Vandalismo en Roma: se cubre de color rosa la piel de una atleta negra en la obra de una artista callejera

Este hecho fue especialmente grave por su trasfondo racista. El mural fue creado frente a la sede del CONI (Comité Olímpico Italiano) en Roma por la conocida artista callejera Laika. Un vándalo cubrió con un spray rosa la piel de la atleta italiana, retratada mientras lanza un balón con las palabras «stop racismo, odio, xenofobia e ignorancia». Estas también fueron eliminadas, junto con la palabra «Italianità», que era el título de la obra. Fue una profanación porque la figura pretendía no solo celebrar el histórico oro olímpico de la selección femenina italiana, sino también relanzar la batalla contra el odio y el racismo.

La artista romana Laika ha comentado así en Instagram la desfiguración de su mural: «El racismo es un cáncer del que Italia debe curarse. Pero el futuro es nuestro. Vosotros, racistas, seréis solo un mal recuerdo». Políticos de todo el arco parlamentario han condenado el hecho. La policía tiene los videos de las cámaras del edificio del CONI e indaga en los ambientes de extrema derecha.

La degradación de Roma aparece a la vista de cualquier turista en este caluroso verano de Roma, con temperaturas que se aproximan a 40 grados y en caos por las innumerables obras por el Jubileo del 2025. Un vídeo publicado en 'Welcome to favelas' documenta el último acto vandálico contra los monumentos de Roma. Para refrescarse del calor de agosto, un hombre en paños menores se sumergió literalmente en la bañera de una fuente en el parque Mole Adriana, en Castel Sant'Angelo, a dos pasos del Vaticano. Junto al bañista había una señora en tanga. La panzada del hombre, enésimo acto de vandalismo en Roma, fue filmada por algunos transeúntes incrédulos, que publicaron el video en las redes sociales.

Recientemente, en 'La Repubblica' el director y actor romano Carlo Verdone definió a la capital italiana como «un baño al aire libre en una gasolinera de carretera», en referencia a la falta de baños públicos y la presencia continua de gente haciendo sus necesidades en algún rincón. «Desde mi ventana veo a los jóvenes, a los borrachos, a los romanos y a los turistas que van detrás de los coches, los árboles, las estatuas para orinar. Es indecoroso». Luego, en 'Il Fatto' fue más allá, en su provocación: «El declive de Roma no es estacional, es constante. La ciudad no ha cambiado desde hace más de 50 años. Es indecoroso. Por donde vayas, no ves una calle normal. No hay un centímetro de pared que se haya salvado: Firmas, garabatos, pintadas…»

Carlo Verdone se hace eco de lo que piensan los romanos: El turista encuentra la ciudad sucia, en desorden y no pone atención en cuidarla. «Esta ciudad debe ser considerada nuestro hogar. Cuando una casa está bien cuidada, al entrar en ella se tiene cuidado y atención. Sin embargo, cuando una casa está descuidada, todo el mundo se siente con derecho a tratarla mal».