Suscribete a
ABC Premium

motociclismo | trial

Laia Sanz, sin límites

Entre trial y enduro, la piloto barcelonesa acumula quince títulos mundiales, los mismos que el gran Agostini

Laia Sanz, sin límites mediage

laura marta

Volver a casa después de unos agotadores días de trabajo y descubrir que se ha inundado la casa es una faena, pero que ocurra cuando acabas de competir -y ganar- dos mundiales (trial y enduro) en un mismo fin de semana puede sonar a broma de mal gusto. Como si estos incidentes banales no pudieran sufrirlos los grandes campeones. Aunque quizá Laia Sanz forme parte de esa especie de triunfadores que no reciben tantos focos y sí, sufran inundaciones en el piso. «Empezó a llover mucho y… qué le vamos a hacer», suspira resignada Sanz por la faena y quién sabe si por esas portadas en las que apenas aparece a pesar de que en su habitación de los trofeos lucen hasta quince campeonatos del Mundo , de trial y de enduro. «Algunos están en casa de mi abuela, le hacen ilusión», concede Sanz en la conversación con ABC, como quitándole importancia a su proeza mayúscula.

Así, con la humildad de quienes son «conocidos en el mundillo», Laia Sanz comenzó a llenar su currículum como una hormiguita. Paso a paso y moto a moto, desde aquella que tomara prestada de su hermano cuando apenas era una niña. Hoy, a sus 27 años, Laia ya se siente afortunada: « Puedo vivir de lo que hago, que sigue siendo mi pasión ». A pesar de que tuvo que llegar a la decena de mundiales para que alguien la saludara por Barcelona. «No somos futbolistas, aunque también ellos tienen que estar saturados de tanta información», se ríe, consciente de su situación, magnífica después de igualar en número de títulos a otra gran leyenda del motor, el italiano Giacomo Agostini. « No pienso en los premios. Hago mi trabajo. Si los resultados llegan, perfecto, claro, pero no sé qué contestar cuando me preguntan si me canso o no de ganar. Solo hago lo que tengo que hacer».

Pionera en el trial español

Comenzó a competir en la adolescencia, cuando la moto ya formaba parte de ella y esperaba siempre que los regalos de los Reyes Magos fueran monotemáticos. Sus padres ... ¿no preferían que se dedicara a tocar el piano o a jugar al fútbol? «Son ellos los que me animaron. A mi hermano y a mí nos educaron por igual y como veían que disfrutaba tanto encima de la moto, son los que más se han sacrificado para ayudarme durante mi carrera ».

El salto de afición a futuro lo dio en el año 2000. Con 14 años ganó el Mundial femenino y el campeonato de España de 125cc con los chicos. Gracias a Jordi Tarrés, el nivel nacional era altísimo, aunque también sufrió las miradas extrañas de quien teme ser derrotado por una chica. «No de los pilotos competidores, sino de los padres. No todo ha sido bonito en mi trayectoria. Pero reconozco que competir contra ellos me ha dado ese plus que quizá otras rivales no tengan. Siempre me han dejado compaginar los dos torneos porque al principio ni existía una competición solo para chicas. La competitividad para eliminar las diferencias me ha ayudado mucho a espabilar», recuerda. Con esos malos momentos superados, se ha ganado el respeto por triunfos y sacrificio, como el que tuvo que hacer en 2003, en su salto profesional. « Es lo que más siento, haber dejado los estudios . Iba bien, pero tenía que desplazarme grandes distancias para entrenarme y me quitaban mucho tiempo. Otra vez mis padres me dijeron que siempre hay tiempo para volver. Pensé que tenía que aprovechar el gran momento que atravesaba y creo que no me he equivocado», afirma toda una pionera del trial.

Después de quince mundiales su futuro está un poco en el aire. No sabe si seguirá en el trial porque le importa el Dakar y no hay muchos equipos que tengan los dos tipos de motos. Lo que sí sabe es que seguirá con su rutina: «Entrenarme y entrenarme». ¿Es su secreto? «Y que soy muy tozuda . Me conozco y confío mucho en mí misma; sé hasta dónde puedo llegar con la moto». No siente miedo, pero sí respeto por los trazados, los grandes obstáculos, las posibles caídas y la soledad del Dakar, donde espera mejorar su participación. «Es una vivencia tan grande que supera a todo lo demás». A Laia, siempre activa, solo la frenan sus amigos, pero no cuando se sube a la moto y disfruta. Tiene quince mundiales, pero no sabe cuántos más le regalará su pasión.

Laia Sanz, sin límites

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación