El VAR del tendido: la chica 'ye-ye' se corta la coleta
Era el momento de la despedida y la emoción se palpaba en aquella marea humana. «Ya falta menos», era la frase más repetida mientras se iluminaba el cartel de '¡Viva San Fermín 2023!'

Se despedían los abonados de su localidad con una emotividad nunca vista en una feria. «Ya falta menos», era el consuelo. Las peñas se resistían a poner ese 'the end' que simulaban con rugidos de león de cine. Anochecía San Fermín 2022 y la ... chica 'ye-ye' del pelo alborotado se cortaba la coleta hasta la temporada que viene. «Vamos a echar de menos a las siete el cántico de las peñas». Porque a esa hora aproximada, durante el segundo toro y tras entonar el 'Rey', la 'ye-ye' rompía en cada garganta.
Derramaban lágrimas los aficionados y lloraba Ferrera después de consumar su histórico gesto. «Solo verse anunciado con seis miuras da miedo», reflexionó un banderillero. El abrazo a su apoderada, Cristina Sánchez, condensaba el sacrificio del hombre que de niño soñaba con dejar un legado. Y lo hizo donando sus honorarios a la Casa de Misericordia. Los que allí habitan, como Juan Gay –con su inseparable chapela–, agradecían su generosidad. Antonio era el hombre solitario que se había enfrentado a seis toros del hierro de más leyenda negra.

De eso y de que sin corridas no hay encierro, no se quieren enterar, 'ye-ye', en la televisión pública. Muchas son las críticas que ha recibido Julián Iantzi. Andaba molesto el comentarista de RTVE: «Los palos ya sabemos de dónde han venido, del mundo taurino procorridas, que no ha entendido que este programa no iba de lo suyo», escribió vía tuit. «El que no se entera es él», comentó un pamplonica. Miles de aficionados, entre ellos cientos de corredores, le dieron un zasca colmando una tarde más el graderío. Claro que eso curiosamente se le olvida también a la parrilla de La 1. «Tenemos el Gobierno más antitaurino de la historia», señaló un profesional.
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Lástima que las cámaras de RTVE, más allá de 'Tendido cero', no asistieran al espectáculo que contemplaron cuarenta mil pupilas. La salud de la Fiesta en Pamplona es tal que ni un chequeo necesita: lleno total en el encierro y las vaquillas y lleno en la corrida cada día. Pero ayer no era una jornada cualquiera: era 14 de julio. Se acercaba el 'Pobre de mí'... Tras la puerta grande de Ferrera, las peñas colmaron el redondel. Desde lo alto de la andanada, se veía el desfile de la multitud pisando la arena. Aquello parecía el 'Albor' de Juan Genovés: una historia en cada individuo dentro de la masa colectiva. Miles y miles de personas de blanco y rojo por la mañana; miles por la tarde. Las charangas soplaban trompetas; los alemanes de Borussia retiraban su pancarta y los fans del Osasuna ondeaban la bandera. Los acomodadores Marcos, Ana, Íñigo y Guillermo se despedían con simpatía de los abonados de la sección 7. «Ya falta menos», era la frase más repetida mientras el luminoso de la Monumental parpadeaba con un '¡Viva San Fermín 2023!'
Las historias se habían sucedido en aquel lienzo humano que era el tendido. Manfred y Nora usaban de almohadilla el libro más vendido en la Estafeta, 'Fiesta', de Hemingway. «Todos preguntan por él, fue el primero en agotarse en la feria», contaba el dueño de la librería de la calle más famosa de Pamplona. Soplaba ayer las velas de su cumpleaños y no podía tener otro nombre que Fermín, el mismo bautismo que el dueño de la tienda de 'La curva'. Más de siete mil camisetas sanfermineras ha vendido esta semana. «Es nuestro Zara», contaban dos amigas que estamparon en su atuendo un toro de colores.
Poco a poco, aquella marea humana abandonó los tendidos y el redondel. El descanso de las peñas se acercaba. Entonaban el 'amigos para siempre', coreaban el 'lololo', hacían un guiño a Barricada antes de 'llorar y llorar' con el 'Rey'. Las peñas más 'ye-ye' del planeta taurino se cortaban la coleta hasta el año que viene. ¡Ya falta menos!
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