FERIA DE FALLAS
La pureza de Morante se quedó triste y sola
El público se volcó más con las falleras faenas de Nek Romero, que se quedó en el umbral de la puerta grande y cortó una oreja, como Pablo Hermoso en su despedida de Valencia
Terrorífica cogida al recortador Aarón Grande en la Feria de Fallas con un toro de Adolfo Martín
Todos los carteles de la Feria de Fallas 2024
![Morante de la Puebla, a la verónica con su primer toro de Juan Pedro Domecq](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/03/15/CAPOTE-RVReaFLs23WiyPdVMMxOqPI-1200x840@diario_abc.jpg)
Era Morante un habitante extraño en aquel raro cartel, alejado de la categoría de un torero de su talla. ¿Qué pinta el genio de La Puebla en estos festejos remixtos al lado de un rejoneador y un novillero? No hallaba la afición el hilo ... argumental de tal combinación hasta que el propio cigarrero lo desveló: si no hay matador que se le acerque, igual le da la (no) competencia con uno u otro escalafón. Porque con la pureza de Morante no hay dos, aunque ayer muchos no se enteraran. Qué manera de hacer el toreo.
Hundió el mentón en el primer lance. Hundió las zapatillas. Hundió la embestida allá donde el alma se hace cuerpo. Y mientras se hundía, los cazadores de arte levitaban. Encajadísimo –¡qué cerca se los pasa!–, ofrecía a Malos Pasos el pecho por delante, con las muñecas a compás y el reloj lentificando sus manecillas. Hasta romper su propio tiempo en cuatro lances de sedosa eternidad. A Malos Pasos, un toro de Juan Pedro con un cuello divino para descolgar, le sobraba la clase. Como le rebosaba la torería a Morante, aun sin la alegría y el arrebato que desatan las grandes pasiones. Pero con una naturalidad que dolía, y eso son palabras mayores. Preguntaba un abonado el porqué de su tristeza y filosofaba otro sobre la tristeza más sanadora: aquella sin explicación. Y entonces, bajo los terrenos de sombra, sonrió el sevillano, hecho luz en Valencia mientras disfrutaba ahora y desgranaba naturales de arena, alargando el viaje del toro, que había apuntado mexicano ritmo por el otro pitón. Cierto es que le faltó un punto de chispa, de más casta, para que aquello trepara con mayor intensidad, aunque tampoco ayudaría ese pasodoble mortecino. Ni fueron las notas ideales ni la obra más coreada, pero cuando finalice la feria seguiremos recordando esta pieza de Morante, descorchada con pases por alto gallistas. Hasta rematar con un molinete abelmontado para evitar los celos del Pasmo. Seguirían luego exquisiteces de tela bien plantada; con asiento, por caricias sin apenas eco. Triste y sola se quedó tanta pureza. Porque rácano fue el premio de una ovación para una faena de tanto valor, vista desde primera línea por ese holandés errante que no se pierde ni una del cigarrero. Vaya querencia la de los antitaurinos por Morante... Anda que tienen mal gusto.
Nada que ver con el anterior tuvo el bastote y hueco cuarto, un espejismo en la lidia por abajo de Curro Javier. Ni quería pasar ni quería embestir. Y desparramaba miraditas que el de La Puebla pasaportó con brevedad en medio de la pitada por la decepción.
Los que no vibraron con Morante sí se entregaron a las ganas de ser de Nek Romero, con un toreo más fallero y de traca. Variado, listo y dispuestísimo anduvo el novillero con nombre de cantante y apellido camero ante novillos de Talavante de bonitas hechuras y mucho que torear: extraordinario el bravo tercero y más exigente, sin terminar de romper, el sexto. En el umbral de la puerta grande se quedó el torero de la tierra, muy arropado por sus paisanos. No hubo foto de la salida a hombros, pero sí del brindis a sus compañeros. Cortó una oreja, como Pablo Hermoso en su adiós valenciano. El caballero navarro dictó una lección magistral, especialmente en el cuarto a lomos de Berlín, con un estupendo lote del Capea. Cómo metía la cara: hizo soñar trincherazos hasta a los del toreo a pie.
Feria de Fallas
- Plaza de toros de Valencia. Viernes, 15 de marzo de 2024. Quinto festejo. Tres cuartos de entrada. Toros para rejones de Carmen Lorenzo (1º) y Capea (4º), muy buenos; dos de Juan Pedro Domecq (2º, de mucha clase, y 5º, deslucido) y dos novillos de Talavante (3º, bravo, y 6º, exigente).
- Pablo Hermoso de Mendoza, rejón muy trasero y descabello (aplausos); pinchazo y rejón (oreja).
- Morante de la Puebla, de grana e hilo blanco: pinchazo y estocada atravesada (saludos); estocada caída (pitos).
- Nek Romero, de negro y oro: estocada desprendida (oreja con petición de otra); pinchazo y estocada (vuelta al ruedo tras aviso).
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