La temporada de Daniel Luque: reflotar por lo civil o por lo criminal

Por la puerta de Luque han pasado treinta y tres trenes esta temporada. No sólo se ha subido en todos y cada uno de ellos, sino que ha hecho transbordo en una incesante campaña triunfal que lo vuelve a catapultar . Se ha erigido nuevamente en el máximo triunfador del sudoeste francés , ha conectado como nadie con los santacolomeños toros de La Quinta y ha mojado la oreja cada vez que ha podido a las máximas figuras .

Dio un paso al frente en los momentos más complicado del año y atendió la llamada de José María Garzón el pasado Domingo de Ramos en Morón de la Frontera . Un ofrecimiento que no pocos habían rechazado: con la plaza casi vacía, con un desafío ganadero de difícil digestión en los primeros trances del año y con las cámaras de televisión para proyectarlo . Ya lo decía el de Gerena en una entrevista concedida a este medio: «Ahora mismo (mes de marzo) cualquier plaza parece de primera categoría. Hay que tener en cuenta que los aficionados están en sus casas sin poder viajar y prácticamente todas las corridas son televisadas. La expectación por cualquier festejo es asombrosa ». Aun así, el ‘papel’ duró escasas horas en la taquilla.

Fue el propio Luque el que metió la mano en el bombo que se había inventado el intrépido empresario en el hotel Colón . Se llevó los de Murube, Osborne y Partido de Resina . Sobre el papel, el lote con menos garantía de la corrida. Con el de Pablo Romero , que fue tan duro como bruto , tampoco es que sufriera Luque: ni le tembló el pulso ni derramó una sola gota de sudor. El esfuerzo lo reservó para el pupilo de Pepe Murube, que derrochó clase y traía consigo ese tranco tan característico de los Murube-Urquijo. El binomio fue perfecto y se llevó la palma .

Pasaron dos meses hasta que volviera a lucir el terno en oro. Fue en la ocasional Feria de San Isidro de Vistalegre , donde volvió a dar un puñetazo sobre la mesa al desorejar al ‘cierraplaza’ de Fuente Ymbro . Y otras tres orejas en Aranjuez , en el reencuentro con las figuras ( Morante de la Puebla y Roca Rey ).

Como el hortelano que alterna coles con lechugas, Luque compaginaba esas corridas más ‘apetecibles’ con las que lo habían vuelto a catapultar. Así llegaban la mastodóntica de Pedraza de Yeltes en Arlés y la de Adolfo Martín en Castellón . En la capital de la comarca de la Plana Alta cuajó una de sus mejores tardes. Aquella tarde de San Juan se impuso en el mano a mano con Emilio de Justo , llegando pleno de confianza a Zamora , junto a Roca Rey y Pablo Aguado , donde cayeron tres orejas.

Prácticamente todas sus tardes se han contabilizado por triunfos, como los de Huelva con los toros de Torrestrella y El Puerto de Santa María , donde mostró su versión más comprometida y embraguetada de los últimos tiempos. Sin trampas ni cartón, se jugó la vida a carta cabal . Y las mismas tres orejas portuenses llegaron en Dax (Francia) con la corrida de la familia Martínez-Conradi . Y podríamos seguir anotando salidas en hombros: como las de Gijón, Cabra, Bayona, Aranjuez o Dax , donde en su segunda comparecencia cortó cuatro orejas en el mano a mano con Roca Rey .

Y en ese estado de plenitud regresó a la Maestranza , tras tres temporadas de ‘banquillo’. Cuatro balas en la recámara: dos de Santiago Domecq y dos de Fuente Ymbro . Sin llegar ese ansiado triunfo, el balance final reconfortó al torero y a los que seguían confiando en él. Sevilla lo esperó y lo entendió, empujándole a dar la vuelta al ruedo tras negarle el presidente una oreja en la primera tarde y lo ovacionó tras pinchar otro premio con la de Fuente Ymbro . Una seguridad y largura que volvió a demostrar en el cierre de su campaña en la Feria de Otoño de Madrid , cuando se embraguetó con un complicado animal de Santiago Domecq, al que cortó una oreja.