El novillero Fran Fernando marca la diferencia ante las figuras en Ricla
Triunfó junto a Urdiales, Cayetano, Ortega y Guillermo Hermoso en el tradicional festival
El punto de partida de la temporada taurina aragonesa

El novillero zaragozano Fran Fernando se reivindicó ante las figuras en el tradicional festival de Ricla, el que abre oficialmente la temporada en plazas aragonesas. El chaval, todavía sin caballos, se sobrepuso al triunfo de sus compañeros de cartel y, ayuno de nervios, toreó con excelentes maneras, muy encajado siempre, y con valor.
Bueno el de Juan Manuel Criado y el torero sin dudas, manejando los engaños con temple, Fernando, que triunfo a lo grande en la pasada Feria del Pilar de Zaragoza, dio un serio aldabonazo de cara a su futuro. Cortó dos orejas y puso el final feliz a una tarde en la que empató a trofeos con Urdiales, Cayetano, Juan Ortega y Guillermo Hermoso de Mendoza.
Diego Urdiales toreó muy pausado con el capote y brilló sobremanera en un comienzo de faena pleno de mando y torería, por bajo, llevándolo muy largo se lo sacó a los medios. Allí surgieron series con una y otra mano en un trasteo en donde destacó el toreo al natural ante el encastado astado de Criado. Estocada y las dos orejas para el riojano.
Cayetano aprovechó la nobleza de su novillo en una labor entonada y muy entregada. Inicio con la muleta por alto para seguir con la diestra y al natural. Al final, de uno en uno se sintió el torero, que tras un estoconazo le concedieron el doble trofeo, que paseó después de la vuelta al ruedo con que se premiaron las buenas condiciones del astado.
Se paladearon las verónicas con que Juan Ortega recibió al cuarto. manos bajas y sentimiento, como en las chicuelinas del quite. Rodilla en tierra comenzó el último tercio en donde el sevillano desplegó sutileza, pese a que el novillo no tuvo la misma clase que sus hermanos. Lo intentó Ortega y ahí dejó, como pinturas, un trincherazo aquí, allá algún natural supremo y acullá otro de pecho. Más de entrever que de ver, como los dos trofeos que le otorgó el usía.
Abrió el festival Guillermo Hermoso de Mendoza, que cortó dos benévolas orejas tras una actuación sin excesivo fuste y dejándose alcanzar mucho las cabalgaduras por un buen novillo de su ganadería.
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