El torero José Garrido se sube a bordo de la Nao Victoria vestido como Fernando de Magallanes
El matador extremeño escogió la réplica de la embarcación que protagonizó la gran gesta naval de la historia española para rodar un spot publicitario
![José Garrido, a bordo de la Nao Victoria junto al Paseo Marqués de Contadero de Sevilla](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/01/22/jose-garrido-magallanes-Re4rCME6qhaYdTz4mc3hFpJ-1200x840@abc.jpg)
La singladura de esta expedición vuelve a escoger a Sevilla como punto de partida, donde sólo un semáforo y un paso de cebra separan 'su' navío del gran templo del toreo. Ahí es donde él quiere volver a encallar, aunque preferiblemente vestido de luces. ... Primero viajará a América, y quién sabe si en unos meses su circunnavegación arribará en el coso que un día lo catapultó como novillero tras divisar desde las alturas de la Puerta del Príncipe ese Muelle de la Sal en el que ahora vela armas. Pese al atrezo «magallánico», espera tener un éxito más propio de Elcano. Aunque mejor será que ni tarde tres años en lograrlo ni sufra las fatigas de aquella veintena de héroes que regresaron famélicos y enfermos tras rubricar la gran gesta de la historia naval española.
Nacido en Badajoz, es un habitual pululante de las calles de Sevilla. Por dos simples cuestiones: porque la capital hispalense sigue siendo el verdadero termómetro del toreo en la sociedad y porque la gestión de su carrera está delegada en el empresario sevillano Luis Garzón. El 'otro' Garzón. Quizás menos conocido, pero no por ello merece menor consideración quien gestiona las plazas de Tarazona, Villafranca de los Barros y Aracena, donde el pasado año organizó el debut de Morante de la Puebla en este histórico coso. Ahora, según explica el propio empresario, pujará por la gestión de «un par de plazas de segunda».
La dupla, uno en los despachos y otro en el ruedo, cerró el 2022 con veintitrés corridas de toros. Exceptuando Valencia, pasó por toda la 'Champions' del toreo. Sevilla, Madrid, Pamplona, Bilbao, Santander y Zaragoza. Sin necesidad de recurrir a la hemeroteca, en la Maestranza dejó una actuación de las que permanecen en el recuerdo de los aficionados. Por el compromiso y la capacidad con la que lidió un exigente sobrero de Santiago Domecq, y por el poso y la clase con que toreó al siguiente.
Viene de tentar en la ganadería que Garzón posee en la portuguesa localidad de Monforte (Voltalegre), donde se entremezclan las sangres de Moura, Daniel Ruiz y Núñez del Cuvillo. Ésta última, a través de la parte que le correspondió tras la liquidación de aquella disparatada aventura familiar que iniciaron los jovencísimos 'Hermanos Garzón Mergelina'. La peregrina indumentaria que luce en la imagen José Garrido es fruto de una campaña de publicidad que sacará a la luz en los próximos días de cara a su compromiso de este viernes en la venezolana plaza de San Cristóbal, donde hará el paseíllo con Andrés Roca Rey.
Aunque no sea él quien lo diga, torear con el ídolo peruano supone un plus de motivación. Especialmente por la expectación que éste genera en cada una de sus actuaciones. Sobre ello sí se pronuncia, cuando este periódico le cuestiona que, pese a haber tenido faenas considerables en los cosos más importantes, sus triunfos no han tenido el mismo eco que hubieran adquirido en carteles de mayor relevancia. «Cuando una plaza está llena, todo el mundo rema a favor. Las últimas tardes en las que he toreado en Sevilla han sido más de aficionados, que no es un público tan fácil de sugestionar».
La Maestranza se repite constantemente en su conversación. Ahí se catapultó como novillero, tomó la alternativa y ha dejado algunas de sus más serias y profundas faenas como matador de toros. «Es una plaza que ha sido clave para mi carrera. Es la lanzadera de la temporada, su puerto de montaña más importante por la fecha en que se celebra y por la historia que la acompaña». Recuerda con especial emoción ese debut soñado con los novillos de Fuente Ymbro —que ahora es «cuando verdaderamente valoro lo difícil que resulta de lograr»—, y reconoce que de aquel José Garrido sólo conserva «la pasión» porque ahora se siente «mejor torero».
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