ahí que celebre y aplauda el premio Princesa de Asturias otorgado a la nadadora paralímpica Teresa Perales .
El reto de unir Barcelona y Madrid transportando el fuego olímpico ha terminado, pero otro no ha hecho más que empezar. «Nos sentimos un poco vacíos cuando terminamos, pero el día anterior a terminar ya estábamos pensando en qué hacer después. Lo que sí sabemos es que si hay siete problemas habrá ocho soluciones», invita a la imaginación Sanjuán. « Una persona sin retos es una persona que muere . Quiero cumplir muchísimos sueños: el medio maratón de Nueva York, un maratón, muchísimas cosas en bici... algún día me gustaría intentar un rally Dakar. Pero primero quiero darle caña a mis piernas», advierte Roca, esas que lo han llevado, por el momento, a pedalear 700 kilómetros y a cambiar la visión de los que los han acompañado en el camino.
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