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ABC Cultural

EL MOMENTO DE LA VERDAD

El coloso de Híspalis en la tarde en la que no quisieron ver a Roca Rey

Manuel Escribano, con una cornada de diez centímetros, escribe una épica página y Borja Jiménez da una maciza tarde con la exigente corrida de Victorino

¡Que viene Luque! ¡Y cómo viene!

Manuel Escribano, enfundado en unos vaqueros tras ser operado de una cornada, a la verónica con el úlltimo victorino ARJONA
Rosario Pérez

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En la mirada de Escribano se agitaba la furia del guerrero, con el mandamiento primero de llegar hasta el final. La sangre derramada se convertía en épica tinta; el dolor, en emoción. Cuando el titán de Gerena apareció en el ruedo después de ser operado ... de una cornada hora y media antes, los aplausos removían hasta los cimientos de la Giralda. Enfundado en unos vaqueros de Chimy Ávila, regresó a los terrenos del miedo y el drama. De rodillas frente a chiqueros en la espera más larga. Con la cicatriz del fuego reciente, con la herida que hubiese dejado al común de los mortales dos semanas en la cama. Allí estaba Manuel, vestido de héroe, con el chaleco de oro y los pantalones del delantero bético. Todo lo hizo: ¡hasta banderillear!

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